Regalando Letras ... Para Gandalf

... Sé que no participaste... pero quise y siempre hago lo que quiero.

Vivimos en un mundo en el que parece que el único que propósito de este y de todos sus habitantes fuera simplemente seguir existiendo, de la misma manera como lo hicieron sus antepasados, estancados en reglas autoimpuestas que impiden la superación, hablamos entonces de determinismo social, de réplicas de modelos, en la que los hijos, muchas veces quedan marcados desde su nacimiento a un futuro incierto y carente de la luz que produce la cultura, el pensamiento y la reflexión filosófica.  Las culturas occidentales frecuentemente se admiran de las castas indias, mencionando la condena que representa para un ser humano el nacer en ellas, cuando nuestro sistema es mucho peor, porque a nuestros niños le decimos lo maravilloso que es poder alcanzar todos sus sueños, pero paralelamente le quitamos la capacidad de soñar, como no hacer realidad esos sueños, cuando lo único que se sueña es repetir el modelo vivido por tus padres.

Sin embargo, sabiendo que flores y talentos aparecen en todos lados, una persona puede hacer la diferencia, puede mostrar el mundo, construir sueños y queriéndolo, o sin quererlo romper ese círculo nefasto de vida en el que se sumerge la masa.

Recientemente conocí a una flor, que me contó sobre la magia de un hechicero que le dio valor, y la ayudo a construir sueños, abriendo ante sus ojos un mundo nuevo, emocionante, un mundo iluminado en el que ahora transita. Ella me contó de como aprendió de su maestro, y de la ilusión con la ahora extiende sus alas.

Es por eso que hoy quise regalarte estas pequeñas y humildes letras que no tienen otro propósito que el de reconocer a un forjador de sueños, y un hacedor de milagros, ya que cada flor que se convierte en estrellas, tiene detrás a alguien que muestra el camino.

Un besote y gracias por regalarle al mundo ese gran talento.

Un besote Felices fiestas.