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jueves, 24 de noviembre de 2011

Fuck the police [del cap 1 al 10]

CAP.1 : Introducción -Teenagers

Mikey y yo estábamos tumbados en el césped, tomándonos en almuerzo. Hablábamos de cosas de clase, de música y de tonterías. No éramos de esa clase de chicos que prefieren jugar al futbol o al Basket en el recreo. Para nosotros era suficiente el hecho de disfrutar de nuestra mutua compañía, sin necesidad de ir sudados, y de pegarnos por estupideces.
Sonó el timbre que indicaba la vuelta a clase. Nos levantamos perezosamente.- Que, Way, buscando bichos en el barro??- preguntó un gilipollas de bachiller llamado Joe.
-Claro que si! Buscando Mariquitas como él! Jajajajaja- le siguió la broma un amigo suyo. Joe y su amigo siempre se estaban metiendo con Mikey.
-Lo siento Joe, pero Mikey no es gay, así que tendrás que buscarte a otro que te sople la nuca.- dije acercándome amenazadoramente a él. Aun que yo era notablemente mas bajito, vi miedo en su cara, que disimuló rápidamente.- Tranquilo Iero, no hace falta que defiendas a tu novia.- Dijo el otro. Joe le cogió del brazo y le hizo un gesto con la mano, para restarle importancia al asunto, y se fueron.
-No les hagas caso, son unos cabronazos.- le dije a Mikey, mientras íbamos de camino a clase. Él solo asintió.
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Mikey y yo íbamos a la misma clase de 4º de la ESO, en el instituto público Cavanilles. No tenia muy buena fama, pero los profesores eran buenos, que es lo que al fin y al cavo importa. Era última hora, y nos tocaba biología con la Señora del Puig. Era una profesora muy fría y dura. Siempre llevaba su moño, lo mas tirante posible, su ropa pasada de moda, y las gafas en la punta de la nariz. La típica profesora odiosa. Era la última hora del viernes estaba deseando oír ese estridente sonido que indicaba el final de las clases. Miré el reloj. Faltaban 3 minutos. La profesa también miró el suyo. - chicos, quiero que este fin de semana me hagáis un trabajo de 10 páginas sobre el cuerpo humano, y lo haréis por parejas.-dijo.
-Sobre que parte del cuerpo humano? El aparato reproductivo? - Dijo Jared, con una sonrisa burlona. Era el típico chico que ninguna madre quiere que su hija tenga de novio. Llevaba chupa de cuero, pantalones ajustados, y camisetas de grupos de rock y metal, y siempre tenia ese aspecto desaliñado que te hacia preguntarte si esa semana se había duchado, pero era un buen tío. Tenía un grupo de música del que él era el vocal. No tenían discográfica, pero actuaban siempre que podían en baretos de poca monta. Eran muy buenos, y estaba seguro de que algún día triunfarían. -Oh! el señor Leto haciéndose el graciosote, que novedad.- dijo la profesora con ironía.- Pues denle las gracias al su querido compañero, por que ahora el trabajo será de 15 folios.- dijo la señora Puig.- Eso es todo, pueden marcharse.- dijo con una sonrisa de autosuficiencia en los labios.
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De camino a casa, Mikey y yo decidimos que haríamos el trabajo esa misma tarde, y así tendríamos el fin de semana libre. Llamé a mi madre para decirle que me quedaba a comer a casa de Mikey, y nos dirigimos hacia allí.
Una vez en su casa, vimos una nota en el frigorífico.“Mikey, tesoro, este mediodía no voy a poder ir a comer a casa, tu a abuela a tenido un accidente.” -Mikey abrió los ojos alarmado- “pero no te preocupes, no a sido nada grave, se calló de la ducha y se rompió la cadera, está bien. Voy a pasar el día y la noche con ella. Volveré mañana temprano. Pídete una pizza para comer, que tú hermano tampoco va estar. Besos, mamá”

Mikey puso una mueca. Antes de que le preguntase nada me miró y preguntó- “bueno, ¿y de qué vas a querer la pizza?”

CAP.2 : Kill all your friends

Mikey y yo estábamos sentados en su sofá viendo la tele. Eran las cuatro y media de la tarde, los restos de pizza todavía estaban en la mesa.
-Mikey, creo que deberíamos empezar ya el dichoso trabajo.- dije, medio adormilado. Al ver que Mikey no me contestaba le miré, y vi que estaba dormido. Me acerqué a él.
-Mikey, Mikey…- susurré, mientras con una mano le movía el hombro. El refunfuñó, pero no se despertó.
- Mikey!- dije un poco mas alto. El abrió los ojos repentinamente, se echó hacia delante, y nos dimos un cabezazo.
-Auch!- dije llevándome una mano a la cabeza, en la parte donde me había dado el golpe.
-lo-lo siento Frank, te he hecho daño? No era mi intención…- dijo el todavía medio dormido.
-no, no es nada no te preocupes.- dije restándole importancia. Al retirar la mano de la cabeza, vi que tenia sangre. Mikey me había dado con la esquina de las gafas y me había hecho una pequeña herida.
-OH DIOS MIO! Vamos al baño y te curo!!!- dijo Mikey alarmado. A veces era muy exagerado.
-Mikey, solo es una gotita de sangre, no es necesario que…
-CALLA Y VEN CONMIGO!- me cortó Mikey, sin dejarme terminar la frase, me cogió de una mano y me arrastró escaleras arriba, dirección al baño.

Ya allí, Mikey me sentó en el borde de la bañera, mientras el rebuscaba en el botiquín.
- De verdad Mikey, no es necesario…- me quejé. Sabía que era inútil, pero al menos tenia que intentarlo. Mikey no me hizo caso. Cuando por fin encontró el algodón le puso un poco de alcohol y se dispuso a curarme.
-Te escuece?- preguntó.
-Un poco…
-Lo siento de verdad, es que…- empezó a intentar disculparse.
-Mikey, déjalo, ha sido un accidente, además, ya no me duele. -Mikey puso cara de resignación.
-Ok, esto ya está.- se dio la vuelta y tiró el algodón a la basura. -Por cierto sobre el trabajo, como quieres que…- Mikey no pudo terminar la frase ya que se tropezó con la alfombrilla de la ducha y se calló encima mío. Los dos caímos a lo largo de la bañera. Mikey estaba encima de mí.
-ay, dios, te has hecho daño Frankie?- dijo Mikey preocupado. Solo mi madre y Mikey me llamaban Frankie, aunque Mikey solo lo hacia de vez en cuando, intentaba reprimirse, por que sabia que no me gustaba que me lo llamasen en publico.
-Si no me quieres en tu casa, solo tienes que decírmelo, no hace falta que me intentes matar cada dos minutos.- dije de broma, mientras me reía.
-Frank!!- dijo Mikey, poniéndose rojo.
-jajajajaj, era una broma!! Ahora, si no te importa quitarte de encima, me gustaría recuperar mi verticalidad.- dije.
-oh, si, claro.- dijo Mikey. Intentó levantarse, pero se caía de nuevo o se resbalaba. Al tercer intento yo ya estaba con un ataque de risa que me moría.
-Mikey!!- no podía parar de reíme, la situación era más que graciosa. Mikey cada vez estaba más nervioso.- A ver, tranquilo, voy a intentar salir yo antes que tú.- le dije. Me agarré de los bordes de la bañera, y me impulsé hacia arriba. Yo conseguí sacar una pierna, y Mikey otra, y al final logramos salir.
-¿Ves?, ya está.- dije, y no pude evitar reírme de nuevo. Mikey me dio la espalda. Noté que se había enfadado de verdad.
-Oh, Mikey, no te lo tomes a mal… ya sabes que siempre me entra la risa floja…- le cogí del hombro e hice que se diese la vuelta, para que estuviésemos cara a cara. Vi que tenía los ojos vidrios.
- Mikey! Te ha sentado tan mal que…- El no me dejó terminar.
- Frank, no es eso…- vi como Mikey se debatía internamente. Le veía dudar si me contaba algo o no. Al parecer se decidió por contármelo. -Tú sabes que yo no soy de los más populares de la clase, soy tímido y torpe,  la gente me considera un empollón… Y… y… yo no hago nada para intentar evitarlo, es mas, me pasan cosas como estas… -Mikey hizo una breve pausa, y cogió aire.- Frank… yo a veces me pregunto por que eres mi amigo…- yo me quedé mudo. Mikey estaba sufriendo mucho y yo no me había dado cuenta. Sabia que su autoestima era baja, pero nunca pensé que llegase a estos limites. Me sentí fatal conmigo mismo. Yo era su mejor amigo y no había hecho nada para evitar que se sintiese así.
- Mikey, me da igual como piense la gente que eres, me da igual lo que piense la gente de ti, o si no eres muy “popular”, a mi me importas tu, Michael James Way Lee, y se que tu eres mi mejor amigo y que nada ni nadie va a cambiar eso. -dije, mientras ponía mis manos en sus mejillas, para que me mirase.- Mikey, yo te quiero tal cual eres ahora, no tienes que cambiar nada de ti, solo para que la opinión de dos idiotas sea mejor, por que si cambias, ya no serás tu.- Vi como a Mikey se le caían dos lagrimas, y me abrazó fuertemente.- Te quiero Frankie.
-Y yo a ti, tonto!-  sabia que había hecho que se sintiese mejor, y eso me reconfortaba. No quería volver a verle sufrir por nadie y menos por los gilipollas de nuestra clase. Nos separamos y le sonreí. - Qué?, hacemos el trabajo ya, o prefieres que tengamos una sesión de terapia psicológica? Te advierto que las cobro caras…-dije de broma.
El se secó las lágrimas, y sonrió. -vamos a hacer el maldito trabajo.

