Casi real (7)

Abrí los ojos despacio y note que una silueta junto a la ventana me observaba fijamente, intento incorporarme pero un peso sobre mi me lo impidió, Eliot estaba recostado afirmando su cabeza en mi pecho mientras su mano izquierda me abrazaba por la cintura. Me voltee a Kaname que me dedico una sonrisa de “pervertida”

-el desayuno está listo- Eliot se incorporo despacio sin sacar su brazo que rodeaba mi cintura- los espero en la cocina- se marcho sonriendo, lo conocía hace solo un día y ya me sacaba de quicio, casi tanto como solía hacerlo Roy. Eliot me observo confundido, acaricie su mejilla despacio- ¿te sientes mejor?- si… ¿Quién es ese hombre? ¿En dónde estamos?- él es Kaname y fue quien nos ayudo ayer, cuando esos dos hombres nos atacaron en el bosque, no te preocupes, es una buena persona- si-

Me iba a levantar pero las acciones de Eliot me desconcertaron por completo, lo vi salir sin moverme y luego pude reaccionar, antes de levantarse e irse por el pasillo Eliot había besado mi frente y susurrado un gracias a la vez que esbozaba una cálida sonrisa. Era la primera vez que lo veía sonreír de esa manera, sacudí mi cabeza como si de esa manera pudiera evitar que el sonrojo inundara mi cara. Me pase por el baño antes de unirme a ellos en la cocina.

-hola, parece que anoche dormiste muy bien, me lo hubieras dicho antes, así les hubiera pasado la cama matrimonial- su comentario me descoloco por completo, ¿Quién demonios se creía para decirme esas cosas?, lo mire molesta y me cruce brazos- no tenemos esa clase de relación- por supuesto- sonrió altanero, cosa que me enojo aun más- bueno, señorita con complejo de lolito ¿quieres café, té o leche?- me voltee enojada y respondí de una manera cortante- café- muy bien, ve a sentarte serviré todo- ¿en dónde está Eliot?- le preste ropa para que se vistiera- ya veo…-

Iba a preguntar algo más pero cuando me voltee Kaname me miraba de una manera insinuante así que solo me fui a sentar en silencio. Al cabo de unos minutos se nos unió Eliot, traía unos jeans negros y una camisa del mismo color con los primeros botones del cuello desabrochados, se veía precioso, me cubrí la boca con las manos y desvié la vista. La voz de Kaname no ayudo en nada a relajarme.

-te queda muy bien ¿Qué opinas camelia?- Eliot me observaba con un pequeño rubor en sus mejillas, desvié la vista jugando con el cuchillo- te queda bien…- sonreí tratando de disimular mi nerviosismo, Kaname se rio- ¿Qué clase de respuesta es esa?, al menos míralo cuando le hables, ¿o no te gusta como se ve?- yo…- me reí nerviosa y accidentalmente me corte el dedo con el cuchillo, Eliot se acerco a mí y cubrió la herida con una servilleta- ¿estás bien?- si… solo fue un descuido-

La risita molesta de Kaname inundo mis oídos, decidí ignorarlo y nos sentamos a desayunar. Me sorprendía ver el apetito que tenia Eliot, me alegraba mucho que comiera, así recuperaría energías y su herida sanaría pronto, termine de beber mi café y agradecí de una manera tranquila, intercambiamos unas miradas con Kaname.

-¿Qué haremos ahora?... esas personas que nos atacaron en el bosque- tranquila, ellos no saben de este lugar- si pero… no podemos quedarnos encerrados aquí para siempre- lo sé, lo mejor será que saquemos a Eliot del país- el aludido alzo la vista- será una medida provisoria hasta que pensemos en un buen lugar- no quiero irme de aquí- Eliot…- suspire- lo primero será encontrar a Liam, tu hermano está muy preocupado por ti- me percate de la tristeza en la mirada de Eliot- no te preocupes, te prometo que lo encontraremos y estarás con él- camelia…- confía en mí- si- esbozo una sonrisa-

Por precaución permanecimos los primeros tres días encerrados en el departamento de Kaname. Por la mañana Eliot lucia bastante cabizbajo y melancólico, Kaname no se encontraba en el departamento, lo habían llamado para un “Trabajo” y debió acudir. Me acerque sigilosamente a Eliot y lo abrace por la espalda. Nuestra relación había mejorado mucho y ya podríamos llamarnos amigos tenemos un alto grado de confianza.

-camelia…- ¿Qué ocurre?- Liam…- él te está buscando- ¿crees que venga?- sí, estoy segura- me dedico una sonrisa y se volteo abrazándome- gracias por estar conmigo- voy a cuidarte, solo quiero verte sonreír- ere muy amable conmigo, yo…- me observo sonrojándose un poco- te quiero…- el rubor cubrió mis mejillas de inmediato- quiero decir…- comenzó a tartamudear, lo que hizo que me relajara y soltara una risita- lo sé, no tienes que decir nada más- nos dirigimos una mirada cómplice- por cierto, escuche que hay un circo en la ciudad, ¿has ido a alguno?- no- ¿te gustaría ir?- pero…- si somos cuidadosos nada pasara, además… estoy segura que este subirá el ánimo salir un momento- gracias-

Fui a la habitación por una chaqueta y le deje una carta a Kaname diciéndole a donde iríamos. Nos internamos en la ciudad en un estado de alerta, me relaje un poco al ver que Eliot sonreía y parecía más tranquilo. La función del circo duro una hora y media, tuvieron números muy buenos que nos sacaron más de alguna sonrisa, al termino nos detuvimos en una cafetería para beber algo. Eliot miraba a su alrededor sonriendo, como si fuera un niño pequeño.

-bebe tú café antes de que se enfrié- si, gracias camelia- me alegra que te sientas mejor-

Nos miramos fijamente durante algunos minutos, el ambiente estaba lleno de palabras silenciosas que no necesitaban sonio alguno para escucharse. Eliot posó su mano sobre la mía y me dedico una de sus radiantes sonrisas, entre abrió los labios para decir algo pero el ruido de mi celular acabo por matar la cálida atmosfera que se había formado. Respondí notoriamente molesta, jurando (mentalmente) asesinar a quien había osado interrumpirnos.

-Kaname…- ¿en dónde estás?- en una cafetería en el centro de la ciudad- no debieron salir, es peligroso- lo sé… es que…- está bien, dame la dirección iré a buscarlos- si-

Luego de dictársela guarde mi teléfono observando a Eliot, este mantenía la vista en mí o para ser más precisos en mis labios, me sonroje levemente, Eliot se levanto de su lugar y tomó la carta que anunciaba los pasteles de la cafetería y se inclino sobre la mesa cubriéndonos con ese papel, escuche su voz susurrándome en el oído.

-camelia…- Eliot- me sonroje por la cercanía- ¿Por qué… me siento tan molesto cuando veo que le sonríes a otro?- ¿Qué…?- no entiendo, quizás…-

Unió sus labios con los míos en un suave beso, instintivamente cerré los ojos y me deje llevar por la cálida sensación que me producía su toque.