Puede que mañana lo deje...

No necesito seguirte para saber dónde has estado.

Me basta con verte para saber con quienes me has engañado.

No necesito ser un detective para saber que no me amas.

Me basta con tocarte para saber que me repudias.

No necesito ser un árbitro para decirte tus faltas.

Me basta con que un segundo del día lo dediques a mí.

No necesito muchas cosas porque me basta verte para olvidarlo todo y perdonar lo que sea.

Durante un tiempo esos fueron mis pensamientos, tan factibles como un sueño, espero que entiendas mi dilema, porque me debato internamente en quedarme o abandonarte ¿Cuál debo escoger?, ¿romper la burbuja o vivir la ilusión?

A decir verdad ninguna opción me atrae, por más que quiero dejar mi mente en blanco basta tu presencia en mis recuerdos para nublar todo juicio lógico de mi parte.

¿Qué debo hacer? ¿Irme y dejarte? ¿Quedarme y soportar todo en silencio? ¿Dejar que todo se desvanezca por sí mismo?

Ya estoy grandecito para tener esos pensamientos, se supone que debo velar por mí mismo pero tu angelical rostro me hace dudar, dudar de algo que ya no existe, dudar de una ilusión que hace muchos años de desvaneció.

¿Qué debo hacer? La misma pregunta ronda mi mente, me levanto decidido, dispuesto a bajar la luna si la deseas, a llenarte de lujos, joyas, dinero, ropa, todo con tal que te quedes a mi lado. Ya tome mi decisión, pero que ingenuo soy… me sirvo otra copa de vino mientras me acomodo en el sillón de la sala de estar, sigo pensando en mi respuesta, aun cuando han pasado tres años desde que nos separamos.

-si… puede que mañana deje de emborracharme pensando ti…-