A veces nos apuramos mucho en juzgar a la gente, desde nuestra genialidad decimos estos son magos, genios o súper… personas excepcionales, que marcan una diferencia en el mundo, que sobresalen, el problema de esto, es que evaluamos a todos desde nuestra propia genialidad, si somos escritores, valoramos a aquellos que escriben bien, si somos deportistas, bueno la idea se entiende no??...
Pero a veces, a veces la vida nos sorprende, nos enseña y no siempre a golpes, una vez conocí a un alumno, de mirada perdida, y cara de pastel, al mirarlo solo suspire, desde mi genialidad arriba de mi podio, solo suspire, comencé a escribir la lección era de ciencias, mi asignatura preferida, inspirada como nunca, tenía la atención de todos, sus ojos brillaban al escucharme hablar y con mis palabras viajábamos a un mundo celular, pero él no despegaba, su vista fija en el cuaderno, afanado escribía, la lección continuo, y yo observaba, me acerque de pronto a él y lo miré fijamente, el detuvo su escribir y me miró sonriente, sus ojos brillaron, luego miró hacia adelante y el brillo se apago, ya voy a terminar me dijo serio, yo miraba su cuaderno, 50 minutos de clases y el aun escribía la fecha, y yo… yo ya había borrado la pizarra dos veces, ¡no se burle suplico! Mi desconcierto aumento, sin embargo, no podía ignorar ese brillo apagado, esa tristeza que vi, aquí algo pasaba, tras investigar, supe que los dos éramos nuevos en el colegio, y el venia de su otro colegio donde todos le decían la lenteja y aunque era obvio el porque, la idea de la descalificación generalizada me indignó, todos traemos una carga afectiva detrás y yo tengo esa, poco a poco me acostumbre a él, por tres meses cada día él se esmeraba y se afanaba “en poner la fecha”, sólo eso, con hermosos y dedicados números rococó, a veces no sabía en qué asignatura estábamos, otra preguntaba cosas fuera de lugar. Y desde mi genialidad lo observaba y me preguntaba ¿qué haré con él?, conversamos muchas horas, mientras el resto escribía, evaluarlo, ese sí que fue un desafío, yo… para suerte de él estaba recién egresada, con 21 años lo que más me sobraba era paciencia y tiempo, por lo que no importaba que todaaaaa la tarde se demorara.
En este curso habían genios, Javier, una mente prodigiosa para las matemáticas, confieso que me aproveche de su talento y guarde la calculadora, estaba también Esteban un niño que podría ser gimnasta, él solito y sin ayuda aprendió a hacer mortal adelante, mortal doble atrás, estrellas que brillaban sin ayuda, sin esfuerzo así, por que sí… y él.
Un día por enfermedad de un colega me mandaron a cubrir una clase de gimnasia, mi experiencia en esta área era por demás traumática en mi vida escolar, y en mi vida de “adulta” se limitaba al Judo, mi pasión, por lo que salimos afuera, y no sabiendo cómo empezar y aprovechándome de un castigo que el curso debía cumplir, por molestar a otro curso, los mande a correr, corrí con ellos, a la segunda vuelta me quería morir, a la tercera estaban todos perdonados, después… la solución una pelota y listo, pero él se me acerco, Miss ¿Puedo seguir corriendo?, sí dije y lo deje, comencé a arbitrar, sin perder de vista al alumno que corría, su vuelta era larga, rodeaba las dos canchas, no faltaron los que fueron a acompañarlo, 45 minutos después todos estábamos sentados al centro de la cancha mirando, 90 minutos después y seguía corriendo, y en su frente ni una sola gota de sudor, no había muestra de cansancio, ya no sólo tenía mi atención, también la del curso, y los demás profesores de educación física. Yo emocionada, había encontrado su talento, su luz… eso que todos llevamos dentro, pero que a veces como nadie la sabe encontrar, se pierde y no se llega a desarrollar.
