Después de la boda Sophie se encontraba en sus nuevas habitaciones, eran extremadamente grandes, todo estaba hermoso, cada detalle cuidado no faltaron las flores, las velas, nada, pero la Joven reina no podía con los nervios que tenia, trataba de contener el temblor que se había apropiado de sus manos, las doncellas la miraban con una sonrisa, ya habían vivido esto dos veces, así que intentaron relájala con palabras dulces
- si me permite su majestad, ya verá que todo irá muy bien, y lograra darle descendencia al rey.
Esas palabras de consuelo no sirvieron con el propósito con el que fueron dichas, al contrario atormentaron u aun mas a la pobre muchacha, que intentaba recordar las palabras de su hermana
Ciertamente se notaba que Juliett disfrutaba de la vida matrimonial con su esposo que en paz descanse, Sophie pensaba que era un acto de amor, pero al parecer el único anhelo del rey era tener un hijo, que pasaba si tenía una hija... No la querría ... Y si no podía tener hijos, estos pensamientos no hacían más que aumentar su enorme temor.
La pobre muchacha estaba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta que las capas de su ropa iban disminuyendo hasta que escucho la puerta abrirse dando paso al rey y al cardenal que se arrodillo y empezó a leer fragmentos religiosos y pedir la bendición de un niño para la familia real.
- Sophie estaba completamente espantada y intento cubrirse lo mejor que pudo.
Enrique VIII sonrió con maldad, a ver los inútiles esfuerzos que ella hacía por desaparecer, y comprendiendo un poco la situación de la muchacha ordeno desocupar la habitación, así uno a todos los intrusos fueron saliendo.
- dulce niña te he escogido por esposa porque me enloqueces, porque sé que eres especial, te deseo con locura, tus ojos ocupan todos mis pensamientos no temas por lo que dicen, por la descendencia...nuestro amor es puro y dios lo bendecirá, cuando el estime conveniente
Sophie miró esos profundos ojos, que ardían de deseo por ella, y sonrió dulcemente, entonces su tensión se torno levemente más relajada. El rey beso dulcemente su cuello y soltó delicadamente su cabello Sophie sentía su corazón latir a máxima velocidad, el rey acaricio su cabello y encarco su rosto, luego tiernamente beso sus labios, ella bebió su aliento experimentando en su cuerpo sensaciones por primera vez, la sangre que recorría sus venas, poco a poco comenzaba a arder, llevando imperiosa el deseo que ya comenzaba a inundar su sed.
Él como un experto, apretó a su nueva esposa contra su cuerpo mientras que agiles manos finalizaban el trabajo comenzado por las criabas y desabotonaban las ultimas capas de la ropa.
Con mucha suavidad se deshizo de todo aquello que se interponía entre sus pieles, Sophie sentía sus labios arder, y los ojos del rey seguían atentos cada pequeño gesto que ella hacía, cada pequeña muestra de placer, sus ojos ávidos reconocían las señales que permitirían ir un paso más allá, con suavidad dejo sus labios y comenzó a recorrer la curva de su cuello, ella ya no pudo contener los gemidos, que se agolpaban por salir de su boca, suavemente la tomo en sus brazos y la deposito suavemente sobre el lecho preparado, con sonrisa maliciosa se acerco a su mujer y con una voz cargada de deseo le pregunto:
- ¿Te han besado alguna vez todo el cuerpo? La mujer desconcertada lo miró con horror mientras e depositaba el primero de un sinfín de besos sobre su frente, recorrió de la manera más suave y más delicada casa centímetro de su piel, observo atento como su piel se erizaba al paso de su lengua, como sus pezones se tornaban turgentes al sentir su aliento, y como su miraba se perdía entre suspiros y jadeos.
- El rey termino su cometido y con una delicadeza inusual en el comenzó a tomar posesión de este cuerpo virginal que se había apoderado de sus deseos, de sus pensamientos y de su cordura, lentamente se abrió camino sintiéndola estremecerse bajo el peso de piel.
