Prueba de sangre 
Sí, como soy tan sexy, sabes no tengo las ventajas de poderes súper-humanos. Ahora deja de burlarte de nosotros simples mortales. Mi frente estaba descansando en mi escritorio, sin embargo, yo podía escuchar, literalmente, Edward rodar sus ojos. Estaba tan molesta. Siempre parecía tan increíblemente gruñón a mí alrededor. No es justo. Yo no estaba tentando a los hombres aquí. Ni siquiera estaba tentando a la sed de sangre, ¿acaso no era capaz de tentar a nadie?
Bella olía a... flores. ¿Cómo una persona puede oler a flores? ¿Mi olor es floral? Si no es así, ¿a qué huelo?
- Hueles como a vainilla, crema y miel -- Edward me aclaró.
Ese es mi gel de ducha, pedazo de hombre magnífico. ¿Qué olor tendré en realidad?
- Eres muy descriptiva cuando se estás deprimida -- dijo Edward
¿Realmente significaba descriptiva? ¿O es que realmente quería decir desesperada? Probablemente debería haber supervisado mis pensamientos un poco para evitar ofenderlo a él. Pero no tenía sentido ocultar quién era yo a su alrededor. Dejaría de hablarme como siempre lo hacía.
- Estoy un poco ofendido. No me invitaste al baile -- dijo Edward mientras descansaba su cabeza sobre su brazo y me miraba de manera significativa. Mi cabeza se sacudió en posición vertical y lo miré con recelo a los ojos.
- ¿Irías conmigo? -- Le pregunté.
Tartamudeé en mi mente un poco.
- No, pero después de todos esos feos chicos yo un ser hermoso merecía un poco mas de rango -- dijo Edward.
Argh, pensé mientras sustituía la posición vertical para ponerla frente en mi escritorio.
- Eres el peor -- Edward se rió entre dientes.
El resto del día fue un desastre total. Yo todavía no tenía a nadie para ir al baile, trate de salir del baile por completo, pero Laurent y Jess no me dejaron fuera del gancho tan fácilmente. También estuve en un estado de ánimo malhumorado después de ayer por la tarde. Había vuelto a casa
eufórica.
"Hueles como la vainilla, la crema y la miel," dijo Edward. Estaban todas las cosas bien, con olor dulce. No me gustaban mucho los aromas florales de todos modos. Aunque, eran todos productos alimenticios. Edward y todos los vampiros odiaban el olor de la comida. Así que yo estaba de mal humor porque se las había arreglado para insultarme de nuevo y yo ni cuenta me había dado. Yo estaba sentada de mal humor en mi mesa de almuerzo con mis amigos. Mike estaba sentado junto a mí torpemente y me pareció muy distraído. Que me hubiera estado evitando estrictamente los últimos días. Se había acercado a pedirme que lo acompañara al baile varias veces pero me había negado. Sin embargo, yo había logrado evadirlo no estaba segura de cuánto tiempo mi engaño iba a ajuntar.
Jess todavía no le había pedido que fueran al baile y me preguntaba por qué estaba tomándose su tiempo. Todo el mundo estaba hablando animadamente a mí alrededor y parecían bastante felices que me dejen a mi abatida. Edward y sus hermanos estaban sentados en la cafetería, mientras miraban en direcciones opuestas como si estuvieran completamente aburridos.
Yo estaba bien en ocultar mis pensamientos. Algo en mi cerebro-rojo
de cosas embarazosas que había expresado. A veces Edward me preguntaba que le estaba escondiendo, a veces me preguntaba si mi cerebro se le cayó la información.
Mi plan era arrastrar el culo a Phoenix abrir la puerta y recuperar a Bella. Cuando llegué a biología, Edward no estaba allí. Estaba confundida por un momento antes de darme cuenta por qué.
Por supuesto, estábamos haciendo nuestro tipo de sangre hoy.
- Sr. Banner -- dije con urgencia.
- ¿Sí, Isabela? -- Preguntó el señor Banner después de que había explicado lo que iba a hacer.
- Voy a vomitar -- le dije.
Hice lo que pude para verme pálida y débil. A decir verdad, por lo general no me preocupaba por demasiada sangre. Mía o de cualquier otra persona. No me molestaba en absoluto. Sin embargo, después de Ángela... bueno, yo no quería ver sangre en este momento.
- Usted puede sentarse aquí -- respondió lacónicamente el Sr. Banner.
No fui la única que pidió no hacer la actividad de hoy. A medida que más gente estaba haciendo el experimento, me surgió la oportunidad de escapar.
- ¿Lee, estás bien? -- Pregunte compañero Lee levantó en la parte posterior del salón de clases.
Mi conjetura era que Lee no estaba bien.
- Sr. Banner, por favor, ¿puedo ir a la enfermeria? -- Le pregunté con tanto pánico en mi voz como pude reunir.
El Sr. Banner me escrutinó. Tiré mi brazo protector sobre mi estómago y un poco encorvado para indicar que puedía vomitar también
- Sí, pero date prisa -- dijo el Sr. Banner rápidamente.
- Mike, lleva a Lee y a Isabela por favor
Mike asintió con la cabeza y me sonrió mientras ayudaba a transportar Lee y salimos de la habitación. Caminamos hasta la oficina de la enfermera, escuchando las quejas de Lee de la miseria y la vergüenza, nos encontramos con Jessica sentada en la enfermería.
- ¿Jess? -- Le pregunté -- ¿Qué pasa?
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