CAP.3 : Vampires will never hurt you

-Listo!- dijo Mikey. Acabábamos de terminar el trabajo de 15 folios sobre el cuerpo humano. Había sido agotador.
-Por fin! Tengo un sueño que lo flipas!!- le dije a Mikey. Miré por la ventana de su cuarto, se había hecho de noche.- qué hora es?- le pregunté
-Mmmm… las once y media.- dijo el.
-oh, tendré que llamar a mi madre para que me venga a buscar.- dije yo, mientras buscaba mi móvil con la mirada.
-Puedes quedarte a dormir si quieres.- me dijo Mikey
-No, no quiero ser una molestia.
-Frank, tu nunca eres una molestia, además, mi madre no está.
-ok, pero no tengo ropa....
-Bueno, yo te dejo, por muy enano que seas algo tendré para ti.- dijo mientras se reía.
-ja-ja muy gracioso.- dije haciéndome el ofendido.- voy a mandarle a mi madre un SMS para decirle que me quedo…
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-… y entonces la chica le dijo “lo siento, no me gustas”- terminé mi relato, sobre lo que le había pasado a un amigo el fin de semana pasado.
-jajajajajajaja de verdad?- dijo Mikey. Eran las tres de la mañana. Estábamos Mikey y yo hablando en su cuarto, con la luz encendida.
-si!! Tenias que haber visto la cara que se nos quedó a todos.- le dije yo. Era genial estar con Mikey, siempre me lo pasaba genial con el.
-oye Mikey… y hablando de tias… tu que tal con esa chica? Grace…- dije yo levantando las cejas y poniendo morritos. Mikey había salido un par de veces con una chica que había conocido en la biblioteca, y se le veía muy emocionado al respecto.
-no se… es muy guapa y simpática, pero no creo que sea mi tipo. No encajamos del todo, sabes?
-Vaya… hacíais muy buena pareja… además, estaba muy buena…- dije con una sonrisa picara en los labios.
-Frank!!!- Mikey me lanzó un almohadón,  y se puso rojo como un tomate.
-Venga! Es que acaso me vas a decir que la chica no está para comérsela??
-Si que es guapa… pero ya te he dicho que no congeniamos… - dijo Mikey, tumbándose boca arriba en su cama. Yo estaba en la cama de al lado. La cama de Mikey era una cama nido, y las habíamos puesto a la misma altura, para dormir más cómodos, de tal manera que quedaba como una cama de matrimonio.
-bueno… da igual, ya encontraras a otra.- me puse de lado, hinqué el codo en la cama y apoyé la cabeza en la mano. Mikey me miró.- si, eso espero.- Nos sonreímos. En ese momento, se oyó un portazo.- que ha sido ¿eso?- preguntó Mikey un poco asustado.
-habrá sido una corriente de aire, no te preocup…- no terminé la frase, ya que empezamos a oír pasos y ruidos por la escalera.- Mikey, has cerrado la puerta con llave?- pregunté. El me miró preocupado.
-Creo que si… pero puede que no…- vi que estaba muy nervioso. Con la mano que tenia libre le acaricié levemente la cabeza.
-voy a ver.- dije levantándome.
-no!!- susurró Mikey, pero con un tono de alarma total. Pero era muy tarde, yo ya estaba con la mano en el pomo de la puerta. Lo giré. Me asomé al pasillo y vi a una figura tambalearse, mientras intentaba avanzar a duras penas. Al ver la luz del cuarto, aquel hombre (¿¡mujer?!) se paró y me miró. Entonces le pude ver la cara.

