No es lo que parece... ¿o si?

Puedo oír sus pasos haciendo chillar los tablones de madera que pisa. Se van acercando, cada vez están más cerca. Tengo que huir, tengo que huir. ¿La ventana? Es una buena idea, si me lanzo por la ventana en el peor de los casos me romperé las piernas pero al menos no estaré aquí. Corro a mi libertad pero la maldita bruja las sello con fierros. Me siento impotente y los pasos se acercan.

-¡MIERDAAA!-

Exhalo con todas las condenadas fuerzas que me queda, escucho los pasos de la bruja acercarse… ¿Qué hago?

-¡DÉJAME EN PAZ! ¡MALDITA BRUJA!-

Mierda… es inútil aun oigo sus pasos acercarse… tengo que huir… nunca antes he hablado contigo dios pero si estás escuchando las plegarias y ruegos de este miserable por favor sácame de aquí… te lo ruego…

Escucho el ruido de la perilla mientras gira y el rechinar de la puerta mientras comienza a abrirse suavemente, cubro mis ojos con fuerza y (quizás fue el miedo) comienzo a tararear una vieja canción infantil.

-el puente de Londres se va a caer, se va a caer, se va a caer, el puente de Londres se va a caer, mí querida dama-

¡¿En qué mierda estoy pensando?! Me reprendo mentalmente, no es hora para juegos de niños. Miro por los pequeños espacios que quedan entre mis dedos fuertemente apretados, veo la silueta negra en el umbral de la puerta.

-¡¡AAAHHHH!!-

Es todo lo que sale de mi boca, un grito entre ahogado, unas plegarias ocultas, unos pasos corren a mí y unas manos se cierran en mis hombros agitándome con fuerza.

-¡¿Qué ocurre tesoro?!- ¡la bruja va a matarme!- por dios cariño, ya tienes trece años, no puedes continuar con esto- pero mamá- solo fue un sueño, vuelve a dormir tesoro- no mamá- comienzo a llorar a mares (y no estoy exagerando)- quédate conmigo mamá…- ya amor, solo fue una pesadilla, no hay nadie aquí- ¿de verdad…?- pregunto con la voz quebrada- si tesorito, ahora vuelve a dormir, papá y mamá te quieren mucho, nunca te dejaremos- si- sonrió torpemente- buen chico, ahora duerme y sueña con los angelitos-

Ahora que lo pienso, quizás ese día fue una advertencia, algo así como el preludio de lo que vendría, la tormenta después de la calma. Ahora que ya tengo diecinueve comprendo que es… quizás lo aprendí por la fuerza pero estoy feliz, muy feliz, porque al fin mate a la bruja que me atormento durante seis años, le corte el cuello y tal como él me lo dijo les saque el corazón y lo arroje por la ventana.

¿Te parece algo macabro?

El hombre de bata blanca frente a él sonríe de un modo que nadie podría comprender (y créeme que no te gustaría saber que significa), tomó (su ya conocida) libreta blanca e hizo un par de garabatos que seguramente eran palabras.

Nombre del paciente: Sebastián Aldrich

Edad: 19 años

Tipo de sangre: AB+

El paciente aun no demuestra signos de mejora ni mucho menos de comprender la magnitud de su crimen, asesino a sus padres sin piedad. Sus motivos fueron claros “asesine a la bruja que me atormentaba” cuando le pregunte porque lo hizo, simplemente respondió “él me lo dijo” claramente la esquizofrenia se encuentra bastante desarrollada en él, los tratamientos ni las drogas funcionan así que desde mañana pasara al pabellón 0

Esbozo una pequeña sonrisa y se marcho dejando al joven solo en el cuarto pero antes de irse, solo por unos breves instantes se quedo bajo el umbral de la puerta y observo al joven, su rostro cambio rápidamente a uno de profundo temor y comenzó a gritar mientras se golpeaba contra las paredes.

-¡LA BRUJA QUIERE MATARME! ¡LA BRUJA QUIERE MATARME!-

Dos hombres macizos entran a la habitación para tranquilizar al joven, es necesario el uso de calmantes y deciden amarrarlo a la cama para que no cause problemas. El hombre de la bata blanca se marcha por el pasillo sonriendo y se encierra en su oficina permaneciendo junto a la ventana mientras ajusta sus lentes.

-nunca antes me habían confundido con una bruja, humanos- suspiro divertido- no es bruja, el termino correcto sería un demonio-