Sadicamente me gustas

Algo similar a un adiós pero que jamás fue dicho, solo hay que leer entre líneas para comprender la frialdad que solo conocía como una propiedad del hielo. Puede que se me hayan ido días y semanas pensando en eso, jugando, vagando sin rumbo y solo probando de aquí y de allá.

No fue un evento fortuito, solo quería volver a tener esa sensación, la emoción y el interés que no suelo tener muy a menudo. No fue coincidencia que nos encontráramos, las cosas cambian y no se ven dos veces de la misma forma solo similar y eso ocurrió hoy. Basto un intercambio visual y lo supe.

“tú eres”

La excitación es inevitable al ver esas gotitas en tu frente, que se acumulan, tu hermosa voz que inunda mis tímpanos y esas caricias desesperadas que esparces por mi torso.

“esto es fantástico”

La emoción solo me duro unas horas, porque luego te fuiste y me quede sumergida en aquel sepulcral silencio. Deseaba más pero no me lo diste, te suplique solo unos minutos, que resistieras por mí y por ti pero no lo hiciste.

Cruzo la calle en dirección al parque y lo veo, aquel chico que me quita el aliento y me hace esbozar una sádica sonrisa, me levanto caminando hacia él y sonrió como si fuera un pequeño pajarito, frágil e indefenso.

-hola- hola señorita-

¡Te tengo! Pero no te preocupes está vez durara toda la noche, no volveré a usar el agua para ahogarlos, es aburrido y un placer momentáneo, esta vez y solo por ti me daré un pequeño lujo, te asesinare lentamente de la manera más cruel y dulce que conozco: “alternando placer y dolor”

A quien engaño, está sera una noche ideal para teñir la luna de rojo y que el placer del dolor se funda con la hermosa luna llena que iluminara esta perfecta noche.