- Beso sus labios con locura, y se aferro a sus manos estrujándolas con cada palpitar de su corazón.
- Y así, con cuidado y delicadeza llegaron a la cúspide de su amor.
- Agotados y entregados se recostaron el uno junto al otro, ella aun asimilando el torbellino de sensaciones que había vivido, el soñando con volver a poseer a su mujer.
Los primeros rayos del sol descubrieron a la pareja real mirándose a los ojos.
- Mira mi vida, dijo el rey, es el amanecer de nuestro nuevo reinado, una era de para nuestra corona. Y tras estas últimas palabras se entregaron al sueño.
No fueron despertados ese día, al amanecer encontraron sus trajes listos y algo de comer.
Después del desayuno el rey se sentó Junto a Sophie para presentarle sus damas de compañía.
- ¿es necesario tener tantas mujeres a mi servicio? - pregunto Sophie con Inocencia se sentía algo incomoda al tener tantas mujeres a su alrededor
- si querida es necesario - fue la única respuesta del rey
El empezó a moverse algo incomodo
- hay algo que quieras decirme - pregunto con intuición
- jane Seymour será una de tus damas de compañía - dijo con seriedad
- ella no era... Ella - pregunto con los ojos algo desorbitados
- ella necesita, algo en que trabajar, su familia es muy conocida en la corte, su hermano uno de mis manos derechas, además de esa forma aseguramos su futuro - dijo el rey
Sophie bajo la mirada, tal vez jane Seymour merecía una segunda oportunidad
- tienes razón siento haberte discutido- dijo con un hilo de voz
El rey se acerco lentamente subió la barbilla de su esposa para ver el roto sonrojado de ella Y la beso lentamente.
La puerta sonó y ambos reyes se separaron
Entrando en fila varias mujeres encabezados por Juliett
Que al ver el rostro sonrojado de su hermana supo que las cosas habían resultado
Se inclino ante los reyes
Y. Al levantarte Sophie abrazo a su hermana
- como amaneció hoy lady St clair- pregunto el rey cortésmente a su hermana en ley
- muy bien gracias majestad - sonrió Juliett
Los reyes tomaron asiento
Y Juliett junto a su hermana
- lady jane Bolena, la joven dio paso a la habitación y dio una reverencia
- es un honor servirle majestad - dijo lentamente
- el honor es mío en contar con su ayuda, lady Bolena - sonrió ampliamente
- lady Úrsula Misseldon - la otra joven piso la habitación haciéndose paso. E inclinándose ante los reyes
- majestades, les deseo mis más sinceras felicitaciones, que tengan un matrimonio prospero y gran decencia
El rey sonrió, y Sophie asintió algo distraída, otra vez lo de la descendencia... Suspiro lentamente
Juliett al ver la sonrisa alfo incomoda de la hermana le acaricio la palma de la mano con el pulgar
- y por ultimo lady jane Seymour - la muchacha entro, se inclino ante los reyes, su mirada se dirigió lentamente ante el rey y después a la reina los ojos de Sophie se volvieron dos rendijas y puso el rostro serio
- su majestad, espero poder atenderla como se merece
- gracias - respondió secamente
Sophie no tenía ningún peo de bruta y si bien el rey no tenía nada con jane, no quería correr riesgos
El rey se paro para despedirse y dejar a la mujer es convivir y retirarse para realizar sus propios asuntos, antes de que se fuera, Sophie le tomo la mano, lo giro hasta quedar frente contra frente y lo beso lentamente deseándole un buen día
- se giro para quedar frente a sus dama de compañía y les dijo
- y en que íbamos - sonrió, definitivamente ella era la nueva reina de Inglaterra y tendría que marcar su lugar
Mis felicitaciones chiquis... me encanto el cap... ya se ve un poco mejor para las chicas... :-D se extrañaban tus escritos...
ResponderEliminarUn besote gigante.