Ilusiones reales: capitulo 1

Destino sellado

Abrió los ojos despacio debido al insistente ruido que no lo dejaba dormir, tomó el despertador molesto y lo arrojo contra la pared rompiéndolo en varios pedazos. Creyó que con eso podría volver a conciliar el sueño pero nuevamente escucho el ruido molesto, palpo el velador a su lado pero no encontró la fuente del infernal ruido, se incorporo desganado, se froto los ojos bostezando y camino hasta el mueble frente a la cama apagando el despertador.

Tomó una ducha rápida que acabo por espantar los residuos de sueño que quedaban en él. Se coloco unos pantalones de tela negro, una camisa blanca y una corbata que combinara con su ropa. Se observo al espejo colocándose sus lentes y arreglándose el cabello.

Hoy era un día muy importante, lo habían ascendido en el trabajo y se encontraba a cargo del actual caso y él más importante que habían tenido en años, un asesino había aparecido en la escena pero la única pista o patrón que tenían (y aunque suene tonto) era que no dejaba huellas en la escena del crimen, sus víctimas habían sido catalogadas como “muertes extrañas”, no habían cortes, ni alguna causa fisiológica para atribuir tal muerte, simplemente… morían. Debido a esto los noticieros catalogaron a las víctimas como los muñecos y se referían al asesino como “el fantasma de la luna” ya que los cuerpos siempre eran encontrados en la intemperie o cualquier lugar donde la luz de la luna los iluminaba dándoles el aterrador aspecto de muñecas.

Se termino su desayuno y espero en la entrada del edificio mientras se acomodaba los lentes. Era en tiempos como estos cuando pensaba seriamente la idea de comprarse un auto pero luego se arrepentía, eran muy peligrosos (cosa que aprendió personalmente) su mente divago en viejos recuerdos de su adolescencia, no era mucho tiempo, ya que solo tenía veintisiete años. Un bocinazo lo trajo al presente y subió al auto estacionado frente a él. Observo al conductor sentándose a su lado y se coloco el cinturón de seguridad.

-siento la tardanza Ismael- no te preocupes, gracias por venir a buscarme todos los días Sebastián- no es nada, no me molesta hacerlo- el joven sonrió- te preocupas mucho por mi- claro tontito, eres mi mejor amigo, nos conocemos desde la escuela básica- Sebastián- es mejor que nos vayamos, no querrás llegar tarde a tu primer día como jefe del caso más importante de la historia- claro-

Sebastián era un buen amigo suyo, sería preciso decir que son como hermanos, Ismael era el menor y siempre lo sobreprotegía (cosa que también se debía a eventos de su pasado) se habían vuelto inseparables, Sebastián no solo era su amigo también su confidente, quien conocía todas sus inseguridades, miedos, preocupaciones y también su mayor apoyo.

Se detuvieron en el estacionamiento y fueron al primer piso, la comisaria se instalaba en un gran edificio, contaban con muchos recursos y bastante personal para cubrir la ciudad entera. Se dirigieron por el ascensor hasta el tercer piso, avanzaron por el amplio pasillo hasta la puerta del fondo, golpearon suavemente hasta que una voz grave les indico que entraran.

-siéntense chicos-

El director del departamento es una persona bastante amable y a la vez respetada. Tenía una gran intuición para juzgar a las personas y gracias a él se habían resulto muchos casos en el pasado. Dejo unas carpetas sobre el escrito y sonrió.

-hoy comienzas tu primer día como jefe de la unidad para atrapar a ese asesino “el fantasma de la luna”- si señor- ya ha habido cuatro muertes en una semana- Ismael asintió- no tenemos pistas, ni sospechosos, espero que puedas hacerlo- sí señor, me esforzare y atrapare a ese sujeto- muy bien, me gusta tu entusiasmo, el equipo que he designado para ayudarte está conformado por siete personas incluyéndote a ti y Sebastián- ¿solo siete?- es suficiente, créeme- si señor- ellos te esperan en la sala de reuniones del cuarto piso, cuando los veas entenderás todo, suerte Ismael, desde ahora, eres oficialmente el jefe de esa sección, dejo todo en tus manos-