(Paris, abril de 1940)
Tras comprobar que las pruebas forenses descartaban la intoxicación por alimento o bebida ya que ambos fueron ingeridos directamente del rancho del cuartel en el que cenaron los demás oficiales, el joven médico de
Dos días después, soldados del cuarto batallón con base permanente en la capital, irrumpían en el citado local y detenían a mademoiselle Martine Deschamps, acusada de pertenecer a la resistance y de asesinar a un oficial del ejército de ocupación nazi. Las pruebas médicas demostraron sin lugar a dudas que aún quedaban restos de arsénico entre los vellos púbicos y los labios de su vagina.
Una semana más tarde, tras un pantomímico juicio a cargo de un tribunal de guerra, la detenida fue fusilada contra el muro de la prisión en la que fuera confinada.
Aunque este relato sea del todo ficticio, se basa en sucesos reales acaecidos en la época y lugares que se mencionan. De hecho, tras esta primera e hipotética heroína encarnada por la imaginaria Martine, otras muchas mujeres valientes y desesperadas pusieron en práctica el mismo procedimiento para causar sensibles bajas entre los oficiales nazis, valiéndose de la vulnerabilidad de su voluptuosa y desmedida gula.
He de declarar que fue el reciente comentario de mi estimado Man acerca del cunnilingus , el verdadero artífice de la inspiración que hoy me ha guiado la mano, amigos. Salud y cuidado con lo que se come!
ResponderEliminarNunca se deja de aprender... jeje un gran escrito maestro, me encanto un besote.
ResponderEliminarBesos castos para vos, Try
ResponderEliminarFELACIÓN! CUNNILINGUS! BESO CON LENGUA!
ResponderEliminarEs lo que tiene comer almejas en mal estado...
ResponderEliminarDivertido como siempre. Gracias por compartir.
ResponderEliminarLa verdad que, hoy día, ni sabemos lo que comemos. Si he de morir intoxicado prefiero que sea con unas buenas ostras y no con un pepino transgénico. Mu güeno Compare.
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