CAP. 4: the jetset life is gonna kill you

-Gerard?-pregunté confuso.
-¿Quién eres tu? Qué… qué haces en mi… en mi casa?- Dijo Gerard arrastrando las palabras. Se notaba que estaba borracho. Muy borracho.
-soy Frank, el amigo de tu hermano… me he quedado aquí a pasar la noche porque…
Gerard no me dejó terminar- nononono… no me cuentes lo que hacéis… lo que hacéis mi hermano… y tu… no creo que esté listo para eso…- y se rió. Le costaba encontrar las palabras, su voz era pastosa y no vocalizaba nada en absoluto.
-no, te equivocas, tu hermano y yo no…- intenté explicarme, pero Gerard ya había perdido total interés en nuestra conversación y se estaba yendo hacia el baño del final de pasillo. Solté un suspiro y entré en el cuarto cerrando la puerta. Miré a Mikey y vi que tenía la cara roja y una expresión avergonzada. - mi madre ya no sabe que hacer con él…-se exculpó. En ese momento se oyó como Gerard vomitaba en el baño. A Mikey se le escapó una lágrima. Yo me senté a su lado en la cama y le abracé. -¿desde hace cuanto que pasa esto?- le pregunté.
-Desde hace ya unos meses. Se juntó con algunos amigos suyos, que dejaron el instituto para montar una banda de rock, creo que se llaman Prency Prepps, la verdad es que no me interesa mucho saber sobre ellos. Y de ahí ha ido cada vez a peor. Antes solo venia borracho un par de veces a la semana, pero cada vez viene mas veces, y peor. Incluso hay veces que viene con marcas de haberse peleado. - él se quedó callado.
-¿Porqué no me lo has contado, Mikey?- dije en un susurro. Aun que nunca lo admitiría, me dolía que él no hubiese confiado en mi.
-me daba vergüenza…- me dijo, escondiendo su cabeza en mi hombro. Me hubiese encantado decirle algo tipo: “debiste contármelo, yo podría haberte escuchado y ayudado, esto no ha debido ser fácil para ti” pero los reproches ahora no servirían de nada.- ¿Estas enfadado?- me preguntó sin levantar la cabeza de mi hombro.
-Claro que no. Anda, duerme.- dije mientras nos recostaba en la cama.
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Cuando me desperté a la mañana siguiente, Mikey no estaba a mi lado. Fui al baño a lavarme la cara. El agua fresca me quitó de encima todo el sopor mañanero que tenia. Escuché que alguien estaba trasteando en la cocina y bajé a ver. Mikey estaba preparando el desayuno.
-¿qué hora es?- le pregunté. Él se dio la vuelta, sorprendido.
-Buenos días. No te había oído llegar…. Son las… 9 y media.-dijo con una sonrisa en la cara.- ¿qué quieres de desayunar?
-Tengo dos maravillosas manos, puedo hacerme el desayuno yo solo.-le dije mientras sonreía.
-Frank, eres el invitado y…- yo hice como si no le hubiese escuchado y empecé a abrir armaritos y cajones en busca de un bol y una cuchara. Él sabia que insistir era inútil, así que desistió. Por fin encontré lo que buscaba y me preparé unos cereales con leche. Durante el desayuno Mikey y yo hablamos de cosas banales como el instituto o nuestros compañeros, pero ninguno de los dos tocó el tema de su hermano, que al parecer debía de estar durmiendo la mona en su cuarto. Gerard solo tenía tres años más que Mikey y yo, y ya estaba destrozando su vida. ¿Cómo podía ser posible? ¿La simple compañía de sus amigos le había llevado hasta el alcoholismo? La idea se me antojó ridícula. Gerard debía ser una persona muy inestable emocionalmente como para que le hubiese pasado eso. El ruido de la puerta interrumpió mis cavilaciones. -hola! - la madre de Mikey, Donna, vino a la cocina.- oh!  Frank! Que agradable sorpresa!- dijo sonriendo.
-Ayer se nos hizo tarde mientras hacíamos un trabajo y se quedó a dormir.- explicó brevemente Mikey.- por cierto, cómo está la abuela?
-La abuela Helena está mejor. Solo a sido un susto, no te preocupes cariño.-Dijo Dona. -bueno, voy a darme una ducha, que estoy molida.- y con esas subió por la escalera.
-creo que molesto, debería irme ya a mi casa.- dije.
-tu nunca molestas en esta casa, Frank. -dijo Mikey con cara de reproche.
-bueno, de todas formas debería irme ya, sino mi madre me echará la bronca.-dije sonriéndole.
-bueno, si es así…-dijo él.
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Era sábado por la tarde. Estaba en mi cuarto, componiendo con mi guitarra. Esa tarde estaba muy inspirado. Derepente mi móvil empezó a sonar. Maldije a la persona que osaba interrumpirme. Normalmente apagaba o silenciaba el móvil, pero esa tarde se me había olvidado. Lo cogí con desgana.
-SI?!- contesté bruscamente.
-Frank?- dijo una voz confundida.
-ah, Mikey… perdona… es que… bueno, da igual… dime, para que llamabas?
-yo bueno, es que me enterado que mi hermano va a tocar esta noche en un pub… le he escuchado hablando con un amigo suyo… bueno... La verdad creo que no son solo… eemmm... A lo que iba, que si quieres venir conmigo.- me dijo él. Se le notaba en la voz que estaba nervioso.
-ehh... claro…- contesté confundido.- pero… tenia entendido, que no querías saber nada sobre el grupo de tu hermano.- dije recordando lo que me había dicho la noche anterior.
-bueno, hasta anoche era así… pero cuando te lo conté, me di cuenta, de que en realidad, no sé nada sobre su grupo. Y eso es muy triste, ya que ha dejado sus estudios y su familia de lado por eso… debe ser muy importante para él… la verdad me gustaría conocer un poco mas sobre ello… eso es todo…- dijo.
-mmmm… Tiene sentido.-dije reflexionando brevemente sobre ello.- Dónde quieres que quedemos?

Cap 5:  I never Told you what I do for a living

Miré, por 15ª vez mi cama. Estaba llena de ropa. No sabía que se suponía que debía ponerme. Mikey me había dicho el nombre de un bar que era totalmente desconocido para mi, el “Fuck the police”. Seria Rock? Alternativo? Rapero?
Opté por ponerme unos vaqueros rotos, y una camiseta de manga corta amarilla de mi equipo de futbol americano favorito, los Giants. Me enfundé mis converse negras, y salí pitando, ya que llegaba un poco tarde.
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Vi a Mikey en la esquina en la que habíamos quedado. Él iba vestido con unos vaqueros y una camiseta a rayas rojas y negras.
-Llegas tarde.- me recriminó mientras nos dábamos un abrazo como saludo.
-Pero solo un poco.- sonreí ampliamente.- Bueno, donde dices que esta el sitio ese?
-Solo hay que bajar por esta calle, no está muy lejos.- contestó él.

La puerta del “fuck the police” estaba abarrotada de gente. Todos tenían aspecto de estar muy bebidos, y seguramente drogados. Tenían estética Punk/rockera. Muchos fumaban tabaco, y otros tantos, lo que no es tabaco. Hablaban a gritos, se reían a carcajadas y se pegaban “cariñosamente”… Eso era un gallinero, lleno de piercings y cuero.

Mikey y yo nos miramos, y pude ver que pensaba lo mismo que yo. La verdad es que daba un poco miedo.
En la puerta había un gorila. Llevaba un chaleco de cuero negro, y unos vaqueros. Era corpulento y llevaba gafas de sol, aunque fuese noche cerrada. Toda la piel que quedaba al descubierto, estaba llena de tatuajes. Mi fijé especialmente en uno. Era un ancla, con las iniciales de New Jersey, lo tenía en el brazo izquierdo. Me quedé fascinado con ese tatuaje. Yo nunca me había sentido especialmente interesado por los tatuajes, pero sentí una terrible e inexplicable envidia cuando lo vi en su piel. Yo también lo quería.
 -Qué miras enano?- me preguntó él, al darse cuenta que le estaba mirando fijamente.
-y-yo? Nada… lo siento…- cogí a Mikey del brazo y tiré de el hacia el interior del local, sin mirar como reaccionaba el hombre. No quería problemas con ese tipo de gente.

 El lugar olía a alcohol y a marihuana. Nada mas entrar, se veía el pequeño escenario del fondo. En la pared derecha había una larga barra y más cerca de la puerta, a la izquierda, había un par de mesas con sillas. El lugar estaba medio vacío. Algunas personas estaban sentadas en la barra, otros estaban de pie, de cara el escenario, charlando. De fondo se escuchaban las risas y el griterío de los de fuera.
Sonaban Black flag en el equipo de sonido. No escuchaba mucha música punk, pero tampoco me disgustaba. Yo era mas de rock and roll y música alternativa, pero nada demasiado “duro”.

-A qué hora empieza el concierto?- le pregunté a Mikey.
-Dentro de diez minutos.- me contestó él, mientras miraba su reloj.
-Todavía tenemos tiempo. Vallamos a la barra y pidamos algo.- le dije. Él asintió.
Nos dirigimos hacia allí. Nos sentamos en dos banquetas que estaban libres. Había suciedad y colillas por todo el suelo. Cuando me apoyé en la barra, noté que estaba pegajosa, hice una mueca de asco. Mikey me miró, percatándose del motivo de mi disgusto.
Instantes después, una camarera vino a atendernos. Era muy guapa. Tenía el pelo negro, un piercing en el labio inferior, y se le veían los tatuajes que llevaba en el pecho y brazos. Tenía un estilo muy pin-up.
-¿Qué queréis?- dijo desganada.
-eh… - Mikey me miró dudoso. Ella levantó una ceja, expectante.
-Dos vodkas con Fanta de naranja, por favor.- dije pidiendo por los dos. La chica asintió, alejándose. Al poco tiempo vino con lo nuestro.
-son 6€.- nos dijo. Mikey y yo le pagamos y ella se fue.
-que antipática…- le dije por lo bajo a Mikey. Él simplemente asintió.
-Te pasa algo, Mikey?- el aludido levantó la cabeza y me miró fijamente.
-Es que estoy un poco nervioso, la verdad…- dijo volviendo a bajar la mirada.- Gracias por acompañarme Frankie… sin ti no podría haber venido…- me dijo sonriendo. Yo le revolví el pelo.
-No tienes por que darme las gracias. - dije sonriendo también. En ese momento, la camarera que nos había atendido subió al escenario.

