Casi real (13) Final.

Ismael estaba listo para atacar al individuo pero la voz de Liam lo detuvo, sabía muy bien quién era ese sujeto y aunque sentía un profundo odio por él no tenía más opción que contenerse, su prioridad era sacar a Eliot del lugar y tratar las heridas de Kaname.

-Roy…- siento la tardanza, me costó llegar- ¿vienes en auto?- si- tenemos que llevar a Kaname a un hospital, sus heridas son serias- claro, ¿en dónde está camelia?-

Liam desvió la vista al igual que el resto, eso fue suficiente para que Roy comprendiera lo sucedido, les dio la espalda y los condujo en silencio hasta dónde se encontraba su auto. Ninguno pronuncio palabra alguna en todo el trayecto, cada uno se encontraba sumido en sus pensamientos, ahora ya no tenían que vivir con miedo, por fin eran libres del control de ese sujeto, entonces… ¿Qué les esperaba ahora? ¿Qué debían hacer?

Los doctores les pidieron que esperaran afuera de la sala, debían someter a Kaname a una intervención de urgencia. Caín se paseaba por el pasillo inquieta, Liam detuvo su marcha y ambos fueron hasta la azotea del edificio. Una pequeña brisa se levanto en el lugar, como un indicio de lo serio que se tornaban las cosas.

-sé lo que dirás Liam… no quise mentirte pero- eres un idiota, no puedo creer que todo este tiempo te trate como un hombre- Liam- lo siento, has hecho cosa malas por mi culpa- no… yo quise ayudarte-Caín- ambos se quedaron de pie en el borde del edificio- ¿Qué piensas hacer ahora?- ya no hay razón para seguir huyendo, ese bastardo murió… solo me ocupare de Eliot, será difícil pero debo sacarlo adelante- sé que lo harás- ahora que todo termino debes pensar en tu felicidad Caín- yo…- hemos estado juntos durante mucho tiempo pero… que nos separemos no significa que dejemos de ser amigos o que no volvamos a vernos- ¿te iras de la ciudad?- si… es lo mejor, hay demasiados recuerdos dolorosos aquí- entiendo… prométeme algo- Liam la observo fijamente- no importa cuánto tiempo pase o cuán lejos vayas, prométeme que algún día nos volveremos a ver- Liam esbozo una sonrisa- por supuesto, es una promesa-

Ambos se dedicaron una mirada cómplice, Caín afirmo su cabeza en la espalda de Liam, este solo se limito a contemplar el paisaje frente a él. Podía sentir los sollozos de Caín, las despedidas son dolorosas por eso no le diría adiós sino hasta luego. Ahora que compartían una promesa, algún día, mientras ambos se encontraran bajo el mismo cielo, sin duda volverían a verse.

Ismael observaba al mayor cabizbajo, sostenía el café que le había sido entregado hace unos minutos pero no se sentía con ganas de beber o comer algo. La muerte de Joshua los había vuelto seres independientes, ahora que ya nada los mantenía atados a esa cruel vida ¿Por qué se mantendrían juntos? Sintió una suave caricia en su mejilla que le hizo alzar la vista, el rostro de Leonardo le hizo soltar una pequeña risita, se conocían hace muchos años y tal parecía que el mayor comprendía sus pensamientos con solo mirarlo.

-oye Leonardo- dime- ¿a dónde iremos ahora?- el mayor sonrió- ¿aun quieres estar a mi lado?... eres libre de ir y hacer lo que te plazca- el menor frunció el ceño- limítate a responder mi pregunta- esto lo hizo reír- entiendo, así que ya lo decidiste- así es, no te estoy preguntando si quieres estar a mi lado, eso ya lo doy por hecho- si que tienes agallas para decidir por mi- así es- le saco la lengua de una manera infantil, Leonardo lo medito un poco y esbozo una sonrisa, esto inquieto al menor- ¿A dónde iremos?- sorpréndeme-

Se miraron fijamente y se fueron perdiéndose por el largo pasillo, su decisión ya estaba tomada, no tenían razones para continuar en la ciudad, tampoco debían obedecer órdenes de nadie. Ninguno de ellos quiso despedirse, no porque les desagradaran los demás sino porque decir adiós significaba un sinfín de cosas y entre ellas que ya no volverían nunca a verse ni regresarían a esa ciudad. Fue un acuerdo mutuo, un acuerdo silencioso para ser más precisos, algún día, sin duda, regresarían a ese lugar y se despedirían como corresponde, cuando lograran sanar sus heridas y reemplazar la tristeza por la alegría.

