El lado oscuro de la luna

Siempre me viste brillante y sonriente o triste y menguante, pero vamos… siempre lo has sabido, que tengo un lado oscuro, que hay más de mí que lo que brilla y tanto te gusta.

Tú estuviste a mi lado oculto muchas veces, me conocías mejor que nadie, te reías de ese lado oscuro que pujaba dentro de mí por salir, yo te decía que estaba aburrida de dar siempre vueltas alrededor de la tierra y que el mundo viera de mi lo que querían ver, que había más en mí, un lado oscuro que a nadie le importaba, y que esa oscuridad me estaba matando, no por ser mala sino por estar tan reprimida.

Tú fuiste el primero en disfrutar de ese lado, conociste mi lujuria, probaste de mi carne, disfrutaste de mi sabor, me viste brillar de verdad, extasiada y libre, secaste mis lágrimas y me sanaste. Para luego convertirme nuevamente en perfecta luna y colgarme nuevamente en el cielo, y una vez más a girar, alrededor del mismo mundo, donde todos apreciaran lo hermosa y brillante que era, el éxito de mi andar, la castidad de mi sonrisa y el dulce brillo de mis ojos.

Tú sabias la verdad, te lo dije tantas veces, y ni una quisiste escuchar, que estaba aburrida, que no le veía sentido al girar. Qué me importa a mí el excito y el dinero, ni que me digan lo bien que lo hago, si por dentro mi lujuria se moría, mi carne de marchitaba y la luna ya con lagrima contenida, se daba media vuelta y se dormía, aceptaste el primer no, ese que era un sí, vestido de no, pero no lo notaste, porque a la luna ya la habías purificado y santificado, la iluminaste y coronaste.

Pero nunca fui eso que todos querían ver…  por qué me colocaste allá arriba, si te guste por normal y caliente, después… buscaste en otra estrella, luna o lo que fuera, esas palabras que ya no querías recibir de mí, yo trate de seguir brillante como el mundo esperaba, pero ya no podía girar, sabes qué pasa cuando la luna piensa… sí… lo descubriste.

Podrás decir muchas cosas de mí, pero jamás que no te avise y sobre aviso no hay engaño y se te aviso, te dije que me estaba cansando, que colapsaba que no daba la talla de lo que querían de la luna, y que pronto todo se iría a la mierda.

Me dejaste como ofrenda colgada en el cielo, un regalo ofrecido tan generosamente que no faltó quien lo tomara, no son pocos los que me ven, los que sabes que bajo ese brillo singular, dulce y especial… se esconde una cara más oscura, una que  quiere amar, follar, coger, ser libre… viajar, volar  y soñar. (sí, sé que no te gusta que use  esas palabras, que son cosas que una perfecta luna jamás diría y me vale, si eso es lo quiero)

No quiero que me rescate un caballero de brillante armadura, quiero un hombre real, de carne y hueso, que me ame y me haga mujer, no que cuelgue de adorno para que el mundo admire mi brillar, quiero que me saque a pasear, sin que me pregunte estupideces… quiero que me cuiden y no cuidar, quiero ser egoísta y celosa, que alguien me diga eres mía y de nadie más, ya no ser luna brillante, quiero que mi cara oculta, esa que no brilla a los ojos de los demás, brille para mí y para el que sepa apreciar ese oscuro brillar.