-La actuación de esta noche será de Prency Prepp, unos capullos de aquí, de NJ. En unos minutos empezará el concierto.- hubo una breve pausa, que la gente aprovechó para ir entrando al local, e ir acercándose al escenario. En un minuto, el lugar que antes estaba prácticamente vacío, había pasado a estar lleno hasta los topes.
Mikey y yo intentamos abrirnos paso hacia la primera fila, pero la muchedumbre era dura de roer y no nos dejaron pasar fácilmente, así que nos fuimos al final del local, con el fin de verlo y escucharlo bien, sin el agobio de la gente.
Una puerta lateral, cerca del escenario se abrió, y salieron cinco personas. Al único que reconocí fue a Gerard. Los cinco llevaban el mismo estilo que el resto de personas del pub: Ropa negra, chaquetas de cuero, tachuelas y rotos por todos los sitios, algunos levaban los ojos pintados de negro u otros colores, como el rojo.

Cuando se habían subido todos al escenario (no sin cierta dificultad, ya que se notaba que iban bebidos), Gerard cogió el micro y empezó a hablar.
-Buenas… buenas noches a todos… Somos Pencey Prep…-hubo una breve pausa en la que el publico aplaudió y vitoreó.
- A la batería tenemos a mi amigo Ray.- el público seguía aplaudiendo. El aludido se levantó y saludó. Tenía los labios gruesos y la nariz ancha. Tenia la piel blanca, como la mayoría de los allí presentes. Pero lo más llamativo de su aspecto, era su pelo afro. Gerard siguió con la presentación.
- y este rubio de aquí, es Quinn, y está a cargo de la guitarra rítmica.- dijo Gerard señalando a un chico rubio, con todo el flequillo por la cara, y que parecía un poco tímido. Él simplemente, levantó la mano a modo de saludo.
-Luego, aquí tenemos al master del bajo… Bob!!- dijo Gerard con entusiasmo. Bob, también era rubio, pero se diferenciaba mucho de Quinn. Llevaba la barba de varias semanas y era mucho más corpulento.  Ni siquiera hizo ademán de saludar al público. Puto antipático.
-Y por último, y no por ello menos importante, tocando la guitarra principal… Bert!!- Bert, elevó las manos al cielo, y pegó un grito de guerra. El público se volvió loco. Cuanto más gritaba él, mas gritaban ellos. En un momento dado, Bert aplaudió, dando por terminado el “saludo”. Se acercó a Gerard y le dio un beso en los labios. Yo me quedé en shock. Gerard era gay?

CAP. 6: Desolation row

Miré extrañado a Mikey. Él no parecía tan sorprendido como yo. En el escenario, Bert, cogió el micro que sostenía Gerard en las manos.- A ver, que le quede bien claro a todas las zorritas del local. Este hombre es mío.- hizo un gran hincapié en esa ultima palabra.- y si hay alguna guarra que intente tirárselo esta noche, espero que tenga un buen seguro medico.- mucha gente del publico se rió ante ese comentario. Se oían comentarios tipo “siempre igual”, “Todas las noches con lo mismo”, “Bert no se cansa…” y cosas así. Al parecer era habitual que hiciera esas cosas. Yo me sentí mal por Gerard. ¿Acaso no le sentaba mal que Bert le tratase como un objeto?

-Mikey, ¿tu sabias esto?- le pregunté como pude, ya que con todo el ruido que había, era muy difícil escuchar algo. Él me miró dubitativo.
-Sabia que Gerard era gay… y me imaginaba que estaba saliendo con Bert.- dijo confirmando mis pensamientos.
-¿Por qué nunca me habías dicho nada? Desde hace cuánto que lo sabes?- pregunté con un tono, quizás poco apropiado para la situación. No sabía por que, pero me sentía un poco traicionado por Mikey.
-No se Frank… pues desde hace unos años. Pillé a Gerard besándose con un chico en el sofá del salón, una vez que llegué demasiado pronto a casa… -hizo una pausa.- Y no te lo conté por que no pensé que fuese importante… Además, tampoco es que hubiese salido el tema.- Dijo Mikey a la defensiva, un poco sorprendido de mi rudeza. Me di cuenta de que me estaba comportando como un idiota. Mikey no estaba obligado a contarme nada de los asuntos de su hermano.
-Tienes razón, lo siento tío…- dije mientras le ponía una mano el hombro. Mikey sonrió y el concierto empezó.

Unos golpes de batería, al instante se unió el bajo y unas notas después, las guitarras. Era una melodía rápida, ansiosa, estaba llena de vitalidad y de ganas de vida.
Gerard comenzó a cantar. Era una canción desesperada. Hablaba sobre la superficialidad de nuestra sociedad y sobre la soledad que ocasionaba. Era una letra muy pesimista, en contraste con el ritmo vivaz de la melodía. Todo el mundo saltaba, se movían de un lado al otro, se daban golpes y algunos cantaban la letra. Parecía que estaban locos. Solo les importaba saltar al compás de la canción y pasárselo bien. Mikey y yo éramos los únicos que estábamos quietos.

La canción estaba terminando, cuando se oyó un fuerte ruido, como un petardo. El grupo dejó de tocar y se hizo el caos. Había sido un disparo.
La gente corría desesperada de un lado al otro, gritando. Cogí a Mikey de la muñeca y lo arrastre hacia la salida, pero el no se movía.- Vamos!! Tenemos que salir de aquí!!- le grité. Pero el seguía sin reaccionar, estaba con la mirada perdida en el escenario. Seguí su mirada y vi lo mismo que él. Había alguien tendido en el suelo del escenario. Habían cuatro personas a su alrededor, pero no pude ver quienes eran. La gente nos golpeaba y empujaba, por que estábamos entorpeciendo el camino.
Oí el grito ahogado de Ray. - Está muerto JODER!!


CAP. 7 : You Know What They Do To Guys Like Us In Prison

Estaba paralizado. Acababan de matar a alguien en ese local, y yo todavía no sabia si Gerard estaba bien. Miré a Mikey, y vi que estaba en la misma situación que yo.
El local era un caos. Todo el mundo corría de un lado al otro, gritando y empujándose los unos a los otros. Todos querían salir a la vez. En ese momento se oyeron unas sirenas a lo lejos. Entonces reaccioné. Cogí a Mikey por la manga de la camiseta y empujé de él. Teníamos que llegar al escenario como fuese. Tenia que descubrir por Mikey si su hermano estaba bien, ya que él no podía, por que todavía estaba en estado de shock.

El calor de la gente era insoportable. Todos iban en dirección contaría a nosotros, y nos era casi imposible avanzar. En una de esas, alguien me cogió por la camiseta.
-eh, capullo! Quieres soltarme!?!- dije intentado seguir avanzando. Pero no me soltaron. Entonces me di la vuelta, dispuesto a pegar a quien fuese, con tal de poder llegar de una maldita vez al escenario. Me quedé de piedra al ver quien era.
-eh, eh, tranquilo Frank, soy yo.- dijo Jared, mi compañero de clase. Al parecer el también había asistido al concierto de esa noche.- ¿Qué hacéis vosotros dos aquí?- me preguntó.
-Es una historia muy larga, Jared. Lo siento tío, pero tenemos que llegar al escenario. El hermano de Mikey estaba allí y no sabemos si esta bien.-le dije rápidamente.
-¿Cuál de todos es su hermano?- preguntó con curiosidad. Yo no podía seguir perdiendo el tiempo con conversaciones que no llevan a ningún sitio. Tenia que saber si Gerard estaba bien o no.
-Jared, de verdad, te lo diré el lunes en clase, ahora me tengo que ir.- las sirenas de policía cada vez se oían más cerca.
-Vale tío, pero iros de aquí en cuanto podáis. No dejéis que os pille la pasma.- nos aconsejó Jared, mientras seguía su camino hacia la salida.

