Él me ama, verdad?, preguntaba sonriente e ilusionada, mientras la mujer paciente le colocaba el magnífico traje blanco, toda una maravilla de diseño, la chica emocionada se dejaba acomodar dócilmente, la peinaron y sonría, entrecerró sus ojo, respiro profundo y en su mente bailo con él una vez vas.
- ¿Sientes mi mano, como te toca suavemente para guiar ese movimiento? Preguntaba el hombre, si amor, respondía ilusionada, mientras suspiros contenidos emocionaban a aquellos que la ayudaban a vestirse para el gran día.
La música clásica inundaba la estancia, ella nerviosa se puso de pie, la corte se colocó a su lado, y la acompañaron en ese largo corredor que más de alguna vez hemos visto en las películas, ella avanzaba radiante, con su traje blanco prístino, un paso, luego otro, una pausa, paso, pausa, paso, pausa. Hasta que las puertas se abrieron con sordo estruendo, una claridad la cegó, aun así, confiada dio ese paso decisivo, la puerta se cerró tras ella, mientras que por la rendija las enfermeras la miraban con tristeza, con las manos atadas a la espalda por su traje danzaba una y mil veces.
¿Qué opinas hermanito, te gusta?- Ups, esa es mi propia alucinación.
Colosal querida! impresionante!
ResponderEliminarMil gracias Lobito... tus comentarios realmente animan... un besote.
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