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lunes, 19 de diciembre de 2011

Perdida en Meyer

Edward no me miró, y él no respondió a mi pregunta. Hacia garabatos en una hoja de papel que me pareció particularmente extraño como Bella nunca había mencionado una vez nada  de que Edward  hacia garabatos.
No eran más que formas al azar y las sombras y las imágenes. Nada realmente imaginativo o reflexivo.
Para ser honesta yo esperaba más de alguien que era tan talentoso.
De inmediato se detuvo y comenzó a garabatear mirando por la ventana en su lugar.
Él estaba bastante aburrido Yo estaba tan lejos de estas cosas. Yo no había ido a la escuela en años. Me acordé de gran parte de ella, pero otras cosas que había bloqueado con  mi alegría por estar con Edward al lado. Lo extraño es que hoy me parecía saber mucho más que ayer.

 Sin embargo, el profesor de biología  estaba lanzando alrededor de las palabras  que no entendía y estas palabras me daban la tendencia natural  de pensar en cosas más importantes...
Como el queso.  YO AMABA EL QUESO Yo definitivamente comprare queso esta noche.
Y vino, sí, no, espera, Bella  era menor de edad y no podía beber.
Así que una mierda, yo realmente necesitaba un vaso de vino. O algunos tragos de tequila.
Y ahora la vida de Bella estaba cada vez peor. Tenía  tareas de escuela,  era virgen, no podía manejar la Bestia, no podía beber y lo peor de todo no tenía  a Edward.
Edward no me miró durante la lección y yo traté de concentrarme en el profesor, pero  esto era tan difícil. Yo honestamente no pensaba que fuera tan difícil.
Bella iba  a estar tan molesta cuando volviera  y se encontrara que había
arruinado sus calificaciones. ¿Qué tan mal se verá su nombre?

Tengo que jugar al voleibol por la tarde. Era la única diversión que había tenido todo el día.  Así que nuestro equipo volvió a ganar y esta vez
Mike me dio una  vuelta en el aire cuando fue mi hit que marcó el final, del partido.

Me vestí y me fui para el estacionamiento sólo para darme cuenta que la bestia estaba en casa y no tenía manera de llegar allí. Mike entró detrás de mí de repente, impactándome yo estaba  un paso adelante haciendo que me tropezara un poco.
- ¿Hey, lista para irnos?  --   Preguntó.
- Sí, sólo espero verte la próxima vez, Me has asustado
- Lo siento,  Sra. Phoenix. Vamos, te voy a llevar a casa.
- Claro que sí, Mike.
Mike me dejó en casa y tuve la oportunidad de salir del coche sólo unos momentos antes de que él pasara la lengua por los labios y parecía que realmente quería darme un beso.
- Gracias por el viaje, Mike, tengo que llevar mi auto a  la escuela mañana tengo que ir después a una reunión con unos conocidos. Espero que tengas una buena tarde.

Hizo un gesto, un poco decepcionado y se fue.
Monte la Bestia. Todavía tenía compras que hacer. Por suerte yo había visto la tienda de comestibles cuando Charlie había conducido para táreme a casa. Le di una patada el motor,  y  traslade el cambio a la inversa y desesperadamente traté de equilibrar el embrague y el acelerador. Con  poco  gusto,  la bestia saltó hacia adelante con un rugir como un león viejo. Me agarre de nuevo y avance  de la primera a la segunda, y  luego  a la tercera. Yo estaba francamente con miedo. Por suerte La Bestia no podría alcanzar  altas velocidades, así que no tenía por qué haberme  sido tentada a correr.
 Compre en la tienda de comestibles y metí las compras  en la parte posterior de la Bestia. Cuando llegué a casa me puse a preparar la cena. Yo en serio tenía  la esperanza de que Charlie no le importara ser un
poco  vegetariano hoy. No es que yo fuera vegetariana, pero eso tampoco quitaba que no me gustara mucho la carne. Cociné una lasaña vegetariana. Yo no le diría, pero lo dejaría  para  que lo averiguara por
sí mismo. Mi lasaña vegetariana  cocinaba poco a poco.

En el momento que Charlie llegó a casa, la lasaña estaba en el horno y así mismo se horneaba en la parrilla  el Haloumi. Yo había comprado también un poco de pan grueso, de buena calidad para agregar  mi  adorado queso caliente.

- Oye  -  dijo Charlie mientras colgaba de su cinturón sobre el perchero  --   ¿Qué hay para cenar?

- Lasaña  --  dije mientras me volvía  para terminar de preparar el haloumi.

-¿Qué es eso?   -- Preguntó, y  vino  a inspeccionar.

- Haloumi. ¿Quieres un poco?

- Pensé que no podías comer demasiado queso ¿Algún tipo de intolerancia, verdad?  --  preguntó Charlie.
- Sí, papá, estoy tomando la medicación para eso.

-  ¡Oh!  --  dijo Charlie -- Bueno, voy a la tele un rato.

- Claro  --  le respondí.

- He oído  que tu y Mike eran una pareja, ¿ya?  -- Preguntó a Charlie desde la sala de estar.
Se me cayó el haloumi sobre el suelo. Ah cabrón... ¿Cuánto más iba a escuchar ese argumento?
-      No  -- le respondí  --  no hay absolutamente nada, estoy sola  -- cierto,  muy sola pensé.
Yo había decidido la noche anterior,  que necesitaba algún tipo de mascota. La casa era demasiado vacía.

- ¿No mataste a tu pez de colores una vez?  --  dijo Charlie , cuando se lo mencioné.

- Papá, eso fue hace años  --   me queje.
Bella  nunca se quejaba, pero yo era Bella
Charlie se quejó, pero me di cuenta de su corazón iba a negarme tener una mascota.

- Simplemente no s consigas nada demasiado sucio... o destructivo...--dijo Charlie antes de volver su atención a la TV. Hice un baile feliz.
- ¿Sabes, Bella?  Has cambiado mucho  -- menciono Charlie.
Yo sabía que él estaba tratando de sonar ocasional. Fracasó en el intento.
 -Lo sé, papá  --  le respondí.
¿Qué podía decir? Lo siento, no soy tu hija. Lo siento, no soy como ella. Siento que se ha ido y no estoy seguro de cómo traerla de vuelta.

Me fui antes de que pudiera decir nada más. Yo había conseguido realmente querer a  Charlie, y lo último que deseaba, era que él dijera que no le gustaba. Por supuesto, era natural que amara a Bella más que  a mí, sólo esperaba  que por lo menos me llevara bien con él.

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