Yo no estaba preocupado por eso. Éramos testigos de un crimen, no me importaba tener que declarar lo que había visto, o mas bien, oído.
Mikey y yo avanzamos hacia el escenario. El local se había estado vaciando poco a poco, y era ligeramente más fácil avanzar. Cuando nos quedaban unos pocos metros para llegar, vi a Quinn de pie sobre el escenario. Le hice señas, para que me mirase, pero no me vio.

Oí como Mikey gritaba y vi que un policía le estaba esposando las manos detrás de la espalda.
- ¿Qué coño haces?!- Le grité al policía que le estaba deteniendo. No me dio tiempo a seguir quejándome, ya que otro policía me empujó contra la barra del bar. Con una mano me presionó fuertemente la cabeza sobre la fría madera de esta, mientras con la otra me ponía las esposas.
-Será mejor que calles tu sucia boca.- me dijo con asco. Soltó la mano que tenía sobre mi cabeza y me guió a empujones hacia la puerta. Yo llamaba a Mikey a gritos y le buscaba con la mirada, pero no conseguí verle.

 Una vez fuera, me metieron en un furgón con otras quince personas. No entendía nada. Había una docena de policías dentro del local, deteniendo gente, mas otra veintena fuera. ¿Por qué nos detenían a todos? No habíamos hecho nada!
-¿Qué diablos está pasando?- le pregunté a una chica que estaba al mi lado.
- Pues que nos llevan de excursión a la fabrica de piruletas.- dijo con ironía.- ¿pues tu que coño crees?- me dijo.

Los policías, metieron en el furgón a un par de personas más y cerraron la puerta. El furgón arrancó violentamente. Solo se oía el ruido de las ruedas contra el pavimento y la radio de policía, que no paraba de dar avisos. Cuando llevábamos unos 5 minutos de trayecto, la furgoneta se paró. Esta vez de una manera más suave. Instantes después, se abrieron las puertas, y empezaron a sacarnos.

Una vez dentro de la comisaría, nos pidieron nuestros datos, para buscarnos en los archivos.
-Perdone, se puede saber por qué nos han detenido?- le pregunté a la señora que me había pedido mi nombre y apellidos.
-Yo no lo sé encanto. Mi trabajo es buscar vuestra ficha policial, y en caso de que no tengáis, cosa que dudo, crearos una. Así que dame tu maldito nombre para que pueda hacer mi trabajo.- Me dijo la susodicha, con una mueca de cansancio en la cara. Tenía la piel muy morena y el pelo negro, liso, muy estropajoso y escaso. Tendría cincuenta y muchos o sesenta y pocos años. Pero sin duda lo más desagradable de ella, era su cara de perro.
-Me llamo Frank Iero. Frank Anthony Thomas Iero Pricolo.- le dije.
-Que nombre más… extraño- dijo con una mueca de desagrado. Yo me contuve para no estamparle la cara contra el mostrador. Ella tecleó mi nombre en el ordenador. -Muy bien Frank… no tienes ficha policial, felicidades. -Dijo levantando la mirada de la pantalla del ordenador.- ¿Ves? Todos los días se hace algo nuevo.- dijo con una sonrisa falsa en los labios. - Pasa por esa puerta. Allí te harán unas fotos.- dijo señalando una puerta. El policía que la custodiaba, me guió dentro e hizo las típicas fotos de ficha policial. Frente, perfil e intermedio.

-Muy bien chaval. Ve por allí- me dijo, señalando un pasillo.- al final estarán unos compañeros míos, esperándote.- asentí e hice lo que me indicó.
Tal como había dicho, había un par de policías que estaban metiendo gente en las celdas. Me vieron, me quitaron las esposas y me metieron en una abarrotada celda. Eché una ojeada y vi a Mikey sentado en un banco, con las rodillas en el pecho.
-Mikey!- grité. Él levantó rápidamente la cabeza.
-FRANK! Oh, dios, Frank!! - dijo levantándose del banco y reduciendo a zancadas la distancia que nos separaba.
- no sabes como lo estoy pasando.- me dijo al oído, mientras me abrazaba fuertemente. Yo le devolví el abrazo.
- tranquilo Mikey. Todo va a salir bien.- le dije mientras le acariciaba la espalda suavemente. -vamos, ve a sentarte, voy a preguntar si saben algo de tu hermano.- le dije mientras deshacía nuestro abrazo. Él asintió,  me hizo caso y se sentó. Yo me acerqué a los barrotes que delimitaban la celda.

-Perdone.- le dije a un policía que había cerca. Él me miró sorprendido.
-¿Qué quieres?- dijo rudamente
-El hermano de un amigo mío estaba esta noche en el bar. Me preguntaba si sabían algo de él, o de alguno de los integrantes de la banda.- le dije educadamente.
-¿los de la banda? A esos los están interrogando.- dijo.
-ya, pero yo quería saber si… bueno, si él está bien…- dije con un tono un poco mas discreto.
-No se a que te refieres, chaval…- me contestó él. Yo comenzaba a desesperarme.
-Francamente, le estoy preguntado si Gerard Way está muerto.- le dije, intentando controlar mi tono de voz. El policía se irguió en su puesto.
-Lo siento, pero no estoy autorizado a proporcionar esa clase de información.- dijo serio.- ahora vuelve a tu lugar.

Gerard POV

Estaba en una fría sala de interrogatorios. Había una mesa metálica en el centro de la sala, con una silla a cada lado. En una de las paredes había un gran espejo, en el cual vi mi reflejo por unos segundos. Tenía todo el maquillaje corrido, y estaba sudado y despeinado.
 Había dos tubos fluorescentes en el techo, que parpadeaban de vez en cuando. Eso me ponía nervioso.

Hacia diez minutos que me habían traído a este lugar, sin decirme nada más. Había usado ese tiempo para pensar en la muerte de mi amigo, Bob. El rubio nunca había sido de mis mejores amigos, pero le tenia mucho cariño, habíamos vivido muchas cosas juntos. Se me escapo una única lagrima, cuando me acordé del día que nos conocimos.

Estábamos de vacaciones, y unos amigos de clase y yo estábamos reunidos en el garaje de Bert. Habíamos estado hablando de formar una banda, pero nos faltaba un bajista. Obviamente había propuesto pedírselo a mi hermano, ya que él sabía tocar el bajo, pero los chicos se habían negado, alegando que no tenía experiencia, y que era demasiado joven. Yo no quería empezar una pelea, así que no les discutí. Ray había pensado en un amigo suyo, que se llamaba Bob y a había estado en un par de grupos antes.
“chicos, él, es Bob” le presentó Ray. La primera impresión que me dio Bob, fue que era un poco antipático, ya que en toda la tarde, apenas esbozó un par de sonrisas, pero luego resultó ser un gran chico.
Bob, era el hombre con el plan. Siempre sabia que hacer, cuando todo se ponía difícil.

Me sequé la solitaria lágrima con el dorso de la mano, y recompuse mi expresión. Era muy consciente de que me estaban grabando y de que seguramente, detrás de ese espejo habría alguien observándome, y no podía demostrar debilidad.

