Como Caín y Abel (1)

“Caín se dedicó a la agricultura, mientras que su hermano menor al pastoreo. Según el relato bíblico estos hermanos presentaron sus sacrificios a Yahvé en sus respectivos altares; al verlos, Dios prefirió el sacrificio de Abel antes que el de Caín, quien enloqueció de celos y mató a su hermano”

En estos momentos me siento así, solo que yo… yo sería como Caín.

Mi nombre es Joshua, tengo treinta años y mi vida no es precisamente lo que podría considerarse feliz. Quizás lo seria para cualquier otro, tengo una compañía exitosa en la cual soy el presidente, tengo dinero a montones y un atractivo que ninguna mujer podría resistir pero en estos momentos… cambiaria toda esa buena fortuna para ser… aunque sea un poco, como él, mi hermano menor, Sebastián. Él solo tiene veinticinco años pero es todo lo que yo no puedo ser a pesar de ser el mayor. Nuestro padre lo idolatra de una manera abrumadora, todo el tiempo oigo frases como “¿Por qué no eres como tu hermano menor?, Sebastián es tan talentoso, ojala pudieras llegar a ser tan bueno como él”

“Al ser interrogado por Yahvé acerca del paradero de su hermano, Caín responde «¿Acaso soy yo el custodio de mi hermano?». Sabiendo Yahvé lo que había ocurrido, castigó a Caín condenándolo a vagar por la tierra, pero le colocó una marca particular (un árbol) en la frente para preservar su vida ante los habitantes de la tierra”

Realmente no comprendo… Sebastián lo tiene todo es… feliz. ¡Mierda! ¿Por qué él tiene todo lo que debería pertenecerme a mí? El cariño de nuestro padre, su aceptación… ¡mierda!... ¿Por qué cambiaron tanto las cosas?

Dos niños jugaban en el jardín de la gran mansión, corrían y gritaban al mismo tiempo que se reían. El menor de abalanzo sobre el mayor y se quedo descansando en su pecho mientras ambos observaban el cielo.

-oye Joshua- ¿Qué ocurre?- hoy escuche una historia que me gusto mucho- ¿Cuál?- la de Caín y Abel ¿la conoces?- no, cuéntamela- eran dos hermanos que debían presentar su ofrenda a dios, Caín era el mayor y Abel el menor- ¿y qué ocurrió después?- dios prefirió la ofrenda de Abel y rechazo la de Caín- ¿Por qué?- no lo sé, pero eso hizo que Caín se enfadara mucho y…- ¿y qué?- asesino a su hermano- Joshua acaricio su cabeza- lo asesino por celos, eso es horrible- dios se enfado mucho y lo castigo, tenía que vagar por la tierra y nadie podría matarlo- ya veo- oye Joshua, ¿nosotros acabaremos igual?- claro que no Sebastián, porque yo te quiero mucho y eso no cambiara jamás”

Joshua termino de arreglar sus cosas, se coloco su chaqueta y se dispuso a marcharse a su departamento. Ya era muy tarde y su mente le jugaba malas pasadas, haciéndole recordar lo que deseaba olvidar.

“ojala volviéramos a esos tiempos, donde la inocencia reinaba y el odio y los celos no invadían mi corazón. Soy débil, sucumbí al pecado y me deje llevar. Mi mente proceso un pensamiento macabro y así como en la historia y al igual que Caín, decidí matarte”

Ese día no fue fácil, por unos segundos lo dude. Lo pensé fríamente y finalmente tome la decisión. Sostengo el manubrio del auto con fuerza y aguardo en el estacionamiento tu salida, me ocupe de todos los detalles, nadie sabe que estoy aquí. Suspiro tratando de liberar el nerviosismo y acallar esta vocecita en mi cabeza. Tu eres alguien amable Sebastián, una mejor persona que yo… pero este impulso es más fuerte, si lo hubiera pensado racionalmente quien debería morir soy yo. Cierro los ojos unos segundos, mientras mi mente evoca otro recuerdo.

“-¡Joshua!- ¿Qué ocurre Sebastián?- mira…- te sonrojaste al mirarme- me aceptaron…- observo la hoja que me entregas, has sido aceptado en la compañía más prestigiosa del país- ya veo… es estupendo Sebastián- si… papá estará feliz cuando se lo muestre- así es- Joshua…- ¿Qué ocurre?- ¿estás enojado conmigo?- claro que no- últimamente parece que me evitas- es tu imaginación Sebastián, no he cambiado- ¿de verdad?, me alegra mucho, ¿sabes en que estuve pensando?- dime- no sé porque pero he estado recordando la historia de Caín y Abel- otra vez con eso-hay varias cosas de la historia que aun no comprendo- no lo pienses tanto hermanito, a diferencia de Abel, tú me tienes a mí y tu hermano mayor te va a cuidar- Joshua-”

Me siento como un idiota por romper esa promesa, se suponía que yo te cuidaría, que no sería como Caín… no puedo creer que mi mente me juegue estás pasadas pero ya es tarde, mi alma fue corrompida y el pecado es una parte de mí. Fijo mi vista al frente y te diviso caminando por el estacionamiento. Acelero el auto y me dirijo hacia ti sin la intención de detenerme. Te volteas a mí y me observas con miedo, antes de morir será mi rostro lo último que veas.

“pude ver la agonía en tu rostro, el miedo en tus ojos cuando me observaste. De seguro te dolió más saber que tu hermano mayor quiere matarte, igual que Caín a Abel, soy un asesino a sangre fría”

Han pasado tres meses desde mi fatídica decisión, no he tenido noticias tuyas, no sé si vives, no sé si has muerto. Solo conozco el pecado que cometí y la sangre fría que he tenido porque en ningún momento he sentido remordimiento. Mi padre me ha llamado un par de veces, al igual que todos en la compañía se extrañan por tu desaparición pero yo solo miento y finjo que nada sé.

Termino de arreglar mi escritorio dejando algunas carpetas con la secretaria, me coloco la chaqueta y bajo por el ascensor hasta el subterráneo, me espera lo de siempre, irme a mi departamento y emborracharme hasta que mi mente se vaya a blanco y llegue el nuevo día.

Me detengo a unos pasos de mi auto, no puedo emitir palabra alguna, no puedo ejecutar algún movimiento, mis ojos se niegan a creer lo que veo. Logro vencer mi asombro y pronunciar un par de palabras.

-Sebastián…- esbozas una sonrisa macabra- hola hermanito-

Ahora que te tengo frente a mí, no puedo evitar pensar en todo lo que hemos pasado a lo largo de nuestra vida.

“intente matar a mi Abel pero no murió y a diferencia de la historia… mi Abel quiere venganza”