¿Quieres unirte a Homefanfics? Muy sencillo visita nuestro nuevo hogar en www.homefanfics.com.
Te esperamos.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Zac, el nigromante (1)

                     ¿Quién es Zac?
Gnomo_atrapado.jpg (245×377)Ésa noche, algo cambió en la apacible ciudad de Sabadell. Una sombra había escapado. Se deslizaba velozmente por el pavimento y los muros de los edificios. Mientras permaneciese en zonas oscuras era imperceptible, pero alo ser alcanzado por la luz de una farola, una ventana abierta, un coche… entonces uno podía distinguir claramente como, por una fracción de segundo, una mancha negra viviente se deslizaba y se arrastraba a toda velocidad hacia la sombra más cercana.
Siguiéndole la pista muy de cerca estaba Zac, un reciente miembro del gremio de nigromantes en España. Su misión estaba más que clara: Encontrar y dar caza a la sombra antes de que ésta se alimente.
Las sombras salvajes nacen de los humanos. Al morir alguien de forma demasiado repentina, o al morir alguien que albergara oscuridad en su interior, a veces, sólo a veces, su sombra (que es dónde se almacena el alma de la gente) se desprende del cuerpo y, cual animal famélico, busca personas a las que devorar. Suelen ser extremadamente veloces y su tacto es letal. Pueden disolver un cuerpo humano en instantes sólo con tocarlo, para luego acoplarse su sombra, lo que las fortalece.
Cómo respuesta a éstos ataques, en la Edad Media nacieron los gremios de nigromantes, humanos dotados con poderes que les permiten manipular las sombras a su alrededor a voluntad, y usarlas como arma, o como cura. Los poderes de un nigromante son inmensamente extensos, pero varían según en qué campo se entrenen. Unos pueden materializar las sombras en forma de arma u objeto físico, otros las introducen en el cuerpo para alterar el organismo (ya sea para bien o como toxina), las posibilidades son casi infinitas.
Debido a los constantes ataques de sombras, los nigromantes del mundo decidieron apoyarse mutuamente agrupándose en gremios, que se dividen por países. A los jóvenes dotados con poderes oscuros se les lleva tan pronto como éstos florecen al gremio de su nación. Allí, se les entrena y forma adecuadamente, y más tarde (unos más pronto que otros, dependiendo del progreso), se les considera miembros de pleno derecho y se les lleva a combatir.
Con el avance de los siglos, los gremios, obviamente, se modernizaron. Hoy en día casi todos los países del mundo tienen un gremio. Su adaptación a los nuevos tiempos les permitió combinar la magia con la ciencia y tecnología para mantenerse informados mediante la red negra, una curiosa página web tan sólo accesible para los nigromantes e imposible de engañar. Desde allí, controlan todos los casos de sombras salvajes del mundo, se encuentra al nigromante activo más cercano y se lo hacen saber vía SMS. Todo ello con una sincronización perfecta.
Oficialmente, Zacarías Prat es un joven de diecisiete años normal. Asiste a clase todos los días, hace los deberes (bueno, casi siempre), e incluso soporta las burlas de la típica banda de estúpidos que se meten con él (a veces por su nombre, otras sólo por diversión), a pesar de que, de proponérselo, podría matarlos a todos ellos con un movimiento.
Pero para el gremio, Zac era una joven promesa que había superado con creces los entrenamientos en tan sólo un año, y que ahora ejercía como nigromante en el sector catalán del gremio español. A pesar de eso, aún seguía entrenándose todas las tardes en la sede de su sector en Catalunya. Y cuando se le asignaba una misión, la cumplía en cuestión de minutos. ¡Era un portento!