Minutos después, entró un policía. Era de mediana edad, complexión ancha y con el típico bigote acho y frondoso. Se sentó con actitud vacilante en la silla que estaba enfrente de mí. Traía unos papeles con él.
-Buenas noches, Gerard.- me saludo con una actitud chula y una media sonrisa en los labios. Yo simplemente le miré.
-No tienes por que preocuparte, Gerard- empezó él, con una voz lenta y amenazadora.- vosotros cuatro sois los únicos que no estáis detenidos en calidad de sospechosos.- siguió. Lo que pretendía era ponerme nervioso con su voz y actitud, pero si pensaba que lo iba a conseguir, era un hombre muy inocente.
-Es normal. Estábamos tocando ante decenas de personas, no creo que hubiésemos  podido disparar un arma. Seria estúpido pensar que hemos sido uno de nosotros.- dije yo, tranquilamente y poniendo mi mejor sonrisa de niño bueno. El policía hizo caso omiso de mi comentario, y siguió a lo suyo.
-Gerard, cuéntame todo lo que sepas sobre lo que a pasado esta noche.- me dijo él, con el semblante serio.
-Bueno, lo único que se, es que mientras tocábamos la primera canción, algún gilipollas, le ha disparado a Bob y lo a matado. Imagino que seria alguien que estaba entre el público, pero no vi a nadie sospechoso. O al menos lo suficientemente sospechoso como para matar a Bob, sin razón alguna. -dije eso último, pensado en la clase de personas que frecuentaba el fuck the police.

El interrogatorio siguió la misma línea, de preguntas estúpidas en las que tuve que soltar un par de mentiras. Por que obviamente si que sabia por qué habían matado a Bob.
Y si las cosas no cambiaban, yo iba a acabar igual.
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Cuando el interrogatorio terminó, me hicieron firmar mi declaración y me llevaron hacia las celdas, por que aunque no estaba detenido como acusado, si que lo estaba por desorden público. Me metieron en una celda con otros diez tíos. Cuado entré, me senté en un banco. Miré a mis compañeros de celda. A muchos los conocía del fuck the police y de otros sitios mas. Había un chico que se me hacia familiar. Estaba sentado en un banco enfrente mío, con la cabeza apoyada en la pared. Parecía que estaba durmiendo, o al menos descansando. Era bastante guapo. Tenia el pelo negro, un poco largo. La piel mas o menos blanca y vestía muy normal. No pegaba con el tipo de gente que solía frecuentar la comisaría, como yo. Tenía a un chico abrazado a él. No le pude ver la cara, por que tenia la cabeza enterrada en el cuello del otro. Me quedé un rato observando a los dos chicos. Derepente, el chico, al cual no le había podido ver todavía la cara, se movió y se apoyó en la pared, de la misma manera que estaba su amigo. Y entonces le vi la cara. Era Mikey.

CAP. 8: This Is How I Disappear

Estaba tumbado en mi cama. Hacia dos horas que había vuelto de la comisaría. Eran las 3 y media de la mañana. Todo lo ocurrido esa noche parecía una lejana pesadilla. Me dolían todos los músculos del cuerpo, y estaba muy cansado. Pero no podía dormir.

Horas antes:

Estaba de vuelta en la celda. Me habían hecho un breve interrogatorio, preguntándome que había visto. No les había sido de mucha ayuda, ya que lo único que sabia, era que una persona había disparado a alguien de la banda.

Mikey y yo estábamos sentados en un banco, y Mikey estaba abrazado a mí.
Estaba en ese estado, en el que no estas ni dormido ni despierto. Toda la actividad de la noche empezaba a hacer mella en mí, pero no podía quedarme dormido del todo. Mikey se revolvió y deshizo nuestro abrazo. Instantes después se oyó una voz incrédula.

-Mi...Mikey?- abrí los ojos rápidamente. Vi a Gerard sentado delante de nosotros, mirándonos con sorpresa. Hubo unos segundos de silencio absoluto.
-Gerard!!! Estas bien!!- gritó Mikey emocionado. Un par de detenidos le miraron mal por armar tanto escándalo, pero él no se dio cuenta. Mikey se levantó rápidamente y abrazó fuertemente a Gerard. Yo podía ver la incredulidad y sorpresa en los ojos de este.
-Claro que estoy bien. ¿Por qué iba a estar mal?- preguntó un poco divertido.
-Pues, por que han disparado al escenario donde estabas tocando, por ejemplo.- dijo Mikey separándose de él, con voz acusadora.
-Has… has estado esta noche en el club? ¿Qué coño hacías allí?- preguntó Gerard un poco sorprendido y molesto.
-pues… pues... nosotros…- Mikey se puso nervioso. Él no quería que Gerard supiese la verdad, que estábamos allí por su hermano.
-fuimos a ver a un amigo.- mentí yo. Gerard puso rápidamente toda su atención en mí.
-¿un amigo? ¿Qué amigo?- preguntó inquisitivo.
-Se llama Jared, va a nuestra clase.- contesté en un tono pasivo. Aunque Gerard no lo pretendiese, me resultaba un poco amenazante.
Él me miró pero no me respondió.
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-Iero, puedes hacer tu llamada.- me dijo un policía desde fuera. Yo asentí y fui hacia el teléfono. Tuve una larga conversación con mi madre. Al principio se enfadó, pero luego conseguí hacerla entrar en razón y dijo que vendría a buscarme.
Minutos después, el mismo policía le dijo a Gerard que hiciera su llamada. Tuvo una breve conversación con su madre y volvió. Le dijo a Mikey que su madre iba a ir a buscarlos a ambos. Estando seguro de que iban a ir a recoger a Mikey, me fui tranquilo con mi madre, no sin antes hacerle prometer a Mikey que me llamaría cuando llegase a su casa.

Ya una vez en casa, mi madre me había echado una gran bronca y me había dicho que tendría que pagar de mi mensualidad, todo el dinero de la fianza. Me parecía justo y me alegré mucho de que no me castigase.
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Presente:

Seguía tirado en la cama. Estaba muy preocupado por que Mikey no me había llamado todavía. Arto de esperar, cogí el móvil y marqué su numero, el cual me sabia de memoria.
Cinco tonos después, contestaron.
-Frank?- me preguntó la voz de Gerard.
-Gerard? Donde está Mikey?- pregunté sorprendido de que fuese él el que me respondiese. Gerard suspiro.
- Sinceramente… no lo se. Hace una hora tuvo una gran pelea con mi madre y se fue de casa. Todavía no ha vuelto y me estoy empezando a preocupar.- dijo en un tono cansado.
-Pero no dijo donde fue?- le pregunté yo.
-No. Simplemente cogió una chaqueta y se piró.- dijo preocupado.
-Gerard, si vuelve a casa llámame. O dile que me llame. O las dos cosas, no se. Yo voy a ir a buscarle.- dije nervioso. Era my tarde, no quería que Mikey estuviese deambulando solo por la calle. Además si se había peleado con su madre, estaría triste.
-Pero Frank... es muy tarde… no deberías…- dijo Gerard intentando disuadirme.
-Gerard, -dije en un tono decidido- solo estoy haciendo lo que me corresponde hacer como amigo. -hice una breve pausa.- Y tú deberías hacer lo que te corresponde como hermano.- dije un poco enfadado. Colgué la llamada sin despedirme, y me puse las zapatillas, dispuesto a irme.

Salí sigilosamente de la casa. Mi madre estaba durmiendo y no quería que se despertase, para tener que darle explicaciones de a donde iba tan tarde.

No sabía por donde empezar a buscar, así que fui hacia el barrio de Mikey. Las calles estaban frías y oscuras. Por esos barrios no había demasiadas farolas. El viento me golpeaba en la cara mientras andaba. Me subí la chaqueta hasta la barbilla y seguí mi camino.

Pasé por delante de nuestro antiguo colegio. Era un edificio no muy grande, de ladrillos amarillos. Cuando éramos pequeños Mikey y yo siempre nos lo pasábamos genial en el gigantesco patio.
Un montón de recuerdos inundaron mi mente, pero uno en especial logró destacar entre los demás. Con ese recuerdo en la mente, me dirigí a un lugar muy especial.
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Estaba corriendo por el parque de mi infancia. Casi podía oír las risas de los niños jugando y divirtiéndose. Esa escena distaba mucho de mi actual situación.

