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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Y al despertar (6)


El hombre de negro quito la espada mientras se reía y veía la sangre que caía al suelo cubriéndolo de rojo. Sebastián se levanto observándolo fijamente, no tenía ni la menor idea de que estaba ocurriendo, ni siquiera era capaz de moverme de mi lugar. La risa del hombre me asusto bastante.

-muy bien Sebastián, llegaste justo a tiempo, el príncipe vino a rescatar a sus dos princesas, conmovedor- sonrió- te dije que no lo lastimaras- que humor- si tanto deseas pelear, yo seré tu oponente- ¿tu?, eso me gustaría verlo-

Sebastián hizo aparecer una espada en su mano y comenzaron a luchar ferozmente, solo me limitaba a mirar sin creerlo. Sentí una mano sobre la mía y me percaté de que Alice estaba a mi lado.

-Sebastián quiere protegerte- ¿Qué está sucediendo? ¿Quién es ese hombre? ¿Por qué quieren matarme? ¿Quiénes son ustedes?- sé paciente por favor, luego te lo explicaremos todo-

El hombre contra el que luchaba Sebastián era bastante rápido, atacaba siempre con la intensión de matarlo. En un movimiento rápido arrojo el arma de Sebastián a unos metros de ahí y lo tumbo en el suelo riéndose. Me observo fijamente y esbozo una sonrisa.

-míralo muy bien porque será la última vez que lo hagas- Sebastián…- mírate, tan débil e indefenso como un pequeño conejito- bastardo- no te preocupes me asegurare de que la muerte de Joshua sea muy, muy dolorosa- bastardo-

Con un movimiento de pies, Sebastián logro apartarlo y tomó la espada de Alice atravesando el hombro derecho de ese extraño sujeto.

-parece que los papeles han cambiado- no estaría tan seguro- ¡cuidado!-

Observe a Alice que miraba asustada y preocupada hacia donde se encontraba mi hermano, me gire hacia ese lugar sorprendido, la mano derecha de Sebastián, con la cuál sostenía la espada, había sido atravesada por una cadena de acero negra, se enrosco por su brazo y lo jalo hacia atrás arrastrándolo unos metros. Una risa femenina llamo mi atención, era una mujer delgada, de cabello plateado y ojos rojizos, vestía de blanco lo que le daba un aspecto siniestro, en especial por lo pálido de su piel.

-vaya, vaya- dijo con una voz aguda- parece que atrape un lindo conejito travieso, ¿Qué debería hacerte primero?, ya sé-

La cadena termino por inmovilizar a Sebastián manteniéndolo recostado de espaldas al suelo. La mujer se sentó sobre él sonriendo y acaricio su cuello despacio, Sebastián aparto su mano con un movimiento de cabeza.

-conejito malo, has herido mis sentimientos- suéltame- mereces un castigo por travieso, ¿Qué dices ryu?- yo lo hare, déjamelo a mí Nina- el hombre se acerco a Sebastián con la espada en mano, Alice se volteo a verme casi llorando- necesito tu ayuda, si no hacemos algo Sebastián… va a morir- ¿Qué debo hacer?-

A esa altura mi cabeza ya no pensaba del todo correctamente, lo único que entendí era que mi hermano mayor estaba en problema y debía ayudarlo. Alice se acerco a mí y me beso, sentí como poco a poco me quedaba sin fuerza y al cabo de unos segundos caía profundamente dormido.

Cuando volví a despertarme me encontraba en la habitación de Sebastián, logre reconocer lo que me rodeaba y me levanto hiendo por el pasillo, escuche dos voces que conversaban y luego parecían pelear. Me asome despacio y vi a Sebastián sin camisa, Alice le estaba colocando unos vendajes, rápidamente recordó los eventos pasados y me apresure en llegar junto a ellos.

-Joshua…- ¿están bien?- si, no tienes que preocuparte- pero tus heridas- sanaran pronto, tranquilo- Alice me abrazo sonriendo- gracias Joshua… gracias por salvar a Sebastián- ¿salvarlo?- gracias tu ayuda logre curar mis heridas, perdóname, debido a eso e desmayaste- estoy bien… ¿Qué está sucediendo?- Alice me soltó y se volteo a Sebastián- ya es hora de decírselo- si… por favor siéntate-

Obedecí de inmediato, deseaba saber la respuesta a todas mis preguntas, mi intuición me decía que se trataba de algo muy grave y no me equivoque. Sebastián se sentó a mi lado y me observo fijamente, pude notar que sus ojos demostraban cierta culpa y también tristeza.

-no sé cómo llamarlo pero el lugar en el que estamos es por así decirlo, “la estación de tren”- ¿una estación?- así es, aquí vienen las personas que se pierden o por algún motivo externo acaban perdiéndose- ¿perdiéndose en donde?- en su mente- lo miro sorprendido- no entiendo…- ¿Qué es lo último que recuerdas?- yo… estuve en un accidente, no recuerdo mucho de eso, pero el doctor dijo que estuve doce años en coma- bien, has despertado pero en el lugar equivocado, este no es tu mundo, no perteneces aquí- yo…- no sabía que decir- tu mente ha venido aquí pero tu cuerpo… aun se encuentra en esa sala de hospital- ¿Por qué estoy aquí?- porque tu no deseas morir- ¿Cómo regreso?- me temo que no lo sé, a pesar de que llevo aquí bastante tiempo, no conozco el método exacto para hacerlo- ¿entonces como volveré?- solo tú sabes esa respuesta- pero- Alice y yo… solo estamos para guiarte y protegerte durante tus estancia aquí- ya llevo tres días aquí…- hoy es el cuarto día, si no consigues hallar la manera de regresar en siete días me temo que… no volverás a despertar- ¿Qué significa eso?- que morirás aquí y en tu realidad-

Lo mire sin creer lo que me decía, aun no terminaba de entender lo que me contaba, todo me parecía sacado de una mala película de ciencia ficción. Alice me observo confirmando cada palabra dicha por Sebastián, por alguna razón las palabras salieron solas de mi boca.

-eso significa… ¿Qué no eres mi hermano?- no… no lo soy- ¿Qué son ustedes?- Alice me observo fijamente- tus guías y tus protectores mientras permanezcas aquí, hasta que encuentres una salida nosotros te mantendremos a salvo- no…- Joshua- ¡no quiero la ayuda de ustedes!- me levante enojado- pero Joshua- en un arrebato de ira comencé a gritarle a Sebastián- ¡eres un mentiroso! ¡Todo este tiempo solo finjas, yo de verdad pensé…!... pensé que eras mi hermano…- Joshua- de verdad… quería que fuera cierto- lo siento, no era mi intención- ¡cállate! ¡Si me mentiste fue porque tu lo escogiste así, nadie te obligo a hacerlo!- Alice intervino- no es cierto, hay ciertas reglas que- ¡cállate! ¡No quiero escucharlos a ninguno de los dos!...- Joshua…- solo respóndeme algo… con la verdad… todo este tiempo, ¿fingiste ser mi hermano y… fingiste que te importaba? ¿Todo fue una actuación?- Sebastián me observo fijamente- así es-

Sin escuchar sus excusas, aun cuando me llamo y grito mi nombre me encerré en mi habitación. Podía escuchar como Sebastián golpeaba la puerta y me llamaba pero decidí ignorarlo y cerré los ojos fuertemente, deseando que todo fuera una maldita pesadilla.

1 comentario:

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    Mis felicitaciones simplemente increíble.

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