En lo que me quise dar cuenta ya se había ido todo mi mundo querido.
¿Y mi madre? Oh, mamá, cómo puede ocurrirme esto. Lo vives cada día y no eres consciente de que hubo un tiempo en el que la veías y ahora no la verás más. Y entonces se abre una grieta de consciencia en tu mente y te preguntas, ¿Cómo me ha ocurrido a mí todo esto? Y entonces te sientes egoísta porque te das cuenta de que hablas de ti, pero quien lo ha sufrido no eres tú. No eres tú quien se ha ido, ni quien ha sufrido el dolor que te ha hecho irte, y sin embargo te sigues lamentando de cómo puede ocurrirte tal tragedia a ti. Te pasa por delante la idea fugaz de poder volver a verla. ¿Y si me suicido? Es tan fácil… Hay tantas maneras de morir… De esa manera se acabaría la duda. ¿Somos algo? ¿Qué hacemos aquí? Te das cuenta de que eres algo más que materia. Te das cuentas de que la vida no acaba con la muerte, que debe continuar, si no la vida sería muy injusta. Pero piensas: ¿acaso no es ya injusta, la vida? Muertos inocentes, gente huérfana que nunca encontrará cariño en ningún otro lugar, asesinos, crueldad, y tu madre muerta… Claro, la Iglesia nos dice que Dios se los lleva y duda solucionada. Otra duda, cómo llegas a la certeza tan absoluta que llega a resultar evidencia de que Dios está ahí. A lo largo de tu vida puede ocurrir una secuencia de sucesos no ordenados ni cercanos uno de otro temporalmente. Estos sucesos pueden derivar de Dios, piensas. Dios me envía esto porque quiere algo de mí. ¿Y si es pura casualidad? Y volvemos al círculo, si todo fuera por casualidad y no hubiera finalidad alguna, después de la muerte no hay nada… o por casualidad sí… En el caso de que no hubiera nada la vida sería muy injusta, para qué hacer el bien o el mal y no simplemente actuar si juzgar si es bueno o malo. Qué es bueno o malo. Si la vida no tuviera finalidad alguna el hecho de escoger algo bueno o malo no influiría en nuestro Ser, en lo que somos, ni nos afectaría y sin embargo así lo hace. Si hacemos cosas malas y nos damos cuenta, nos arrepentimos, si hacemos cosas buenas nos alegramos porque los demás también se alegran; para qué. Para algo, no cabe duda, es necesario (entendido como no poder ser de otra manera que de esa). Tenemos sentimientos y emociones. Después de muertos, los sentimientos hacia una persona no varían, sigues amando. Qué amamos, ¿Nada? No puede ser, es algo evidente que no puede ser, y por eso no necesita explicación. Intentar explicar algo evidente es lo más estúpido del mundo.
¿Y mi madre? Oh, mamá, cómo puede ocurrirme esto. Lo vives cada día y no eres consciente de que hubo un tiempo en el que la veías y ahora no la verás más. Y entonces se abre una grieta de consciencia en tu mente y te preguntas, ¿Cómo me ha ocurrido a mí todo esto? Y entonces te sientes egoísta porque te das cuenta de que hablas de ti, pero quien lo ha sufrido no eres tú. No eres tú quien se ha ido, ni quien ha sufrido el dolor que te ha hecho irte, y sin embargo te sigues lamentando de cómo puede ocurrirte tal tragedia a ti. Te pasa por delante la idea fugaz de poder volver a verla. ¿Y si me suicido? Es tan fácil… Hay tantas maneras de morir… De esa manera se acabaría la duda. ¿Somos algo? ¿Qué hacemos aquí? Te das cuenta de que eres algo más que materia. Te das cuentas de que la vida no acaba con la muerte, que debe continuar, si no la vida sería muy injusta. Pero piensas: ¿acaso no es ya injusta, la vida? Muertos inocentes, gente huérfana que nunca encontrará cariño en ningún otro lugar, asesinos, crueldad, y tu madre muerta… Claro, la Iglesia nos dice que Dios se los lleva y duda solucionada. Otra duda, cómo llegas a la certeza tan absoluta que llega a resultar evidencia de que Dios está ahí. A lo largo de tu vida puede ocurrir una secuencia de sucesos no ordenados ni cercanos uno de otro temporalmente. Estos sucesos pueden derivar de Dios, piensas. Dios me envía esto porque quiere algo de mí. ¿Y si es pura casualidad? Y volvemos al círculo, si todo fuera por casualidad y no hubiera finalidad alguna, después de la muerte no hay nada… o por casualidad sí… En el caso de que no hubiera nada la vida sería muy injusta, para qué hacer el bien o el mal y no simplemente actuar si juzgar si es bueno o malo. Qué es bueno o malo. Si la vida no tuviera finalidad alguna el hecho de escoger algo bueno o malo no influiría en nuestro Ser, en lo que somos, ni nos afectaría y sin embargo así lo hace. Si hacemos cosas malas y nos damos cuenta, nos arrepentimos, si hacemos cosas buenas nos alegramos porque los demás también se alegran; para qué. Para algo, no cabe duda, es necesario (entendido como no poder ser de otra manera que de esa). Tenemos sentimientos y emociones. Después de muertos, los sentimientos hacia una persona no varían, sigues amando. Qué amamos, ¿Nada? No puede ser, es algo evidente que no puede ser, y por eso no necesita explicación. Intentar explicar algo evidente es lo más estúpido del mundo.