Buscaba ansioso ese lugar tan especial. Aquel, en el que años atrás, Mikey y yo nos habíamos jurado amistad eterna. El recuerdo de esa escena me hizo acelerar el paso. Tenia que encontrarle cuanto antes.

Encontré con cierta dificultad el sendero que me llevaría hasta allí. Estaba escondido, y salía desde el sendero principal del parque. Por el paso de los años, habían ido creciendo plantas y matojos, y al no ser una zona transitada del parque, había quedado relegada al olvido. Avancé como pude por el estrecho camino.
Me alegré de llevar pantalones largos, si no, hubiese acabado con todas las piernas llenas de heridas y arañazos. Mientras iba avanzando por la oscuridad me asaltaron las dudas ¿Estaría yendo al lugar correcto? ¿Estaría allí Mikey? Me puse un poco nervioso. Aceleré todavía mas el paso, prácticamente iba corriendo.

Conseguí salir del oscuro sendero, y le vi. Mikey estaba sentado en el suelo, al lado de nuestro árbol. Nuestro maravilloso sauce. No estaba seguro que hacia un sauce llorón, escondido en las entrañas de un parque público. Lo que si sabía era que ese árbol era una de las cosas más hermosas que podías ver en este mundo. La luz de la noche le daba un aura mágica, que te hacia creer que todo era posible.

Al oír mis pasos, Mikey levantó la cabeza. La luz de la luna le iluminó la cara. Tenía un aspecto terrible. Tenía toda la cara húmeda, por culpa de las lágrimas. También tenía la mejilla izquierda roja. Como si le hubiesen pegado.
-Mikey!- Grité desesperado. Me tiré a su lado abrazándole fuertemente. -Por qué no me has llamado?- le recriminé. Él no me contestó, solo lloró en mis brazos. Últimamente Mikey solo sufría. Sentí una gran impotencia por eso. Yo lo único que podía hacer era consolarlo.
-Cuéntame lo que ha pasado.- le pedí.

Él me explicó con lujo de detalles todo lo ocurrido. Su madre había ido a recogerlos a comisaría. Fue una gran sorpresa para ella encontrarlo allí, ya que Gerard no la había avisado.
 Una vez en casa, se habían peleado. Ella le había echado en cara que él criticaba a Gerard, e intentaba que cambiase, pero ahora estaba yendo por el mismo camino. La pelea había subido de tono y su madre le había pegado. Acaricié suavemente la zona magullada. Él cerró los ojos ante el contacto.
Momentos después continuó con el relato. Se fue de la casa, intentado huir de toda esa situación, y el único lugar al que se le había ocurrido ir, había sido ese rincón especial, en el que todavía estaban grabados, en la corteza del árbol, nuestros dos nombres. “FRANK+MIKEY”.

Cuando Mikey terminó su relato, ninguno de los dos dijo nada. Nos tumbamos delicadamente en la fría hierba. Estaba ligeramente húmeda y era muy agradable.

No se exactamente cuanto tiempo pasamos así, pero en un momento dado, rompí el silencio.- ¿te acuerdas? Antes estábamos aquí todas las tardes.- dije con nostalgia.
-Si… las horas se nos pasaban volando.- dijo él, con una voz que dejaba entrever, que estaba muy lejos de allí, unos diez años atrás. Igual que yo.


CAP 9: Famous Last Words

P.O.V : Gerard:

Estábamos los cuatro en silencio, en el local de ensayo. Era domingo y esa era la primera reunión después de lo ocurrido el sábado por la noche. Nadie sabía que decir. Ni siquiera yo. Pero era el líder, y tenia la obligación de sacar el grupo adelante. Así que me armé de valor y me levanté de la silla en la que estaba sentado.
- chicos, tenemos que buscar un nuevo bajista.- dije sin rodeos.- Las fechas se nos echan encima, y no podemos renunciar a esas actuaciones, lo sabéis. Necesitamos un sustituto cuando antes.- continué. Nadie dijo nada pero vi el dolor en las caras de todos, especialmente en la de Ray. Me acerqué a él, y puse mi mano en su hombro.- a todos nos duele la muerte de Bob.- dije mirando a todos y a ninguno a la vez.- y es mas duro todavía, sabiendo que nos podía haber pasado a cualquiera de nosotros.- dije con una voz solemne.- estamos metidos en un lío, pero no por eso tenemos que venirnos abajo. Lo primero de todo es encontrar el bajista. Lo otro, ya lo resolveremos- Me senté de nuevo en mi sitio.

-Es cierto, tenemos que buscar un sustituto. Pero nadie va querer unirse a la banda después de lo ocurrido el sábado. Tendrán miedo.- dijo Ray. Quinn y él se pusieron ha hablar sobre los posibles candidatos.

Bert, que estaba a mi lado, pasó un brazo por encima de mis hombros, y me dio un beso en la mejilla. Hubiese sido romántico si se hubiera detenido ahí. Pero Bert, era Bert. Y siguió bajando, depositando suaves y húmedos besos por todo mi cuello. Esas muestras de cariño excesivas en público, eran muy comunes en Bert, y ya no me importaba. Todos estaban acostumbrados a que Bert se pasase, y a nadie parecía molestarle.

De repente, Quinn se levantó. -¡Basta! - Gritó enfurecido. Yo le miré extrañado. No sabia que diablos le ocurría.- Basta ya Bert! Sabes lo que siento por ti, joder!- continuo gritando. Yo cada vez estada mas confuso. Quinn? Quinn… sentía algo por... Bert?
-Quinn… este no es el momento.- dijo Bert levantándose de mi lado, y enfrentándose a Quinn.
-¿Qué este no es el momento? Vete a la mierda Bert McCracken! Si este no es el momento para discutirlo, tampoco lo es para que estés sobando a Gerard como un perro en celo.- Quinn empezó a llorar. -Sobretodo, por que conoces mis sentimientos por ti. -sollozó.- Eres muy cruel, Bert.- dijo, esta vez, en un tono mas bajito.
Hubo unos instantes  en los cuales nadie dijo nada, y solo se escuchaban los llantos de Quinn.

Ray rompió el silencio. -Quinn, será mejor que vayas fuera a tomar el aire.- le recomendó. Él asintió y se encaminó a la salida.
-Voy contigo.- dijo Bert. Quinn paró en seco y le miró. Se vio que estaba dudando si dejarle ir o no.
- Está bien.- dijo finalmente. Y ambos salieron por la puerta.

Ray y yo nos miramos en silencio.-tu sabias algo de todo esto?- le pregunté a Ray.
El agachó la cabeza.- Quinn me lo confesó una vez.- dijo Ray, sincerándose.
Me miró fijamente.- Gerard, -dijo con voz firme.- Quinn está enamorado de Bert. Para él esto no es una tontería.- me explicó Ray.- lo que siente por él es muy fuerte.- ambos nos quedamos en silencio.
-Desde hace cuanto que lo sabes?- le pregunté. Él pareció dudar sobre contármelo o no. Yo le miré decidido, y él se dio cuenta, que tarde o temprano me iba acabar enterando. Así que comenzó su relato.
-Bueno, una noche, después de una actuación, me encontré a Quinn llorando. Tras mucho insistir para que me contara lo que le pasaba, conseguí que se sincerara.- dijo Ray con una voz enérgica y firme.- Le había confesado a Bert su amor.
Pensando que lo que Quinn quería era un rollo de una noche, y sin tomárselo enserio, le dijo que no, bromeando. -Ray hizo una breve pausa. A partir de aquí, el tono de su voz fue mas bajito.- Quinn estaba destrozado. No por la negativa, si no por el hecho de que se lo tomase a broma.- me relató Ray.