Al despertarse Eliot se encontró solo en la habitación, rápidamente dedujo que se trataba de un hospital. Se levanto en silencio y observo por la ventana, el cielo se encontraba iluminado por un gran y brillante sol, algunas nubes blancas se alzaban por el azul del cielo. Cayo de rodillas sin dejar de llorar, no lloraba de felicidad por ser libre, no lloraba por el goce que le producía la muerte de Joshua, no lloraba porque ahora era dueño de su vida, lloraba por la simple razón de que tenía una vida propia pero la mujer con quien deseaba compartirla estaba muerta.

Tres días debió permanecer Kaname en el hospital, Liam y Eliot permanecían junto a él, ambos habían decidido marcharse de la ciudad, necesitaban curar sus corazones y ese lugar les traía demasiados recuerdos dolorosos. Kaname les dio la dirección de un amigo que podría ayudarlos. Liam se lo agradeció con una sonrisa.

-gracias por ayudarnos- no me las des, solo prométeme que se cuidaran y vendrán de vez en cuando a visitarnos- es una promesa-

La puerta se abrió y la joven entro sonriendo, cargaba un ramo de rosas rojas, que resaltaban el vestido blanco que usaba, Liam se volteo observándola fijamente, Caín se sonrojo desviando la vista.

-Liam…- lo siento, aun no me acostumbro a verte así- Kaname se rio- es cierto, te ves preciosa- Kaname- se sentó a su lado entregándole las flores- hoy puedes irte del hospital- que bien, ya me estaba aburriendo aquí- aun así debes descansar, así que yo te cuidare- volvió a sonreír- si es así, me quedare un largo tiempo en cama- pervertido- Liam tomó la mano de su hermano- ahora que estás mejor nosotros nos iremos- Liam…- es lo mejor, me sorprende que ustedes aun quieran quedarse, Ismael, Leonardo y Roy optaron por marcharse de inmediato- yo… no quiero continuar perdiendo el tiempo, quiero estar con Kaname- princesita- está vez no nos separaremos- así es-

Ambos jóvenes se despidieron con un “nos vemos” y se marcharon del lugar que tantas tristezas y un par de felicidades les había traído. Eliot contemplaba el paisaje por la ventana del tren, Liam tomó su mano observándolo fijamente.

-se que no quieres hablar de ello pero… camelia fue una estupenda mujer- Liam- por eso, no la recuerdes con tristeza, cada vez que pienses en ella sonríe, porque camelia deseaba que fueras libre y tuvieras una vida igual que el resto, vive por su recuerdo, por todas las cosas buenas que te enseño- es cierto…- y si quieres llorar, puedes hacerlo, yo estaré a tu lado sin importar lo que pase- gracias Liam… ¿sabes? Antes de marcharse Roy hablo conmigo… el dijo que no debía sentirme culpable porque camelia no fuera humana, comprendía muy bien los procedimientos con que la crearon, así que el hecho de que haya logrado sentir algo por alguien fue todo un milagro…- ya veo, entonces Roy- Liam lo observo sorprendido- ¿Qué ocurre hermano?- no puede ser…- Liam- el mayor esbozo una sonrisa tratando de calmarlo- no es nada, solo… olvide agradecerle por haberte cuidado- quizás volvamos a verlo- si-

Liam observo por la ventana, tratando de acallar esa vocecita que le advertía del peligro, no había manera de que Roy supiera que camelia no era humana, porque nadie de los presentes se lo había dicho, la única respuesta que le venía a la mente es que Roy también estaba involucrado en los experimentos que realizaba Joshua… sacudió ligeramente la cabeza y susurro un casi inaudible.

-no es posible…-

Cada uno decidió seguir con sus vidas, ya no había nada que los mantuviera atados al pasado, solo les quedaba avanzar y tratar de aceptar lo que eran, porque eso jamás lo podrían cambiar.

El hombre dirigió sus pasos hacia la habitación al final del pasillo, golpeo un par de veces y entro esbozando una sonrisa, el mayor se volteo a él y lo miro sonriendo mientras se mantenía al borde de la cama.

-tardaste- lo siento mucho, fue difícil conseguirlo-

Le arrojo un frasco con un líquido azul en su interior, el hombre preparo la jeringa e inyecto el brazo de la joven que yacía dormida sobre la cama de sabanas negras. La mujer abrió los ojos y se incorporo despacio, el hombre a su lado sonrió acariciando su mejilla.

-hola camelia, al fin despiertas cariño- la mujer los observo y esbozo una sonrisa- Joshua… Roy…- el último observo a Joshua sonriendo- está vez nuestra investigación fue todo un éxito- la joven sonrió y abrazo a Joshua fuertemente, este solo se limito a sonreír y besó su frente- está vez nadie nos separara camelia, nadie-