Ultimo acto

Y todo se va acomodando a nuestro alrededor, cada pieza encaja perfectamente en su lugar para que la suma de estás de el minuto, el espacio y el contexto exacto para una triste despedida. Puede que fuera casualidad, o quizás una serie de coincidencias increíbles (en fin es lo mismo) pero conociéndote, eres un maldito egocéntrico. Sostengo tu mano con fuerza observando como la vida se escapa de tus ojos y a duras penas logras pronunciar algo en voz baja. Mi mente comienza a divagar en miles de recuerdos aleatorios hasta que doy con el correcto, cuando nos vimos esta mañana.

”Me miras con esos ojos que destellan y desbordan vida, esbozas tu típica sonrisa perfecta que da el toque final para darle a tu precioso rostro un brillo único y sin igual.

-me voy a trabajar amor, nos vemos- intentas besarme pero te aparto- ¿acaso crees que olvidare todo?- no seas rencorosa cariño, que tenga un amante- dos- bien, que tenga dos amantes es tu culpa- ¿Qué…?- si fueras más cariñosa no buscaría amor en otras partes- maldito… ¡vete de una vez!- te amo- esbozo su asquerosa sonrisa y se dirigió a la puerta- espera… ¡ojala te mueras!- se detuvo unos segundos y me miro fijamente- cuidado con lo que deseas-“

Regreso a la realidad al sentir una presión en mi mano, me miras con sangre en tu cabeza y unos rasguños en la cara, que increíblemente no opacan tu tristeza. Escucho unos leves susurros pero los ignoro, solo estás tú y debo concentrarme. Me miras inquisitivamente y me jalas de la nuca hasta que me inclino frente a ti.

-¿estás feliz?- no hables…- digo con unas lagrimas asomándose en mis ojos- la ambulancia llegara pronto…- es inútil cariño…- tosió sangre- espero que ahora… puedas ser feliz- ¿Qué…?- se hace un intenso silencio que me incentiva a seguir- yo… no quise decir eso, no quiero que te mueras- a todos nos llega nuestra hora… solo nos queda aceptarlo- idiota…- ¿puedo pedirte un favor?- si…- antes de que mi vista se nuble… sonríe para mí…- aguantando el llanto esboce una pequeña sonrisa, él comenzó a cerrar sus ojos despacio con una expresión de tranquilidad y serenidad.

Debo continuar.

Me abrazo a tu cuerpo inerte entre sollozos y pequeños gritos de dolor, no quiero una vida sin ti, te amo, ¡te amo!, por favor no me dejes…

-Joshua… te amo… ¿puedes oírme?... te amo… aun cuando me has traicionado… te amo tanto que me duele…-

Suelto el cuerpo inerte y lo recuesto con cuidado en el suelo, como si tratase de la pieza más fina de arte. Antes de que alguien pueda detenerme, empuño la pistola con firmeza y la dirijo a mi cabeza. Escucho unas respiraciones contenidas, unos gritos de espanto, unas respiraciones aceleradas.

Solo un poco más.

Contengo brevemente la respiración y disfruto de la atmosfera que se ha formado. Besó tus labios suavemente y apretó el gatillo cayendo sobre tu cuerpo inerte y cerrando mis ojos para siempre.

Lagrimas contenidas llenan el lugar y luego una gran ovación y cae el telón. Me levanto con cuidado y observo a Eliot que me dirigía una hermosa sonrisa. Bese sus labios suavemente y ambos nos levantamos, el director se acerca a nosotros sonriendo.

-eso fue maravilloso chicos, felicidades, salió a la perfección, el publico quedo encantado- Eliot se rio- no es para tanto- claro que si, la sala está repleta, sin duda son los mejores actores de la ciudad- Eliot tomó mi mano sonriendo- vamos tesoro, hay que agradecer a nuestro público- claro cariño-

El telón vuelve a abrirse y nos adelantamos en el escenario, algunos espectadores arrojan flores y ovacionan nuestros nombres. Todos a coro comienzan a pedir, lo que ya se hizo costumbre cuando terminamos el acto final. Eliot me mira sonriendo y me besa apasionadamente ante la mirada de miles de personas que repletan el teatro. De seguro mañana ocurrirá lo mismo, otra vez el teatro lleno, personas aplaudiendo y la satisfacción que nos queda luego del trabajo bien hecho. Pero por ahora, prefiero perderme en la dulzura que emanan los deliciosos labios de mí amado Eliot.