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domingo, 8 de enero de 2012

Perdida en Meyer


Las cosas mejoran
- ¿Necesitas algo para encontrar el olor de Eddy, algún juguete tal vez? -rompí el incomodo silencio
- No, no puedo olerlo en todas partes y de todos modos ya estoy siguiendo su rastro  -- respondió secamente.

Asentí con la cabeza ligeramente. Corrió un poco más y me pregunté hasta qué punto Eddy había viajado.

De repente, Edward paro y se detuvo justo frente de mi pequeño perrito curioso que simplemente lo miró como si fuera muy normal que una persona aparezca muy pronto de la nada, pero era en realidad no es gran cosa. El empezó a dar brinquitos emocionado, desmonte de la espalda de Edward y alce a mi niño.

- Muchacho me has dado un susto de muerte, Nunca vuelvas a hacer eso.
-      Rápido, vamos a volver.

Miré hacia arriba de mi perrito y sonreí a Edward. Estaba muy enfadado conmigo, pero yo no me atrevía decirle nada. Yo estaba demasiado agradecida de que él hubiera ayudado a encontrar  a mi niño.

-      Por supuesto, lo siento. ¿Qué tan lejos estamos de mi casa? -pregunte

-      Millas aproximadamente  --   respondió Edward y empezó a correr por el bosque.

Era difícil aferrarse a él con un brazo y aferrarse a Eddy con el otro, pero me las arreglé de alguna manera.

- Los perros pueden viajar hasta sesenta millas en un solo día  -- dijo Edward  de manera casual mientras corría.

No tenía gran respuesta a eso.
- ¿Hice esto para Bella?  -- me preguntó finalmente.

- No, nunca Bella había tenido un perro  -- exclame.

Edward gimió.

- Me refiero a correr.

Apreté los labios, y consideré cuántas veces se había quedado con Bella.
-      Te encantaba correr con Bella. A Bella no le gustaba mucho al principio.

 Edward se mostró satisfecho con esta respuesta y volvió corriendo a su casa y me dejó directamente en mi coche.

- ¿Cuál es tu nombre?  --   me preguntó.

Su pregunta me sorprendió, pero le contesté Melanie Elizabeth Cooper

- Por favor, ve a casa ahora, Melanie  --  dijo entrando en la casa

No  me molesto  mi  despedida. Por una vez no me importaba que él fuera brusco o grosero.

Me lo merecía. Llegue a su casa y le pedí  un favor. Tuve mi  niño y alegremente entre  en la cabina, deje  caer  a Eddy en el asiento del pasajero y encendí el motor.

- Adiós, Edward. Adiós, Esme, gracias   -- dije apenas lo suficientemente fuerte para una conversación íntima. Ellos estaban en el interior pero yo sabía que me iban a oír perfectamente de todos modos. La vida en Forks había cambiado drásticamente en las últimas semanas. Edward y yo teníamos una extraña tregua. No nos hablabamos el uno al otro, a menos que fuera particularmente necesesario en biología. Pude ver que estas cosas eran más fáciles para él. Yo no trataba de pensar en él durante biología en un esfuerzo por ser amable. En lugar de eso pasaba las clases
concentrada. Edward a veces se ofrecía a darme  consejos útiles si veía que no entendía las cosas con facilidad. Caímos en un patrón regular de hablar a veces cómodamente el uno al otro, Siempre me llamaba Melanie, nunca Bella.

A continuación, la dinámica cambió de nuevo, y con frecuencia preguntaba  acerca de Bella. Yo tenía una teoría. El estaba enamorado de ella sólo por la forma en que yo pensaba de ella. Pensé que la idea de él deprimido porque ella no estaba aquí me haría sentir triste o inadecuada. En lugar de eso estaba feliz y emocionada. Era casi como si nada pudiera mantenerlos separados. Ni siquiera estar en mundos diferentes, el  se sentía atraído por ella. Preguntaba por ella a veces, sólo pequeñas cosas que yo había pensado que lo intrigaba. Yo había visto de primera mano lo mucho que  yo le molestaba. Cada vez era más evidente que nunca habría funcionado lo nuestro como yo quería.
Bella le había hecho sentirse normal. No podía oír sus pensamientos, y él no tenía que cargar con ella. Ella nunca pensó en él como un monstruo sino sólo como especial.

Tendría que haber estado aquí. Fue la forma en que se suponía que era y poco a poco, como la semana iba  pasado, iban  a venir apretones con eso. También estaba pensando en tratar de conseguir  dinero e ir a Phoenix y tratar de abrir la puerta a mi mundo para llegar a Bella. Yo no estaba muy segura  de cómo acercarme a ella, él y yo trabajamos muy duro para no pensar o hablar del tema cuando estábamos juntos. Uno de los efectos secundarios de tener alrededor a Edward es que tienes buen  control de tus pensamientos.
Mike me consiguió  trabajo en su taller y yo había comenzado a trabajar los fines de semana, ya que no tenía tiempo de lunes a viernes hasta el verano. Yo había esperado tanto, pero tanto para 
pagar pequeñas cositas,  para el sábado y el domingo fue más que suficiente para pagarle a Charlie,  y pronto estaría pagándole  a Bella también.

Las cosas estaban empezando a mejorar, creo que podía soportar esto un poco más.

2 comentarios:

  1. Una historia que no deja de entretenerme y sacarme sonrisas... me encanta te felicito...
    <un besote enorme... me alegro que por fin las cosas vayan mejor.

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  2. Estupendo Lila, me gusta leerte aunque no he seguido la serie completa, me gusta el ambiente y que se te ve disfrutando al escribir.

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