Antes de que pudiese siquiera asimilar toda esa información, entró Bert.
- Quinn deja la banda.-dijo secamente.- Dice que no soporta esta situación.- dijo con fastidio. -Ahora no solo necesitamos un bajista, ahora necesitamos también un guitarrista.- sentenció Bert.


CAP. 10:  Planetary (Go!)

Había sido un lunes eterno. Mientras estábamos dando clase, solo podía pensar en lo ocurrido el sábado pasado. Todo parecía tan surrealista... Yo estaba sentado en un pupitre, intentando asimilar lo ocurrido en el siglo XVIII, cuando hacia solo dos días, había visto morir a un hombre ante mis ojos. Era de locos.

En el recreo habíamos estado hablando con Jared. Él estaba muy disgustado por nuestro arresto del viernes, pero se alegraba de que Gerard no hubiera sufrido ningún daño. Nos dijo que no tenia ni idea de que Mikey y él fuesen hermanos. “sinceramente, no creo que él vaya presumiendo de mi” le respondió Mikey cabizbajo.
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Mikey yo estábamos saliendo por la puerta principal del instituto.
Nos dirigíamos camino a casa cuando le vi.
Estaba apoyado en su Ford Mustang Fastback negro del 1966.
Llevaba una chaqueta de cuero con tachuelas, unos pitillos grises, una camiseta de los ramones y unas botas de combate, también negras.
Estaba fumando un cigarro.

Me sorprendí mucho de verle.
-Mikey, Gerard está allí.- dije señalando el coche. Mikey miró a esa dirección. Se sorprendió tanto, o más que yo de que Gerard hubiese venido.
-¿Qué… qué diablos hace él aquí?- preguntó incrédulo.
Ambos nos acercamos al coche a paso firme.
A mitad de camino, Gerard nos vio. Tiró la colilla que había sido su cigarro y nos sonrió levemente.
-Hola chicos.- amplió su sonrisa, aunque se notaba que la estaba forzando. Gerard se quitó sus Rayban de sol y pude ver grandes ojeras debajo de sus ojos.
-¿Qué se supone que estas haciendo aquí?- le preguntó Mikey sin rodeos. Se notaba que estaba enfadado, pero estaba intentando controlarlo.
-¿Qué pasa? ¿Es que no puedo recoger a mi hermano y a su -mientras me miraba, Gerard buscaba una palabra para poder definirme bien.-…amigo, del instituto?- preguntó con un tonito irónico. Los tres sabíamos que Gerard nunca había llevado a Mikey a casa. Algo tenía que haber ocurrido para que hiciera eso.

Vi la reticencia en la cara de Mikey. Ambos sabíamos que Gerard tramaba algo.
-Yo me voy yendo a casa…-dije mientras empezaba a andar por la acera. -¡nos vemos mañana!- me despedí de Mikey.
Sinceramente, no quería meterme en asuntos de familia.
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Llevaba 10 minutos tratando de entender un ejercicio de sociales. Todo el enunciado parecía estar escrito en élfico, no había quien lo entendiese.
Desesperado y cansado, llamé a Mikey, a ver si él sabía hacerlo. O al menos entendía que es lo que suponía que había que hacer. Tres tonos después, me contestó.
-Hola Frank.- dijo pesadamente
-Hola Mikey, oye, tu sabes hacer el ejercicio 7 de la página 56 de sociales? - le pregunté. Él se quedó unos instantes en silencio.
-¿Sociales? No se… no he hecho los deberes.- me respondió vagamente. ¿Mikey no había hecho los deberes? Aquí había algo raro. Mikey SIEMPRE hacia los deberes.
-¿Te pasa algo?- le pregunté preocupado.
-¿Eh? No, no, claro que no. Oye Frank, llama a Matt, él seguro que te puede ayudar, yo tengo que irme.- dijo Mikey rápidamente y colgó antes de que pudiese contestarle o siquiera despedirme.
Definitivamente, Mikey estaba MUY raro.
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Dos días después, nada parecía haber cambiado. Mikey estaba con la mirada perdida y no se enteraba de nada. Estaba arisco y a la defensiva. Y lo peor de todo, no me había contado porqué. Nosotros, que siempre nos confiábamos todo,  ahora parecíamos dos desconocidos en un ascensor.

Estábamos en el baño. Todavía nos quedaba una última asignatura antes de poder irnos a casa. Mikey se estaba lavando las manos.
-Mikey, ¿sabes si va a venir hoy Gerard a recogerte?- dije astutamente. Sabía que su comportamiento estaba relacionado con lo ocurrido el otro día en el coche. Mikey tardó unos minutos en contestarme.
-No creo.- dijo, con su ahora habitual tono uniforme y sin vida.

Eso me sacó de quicio. Ya no podía soportarlo más. Le cogí por el cuello de la chaqueta y con un rápido movimiento lo metí en uno de los baños. Cerré la puerta tras nosotros. Le empuje contra la pared y apoyé una mano en ella, al lado de su cabeza.
- ¿¡¿Me quieres decir que coño te pasa?!?- le dije, mirándole a los ojos. Él no me miró.
-No me pasa nada Frank. Si no, te lo hubiese…
-¿De verdad te crees que soy gilipollas?- le corté a media frase.- Llevas dos días como un puto zombie. No haces los deberes, no hablas, apenas comes y tienes ojeras, de no haber dormido.
 Él me miró.
-Frank… yo…- vi el dolor aparecer en su rostro.
-Sabes que sea lo que sea, me lo puedes contar.- dije relajando mi posición, poniendo la mano que tenia libre en su mejilla.
-Es Gerard… me ha pedido una cosa.-empezó.- no se como se a atrevido a pedirme… eso. Sabe perfectamente que yo… y además, no se me da bien. Luego esta la parte de la gente y, claro, tu sabes como soy, y como son ellos. Y su novio, no me gustaría estar soportándolo todas las tardes… por que claro, seria por las tardes… y yo no tendría tiempo para los deberes… además, Gerard a sido cruel, me hizo chantaje… no se lo merece…- balbuceó Mikey. Yo no había entendido una mierda.
-A ver, Mikey, empieza por el principio.- le pedí.
-Sí… a ver, el otro día, Gerard me pidió que me uniese temporalmente a “Prency Prepp”, hasta que encontrasen un sustituto para Bob. Yo obviamente le dije que no, sabes que soy muy vergonzoso, no seria capaz de salir a un escenario. Además, tendría que soportar a Bert, que sinceramente me cae como el culo. Y lo peor de todo es que ni así podríamos ensayar, ya que también les falta un guitarrista, y no pienso perder toda la tarde en eso. No tendría tiempo de hacer los deberes.- dijo atropelladamente, aunque esta vez le había entendido.
-¿Y la parte donde Gerard te hace chantaje donde está?- dije recordando lo que había dicho hace unos instantes.
-Eso… ejem… bueno, me ha amenazado. Si no les ayudo hasta que encuentren a alguien, le contará… ejem… una cosa a… mi madre… y el, ejem, ella, no debe enterarse de eso. Nunca. - dijo nervioso.
-Bueno, Mikey, ya sé lo que vamos a hacer.- dije, mientras se extendía una gran sonrisa en mis labios. Mikey me miró interrogante.

3 comentarios:

  1. QUe genial idea subir los capitulos anteriores, Son lectura segura para mis ratos libres, me fascina tu historia. Gracias!!! :D

    PD: espero el cap 12 de la historia, esta muy buena, EXcelente, besos.

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  2. Excelente Idea... te felicito, me encanto tu trabajo...
    Ahora se refresco mi memoria...
    Un besote.

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  3. muchas gracias por vuestros comentarios, siempre me animan muchisisisisisisimo!!!!
    el cap 12 está en proceso, tranquilas ;)
    besooooos

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