Aquella noche, una gran cantidad de desapariciones en la ciudad de Zac hizo pensar al gremio acerca de una posible sombra salvaje. Como era de esperar, no se equivocaron. Tras mandarlo a investigar, no tardaron en recibir un informe según el cual, el joven había presenciado a la sombra devorar a un mendigo y había iniciado una persecución.
La criatura se introducía en zonas oscuras para no ser vista, pero el rastro de energía y sufrimiento que emanaba la delataba. Para poder alcanzarla, Zac usó uno de los conjuros más sencillos, se fundió con su sombra. Ahora estaban en igualdad de condiciones. Aprovechó su forma para entrar en el suelo y aceleró; trepó por un bloque de pisos, y por fin, la acorraló en la azotea y recuperó su forma normal.
-¡Ya no tienes a donde huir! Venga, déjate cazar, no alargues más esto. Tengo otras cosas que hacer. ¿Sabes?
El monstruo se lo quedó observando desde el suelo, y luego emergió, adoptando a figura de un humano sin pelo, desnudo pero sin sexo, y completamente de color negro. A excepción de dos luces rojas que resplandecían dónde se supone que deberían de estar los ojos, y un gran ojo ovalado que brillaba con un fulgor púrpura en medio de su frente.
-Te con-su-mi-ré.- Dijo con un eco cuya procedencia era imposible de adivinar. Te consumiré, a ti y a todos y cada uno de los miserables humanos de ésta tierra.- Zac sonrió.
-Ya, eso mismo dicen todos. En serio, todos decís lo mismo. No habláis de otra cosa.
La sombra se transformó en una nube de humo negro que se avalanzó volando sobre el chico. Él, simplemente se deslizó por el suelo a un lado (como si llevase patines) en línea recta, dejando a su paso una humeante línea oscura. Las sombras salvajes suelen ser, por lo general, estúpidas, así que ésta se limitó a repetir el mismo movimiento cinco veces más, a lo que Zac respondió esquivándolo cinco veces con suma facilidad. Pero la criatura no reparó en el patrón que el joven mago seguía en sus movimientos. Al final, en el suelo quedó dibujada una perfecta estrella de cinco puntas rodeada por un círculo. Y el monstruo estaba justo en el centro. Zac esbozó una sonrisa burlona.
-No te has dado cuenta. ¿Verdad?- Dijo desde fuera del círculo. Entonces dio un pisotón y el pentagrama se iluminó con una intensa luz negra que emanaba del suelo. Unos rayos morados recorrían ahora el cuerpo de la sombra, que estaba arrodillada, y extremadamente asustada. Trató de correr pero estaba paralizada.
El nigromante extendió entonces su mano hacia su propia sombra, que se descompuso en miles de hebras oscuras hasta acumularse en su mano, formando una terrible espada curva, más grande de lo habitual, y con un color negro amenazante.
-Una simple sombra humana no es rival para un nigromante.
Luego saltó propulsado por una nube oscura y aterrizó encima del desesperado monstruo, hundiendo su espada en el ojo morado de su frente.
Acto seguido, la sombra salvaje estalló en un mar de polvo negro y el pentagrama se desvaneció. Zac arrojó su espada al suelo, donde volvió a formar parte de su sombra y luego desapareció en medio de un cúmulo oscuro.
Por fuera, Zac era un joven cualquiera; por dentro, era un nigromante, un cazador de sombras.

4 comentarios:

  1. Siento mucho el desencaje del texto. Si alguien lo puede arreglar, lo agradeceré. Aún soy novato en ésto de blogspot

    ResponderEliminar
  2. Hola Blacknordok, me encantato leerte, te felicito, tus escritos tienen una magia especial, me gustan mucho, excelentes descripciones, te felicito.
    Un besote.

    ResponderEliminar
  3. excelente escrito, muy bueno, la trama, los ambientes, me gusto mucho, espero el siguiente impaciente :) que bueno que te hayas animado a publicar una nueva aventura, me encanta este tipo de géneros. espero el siguiente, felicidades.

    ResponderEliminar
  4. Wow!!!! Qué tendrá lo oscuro que atrae tanto? Me ha encantado!

    ResponderEliminar