Tu nombre es ¿.....? (11) Final

Un extraño brillo apareció en los ojos del gato a medida que hablaba, lo pensé detenidamente y luego de que termino de exponer sus argumentos no pude negarme. Era la única opción, en ese instante logre comprender todo lo que implicaba el juego.

El gato me observo esperando alguna respuesta de mi parte, lo medite unos segundos y finalmente tome la decisión.

-acepto- excelente querida-

Me acerque a khael que yacía en el suelo sin moverse, alce el cuchillo en mi mano derecha y comencé a realizar un profundo corte en su cuello, me incline despacio y comencé a beber su sangre. No tenía más opción, el gato me lo había dicho claramente. Un pensamiento abordo mi mente mientras realizaba las ordenes del gato.

-espero que Eliot se encuentre bien…-

Tres sombras estaban sentadas en un círculo frente a una fogata. Ya habían pasado dos siglos desde su último juego y debían ponerse de acuerdo en un nombre.

-¡marcos! ¡Estela! ¡Luis!-

Los tres se observaron esbozando una sonrisa y decidieron volver a probar. Ya llevaban siglos así, que importaba esperar unos años más. Decidieron probar una última vez.

-¡Joshua! ¡Joshua! ¡Joshua!-

Esbozaron una sonrisa y Yell fue el primero en romper el silencio que se había instalado al fin comenzaría el siguiente juego, ya había esperado demasiado tiempo por esto, siglos para ser exactos.

-excelente, estoy ansioso- está vez no lo arruines Yell- lo sé khael, ¿hasta cuando me lo recordaras?- ya dejen pelear los dos y apresuremos en arreglar todo- como digas kitsune- está vez te toca a ti khael- lo sé… que aburrido- comencemos el juego-

Uno a uno los participantes del macabro juego comenzaron a despertar. La joven los observo fijamente y se arrodillo frente a uno de ellos, este la observo un poco curioso, el gato negro se acerco a ellos.

-es hora Anna, están por llegar- lo sé, ¿te encuentras bien?- si… ¿Qué es este lugar?- pronto lo sabrán, suerte chicos-

Ambos desaparecieron del lugar. La joven se quedo en una rama del árbol observando como kitsune les explicaba las reglas del juego. El gato se quedo frente a ella limitándose a mirar como la historia se repetía de nuevo.

-pensé que era él- es cosa de tiempo para que Eliot vuelva- lo sé…- nadie puede salir del juego… sin duda el siguiente será- entiendo, entonces intentare ayudarles- tú decides, si necesitas algo llámame estaré en la torre- si-

El gato me lo dijo hace muchos siglos atrás. Nadie puede escapar del juego quien consigue salir inevitablemente regresara, así son las cosas una vez que eres llamado no se detendrán hasta matarte, aun si escapas… tu felicidad de huir de aquí es solo transitoria. Por eso me mantengo en este lugar porque uno de estos días Eliot volverá y no permitiré que ese bastardo de Yell lo asesine. Aun si tengo que terminar destrozando con mis propias manos a cada jugador… me encargare de que Eliot siempre salga de aquí y para eso no me importa convertirme en una asesina sin piedad ni remordimientos.

Fije mi vista en los jóvenes y como Yell me dedicaba una de sus asquerosas sonrisas cargadas de lujuria. Kitsune alzo la mano sonriendo y pronuncio esas jodidas palabras que desearía jamás haber escuchado.

-¡que comience el juego!-

Nadie sabe como comenzó este juego, ni quiénes son esos bastardos pero de algo estoy segura, jamás habrá un fin porque esas cosas no pueden ser asesinadas pero no todo está perdido, quizás no puedan morir pero el dolor si lo sienten.

-oye gato- dime- si uso unas cadenas ¿servirán?- claro, con cada juego puedes tener un arma- estupendo-

Esboce una sonrisa y fui en dirección a la torre en compañía del gato, quizás esas cosas no puedan morir pero la tortura siempre será una opción, una muy placentera… quizás me he vuelto un poco sádica con todo el tiempo que ha pasado. Es imposible conservar algo de humanidad aquí.