Quizás es que amamos un recuerdo…
Maravillosa inmersión en el sentido del sinsentido de la vida
ResponderEliminarBienvenido y bravo. Gracias por esta reflexión tan ¿existencial?.
ResponderEliminarPrimero que todo, Seas bienvenido, segundo woww que reflexión mas profunda... sitúas al lector en tu realidad, generas empatia mis felicitaciones, un besote.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos. Me alegra causar esa empatía, pretendo sobretodo que la gente se sienta identificada con mis escritos y si es posible despertar sentimientos con algún que otro verso.
ResponderEliminarSIn duda lo logras... felicitaciones nuevamente.
ResponderEliminarMis mas sinceras Felicitaciones yo comento muy poco en este blog, porque siendo sincero muchos escriben cosas sin sentido o solo palabras sin contenido, pero tu me sorprendes, el nivel te empatia que el lector puede generar con tu escrito es sobresaliente, muy bueno felicidades estaré pendiente de tus publicaciones.
ResponderEliminar"Muchos escriben cosas sin sentido o sólo palabras sin contenidO..." Muchos humos para el autor de una porquería como "Les Huestes del Infierno". Saludos.
ResponderEliminarCantares no eres quién para soltar tal estupidez, y no es que me sienta aludido, no mientras no mezcle el pasado con el futuro como haces tú en el mismo párrafo. Y que teniendo en cuenta que, por ejemplo en un relato épico, hagas demasiados puntos y apartes, y apenas logrando una simple frase bien estructurada. Lo siento, vamos a empezar a ser críticos. La única cosa que admiro de ti es tu optimismo, no todo el mundo haciendo lo que haces ya empieza a pedir derechos de autor, bravo.
ResponderEliminarSaludos a todo el mundo homefanfics.
En el blog cada uno es libre de expresar su opinión
ResponderEliminarpero se les solicita que lo haga con toda la educación que puedan y procurando mantener el espiritu del blog,
sin incurrir en bajezas, insultos o degradaciones de ningún tipo.
Recuerden que la forma en que usamos las palabras hablan de nosotros mas de a quien van dirigidas.
Chicos, chicos...guardaos de los influjos siempre incontrolables de la luna llena o si no voy a tener que soltaros a Mandragas en su versión licantrópica de perro salchicha rabioso. (Soy mago y puedo hacerlo!! ojo!!)
ResponderEliminarSaludos a Todos.
ResponderEliminarPues ala, todos a cantar el Kumbayá.
ResponderEliminarme parece buena idea, aunque no canto muy bien :P
ResponderEliminarNi éste es el escenario más indicado para frívolas disputas ni Judah Glass es el más indicado para mencionar escritos ajenos por aquí con intención de descalificar ni desacreditar a nadie. Lo primero, debido a que tu primer comentario, Judah, no se refiere al escrito presente y por tanto no encaja aquí. Lo segundo, debido a que creyéndote Quevedo caíste en la "incoheréncia" (con tilde) de escribir mal tú también.
ResponderEliminarSólo alguien perfecto puede escribir una sátira; o como mínimo, sólo una sátira perfecta puede despertar a los clásicos de su eterno sueño. Cuídate de errores la próxima vez que satirices.
¿Podeis seguir en privado? ¿por respeto a unas personas que han dedicado esfuerzo, tiempo e ilusión a crear y dar vida a este blog? Gracias de antemano.
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