Cuento corto, al final… él casi a final de año, copiaba media plana, aprendió a escuchar mejor y le conseguimos una beca en un colegio que privilegiara el deporte, ahora han pasado algunos años, el aun corre, es feliz y reconocido al menos en el circuito escolar de maratón, Javier con su genialidad se perdió, sobraba talento, pero faltó motivación, lamentable es ver ahora sus ojos azules que otrora calculaban todo, sin ganas y sin interés, de Esteban mi acróbata no supe mas, a él y a sus 7 hermanos se los llevaron antes de que terminara ese año, los papás no pudieron pagar la mensualidad.
Hoy varios años después, me emocionó él, que llegó a saludarme como lo hiciera cuando tenía 10, Feliz día profe!! Me dijo, ya es alto, más que yo, lo que no es tanto tampoco, ¿va a irme a ver corre? Yo sonreí y lo abrace, hay regalos impagables, ese año aprendí muchas cosas, pero destacó tres:
1. Como dicen siempre… Otra cosa es con guitarra, eso me quedo más que claro.
2. Y mi pedestal de genio, yo misma lo tumbe, ya nunca juzgo a nadie desde mi genialidad, espero a que ellos me muestren su luz y si puedo ayudo a brillar.
3. Otra lección que aprendí, es que nunca dejamos de aprender, hoy me dijeron ¡feliz día! Por ser profesor. Y yo les digo a ustedes, que leen y escriben aquí… Feliz día porque de todos algo he aprendido.
Trysha, hola... decirte que me gustó mucho tu escrito, buen tema, es cierto, se tiende a juzgar a la gente por sus debilidades en áreas determinadas, siendo que a pesar de ello tienen fortalezas en otras cosas, a veces cuesta descubrir incluso a uno mismo cual es nuestro talento, y muchas veces los profesores te ayudan mucho a encontrarlo.
ResponderEliminarDafsui, Homefanfics te da la bienvenida... esperamos poder contar con tus escritos.
ResponderEliminarMuchas gracias a HomeFanFics, desde que me enteré de esta linda iniciativa he querido publicar, pero lamentablemente mi computador, donde tengo mis escritos tiene problemas por lo que se encuentra en un servicio técnico hasta fines de noviembre :'( ... pero en cuanto lo tenga felizmente publicaré en este blog :D
ResponderEliminar¡Cuánta moraleja! Sin duda, es una linda historia.
ResponderEliminarMuchas gracias por sus comentarios chicos, Dafne.. que rico verte por aqui, y me alegra que me comentaras, lamento del computador, yo ya me habia comprado pompones rosas para no dejar a alice haciendo el loco sola... ajajja bueno paciencia, un besote y espero verte mas seguido.
ResponderEliminarNos leemos
recuerdo muy bien este escrito, prejuicios es típico de las personas, todos lo hemos echo una vez, pero lo más molesto no es juzgar a la persona sino darte cuenta de lo idiota que fuiste al pensarlo, porque en realidad es una excelente persona (y lo digo por experiencia propia). maravillosa moraleja, besos.
ResponderEliminarHermoso....hermoso,,, felicitaciones
ResponderEliminarLa escuela de la vida, una carrera sin titulo ni final, Bravo, maravilloso escrito.
ResponderEliminarbueno bueno
ResponderEliminaralfin me pude pasarme como DIOS manda me he dedicado a dejar un coment por cada escritor y me he tomado el arduro trabajo de leer todo , sii me ha llevado toda la tarde , y como siempre que te leeo quedo encantada , siempre sabes que escribir , me encanta eres una exelente escritora y espero seguir leyendote
besos , tqm
Maravilloso escrito, a esto me referia si tenemos un don se debe usar para ayudar y enseñar no para despirfarrarlo, maravilloso escrito, un besote.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por sus comentarios,
ResponderEliminaraunque es imperdonable, no los habia visto.
Man... mil gracias un Besote.
Ernesto: te extraño hombre... hace falta romance y ese vacio es dificil de llenar.
Alice solo gracias, mil gracias por todo.
Lila TQM, un besote y gracias por estar siempre que te necesito, lamento fallarte tanto niña.
Cantares, no creo que llegues a leer esto, pero entiendo a lo que te refieres con palabras vacias, muchos textos son solamente entretenidos y nada mas. Sé lo que querias y lamento profundamente que no lograras terminar.
Un besote y recuerda siempre que los demas tienen el poder que queremos darles.
Muack