La tarde en que se quedó solo, tuvo una verdadera epifanía, si así se puede definir lo que por su alma atribulada atravesó de parte a parte, como un vendaval desbocado que arrasara sin piedad ni miramientos las escasas briznas de cordura que le quedaban.
La cuestión fue simple: mientras caminaba despacio y sin prisas, arrebatada la mirada en cada esquina de las deslustradas viviendas de un barrio antiguo siempre en silencio, su, a menudo inquieta mente, cayó en un estado de inusitada sedación que le hizo ver, con la clarividencia propia de los que van a morir, lo que en su vida le era esencial; y es que por fin supo que por detrás del reiterativo drama que representaba a diario como un consumado actor, consistente en interpretar la eterna farsa del dormir, comer, trabajar, descansar, hacer, deshacer, llorar, reír, amar y ser amado, existía, manifestándose cada vez más evidente, clamoroso y desinhibido, un espacio de notable vastedad en cuyo interior, aún siendo parte de su ser, un inquieto morador se mostraba ahora dispuesto a no permanecer ni un minuto más en estado de tétrica reclusión y para ello había empezado a surgir, deslizándose con la parsimonia de una culebra al acecho.
De modo que, lo que en esa plúmbea tarde de otoño vio el hombre a través de la puerta mágica que su inspiración le había dejado un momento entreabierta, no le resultó, como así se podía esperar, familiar en modo alguno; se podría decir, sin ningún género de dudas, que aquella visión no tenía nada, pero nada que ver con eso que en su monótona cotidianeidad había llegado a denominar como vida. Y lo peor de todo es que fuese lo que fuese, aquello había conseguido atravesar el dintel de una puerta que ya no se cerraría.
Espero que tu hombre encuentre algo bueno detrás de esa puerta porque, si fuera yo, ni me asomaba!!!
ResponderEliminarMe muestro bastante renuente a la hora de abrir portones o portales que me resultan extraños, desconocidos, no vaya a ser que lo que encuentre termine por empeorar lo que ya tengo o lo que soy... A esto lo llaman miedo. Creo...
Increible, gracias por compartirlo, todos tenemos encerrados algunos... ellos por ahi y si salen, Dios me libre... o mejor que los libre a ustedes...
ResponderEliminarUn besote, un placer leerlo.
Me niego a pensar que somos tal y como llegamos a creer que somos...hay mucho más detrás; de hecho, lo que está detrás de esas puertas es LO AUTÉNTICO que a su vez proyecta lo que queremos que vean los demás. (disculpad la diatriba metafísica...es que somos tan complejos...)
ResponderEliminarAbrazos múltiples.
Metafísica de las costumbres... XDD
ResponderEliminarComo siempre, me dejas planchada, milord.
Absolutamente complejos, pero que ganas de conocer lo autentico...
ResponderEliminarMis humildes felicitaciones.
excelente relato, me encanto, escribes muy bien :) tanto la trama como la redaccion me atrapo de principio a fin, felicidades.
ResponderEliminargracias a todas
ResponderEliminarFelicidades por este escrito tan magistral en su forma, como es habitual, como profundo en su fondo.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.