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miércoles, 16 de noviembre de 2011

The Tudors: Un nuevo comienzo IX

Pocas noches fueron tan terribles como esta que estaban viviendo ahora las Hermanas ST Clair, recordaba Juliett ahora, al tener a Sophie en sus brazos, las primeras noches sin su madre, y como su hermanita corría a abrazarla en la oscuridad, ella había visto crecer a esta niña, que ahora no solo era una mujer, sino que la reina, con un cruel destino señalado, mismo que siguieran sus antecesoras,  solo una cosa deseaba ella para su hermana, un deseo simple, la quería ver feliz, ahora estaba de nuevo ahí, en la cama, con su pequeña en brazos, la que aun dormida seguía derramando lagrimas y soltando sollozos cada cierto rato.
El sol las sorprendió durmiendo abrazadas, acurrucadas la una contra la otra, como niñas desvalidas entre los  grandes dorceles que envolvían la cama de la reina.
El sonido de unos pasos fuera del cuarto las sobresalto, necesitaron unos segundos para recordar que había ocurrido.
La reina se levanto con los ojos hinchados, cansada y con profundas ojeras alrededor de sus ojos
Sophie pidió únicamente ayuda de su hermana para vestirse
- quiero hablar con enrique - susurro con voz enronquecida
- ¿estás segura? - pregunto Juliett acomodándole la pesada corona en la cabeza
Sophie suspiro.
-quiero hacerlo- dijo con algo de fuerza tratando de convencerse a si misma
Juliett salió furiosa del cuarto de su hermana, se fue directo a la sala del trono donde venían entrando Anthony y Lord Charles Brandon duque de Sulfok cuñado del rey, hizo una rápida reverencia y entro sin esperar a que respondieran su apresurado saludo
- su majestad- el rey se mantuvo en su trono, respondió a su saludo
- mi querida hermana que te trae por aquí
Juliett levanto su mirada con toda la furia contenida
- se enoja si le digo algo...- pregunto dubitativa
- por supuesto que no... Respondió serio el rey, preguntándose que querría saber esta niña.
- bien, tartamudeo suspirando con congoja.
- el día de su boda, prometió amor y fidelidad... el mismo día dijo que haría a mi hermana una mujer feliz
El rey la miro esperando que continuara
- ¿sabe que es lo que veo ahora, su majestad?
- la más profunda de las tristezas , continuo sin esperar una respuesta del rey y bajando levemente la mirada, para después continuar con más fuerza,  el dolor, la traición y la desdicha en los ojos de ella y pregunto...
- ¿si? - pregunto enrique con la voz enronquecida de repente
- ¿qué piensa hacer para solucionarlo....?
Anthony y Charles se encontraban estupefactos, el primero quería tomar a la chica del brazo y sacarla cuanto antes de la presencia del rey, no sabía si besarla o abofetearla, pero el instinto de protección que sentía hacia ella crecía a cada segundo que la miraba.
Juliett empezó a sollozar y Anthony se acerco lentamente rodeándola con sus brazos
Juliett al sentir ese aroma y esos brazos tan familiares, apoyo su cabeza en el cuello de Anthony
- ¿sabe que no deja de decir entre sollozos? Pregunto en voz alta, sin saber si hablaba con Anthony o con el rey.
El rey la miraba atentamente sin pestañar
- ¡que teme que le corten la cabeza! al terminar de de decir eso lanzo un sollozo más fuerte.
- le pido su majestad, le imploro que solucione esto
El rey se levanto de su trono, marchándose de ahí inmediatamente
Seguido de charles a ver que tenía su cuñado
Juliett termino de romper en llanto, al estar solas con Anthony
Él simplemente la dejaba llorar en su hombro, ofreciéndole refugio en sus brazos, y dándole de vez en cuando besos en su coronilla
Los guardias que se encontraban a su alrededor miraban con profunda tristeza a Juliett y esperando ver una pronta mejora en la reina.
En su cuarto Sophie se contemplaba frente al espejo, no aguantando más su propia mirada derrotada, se apoyo sobre el tocador y se arrodillo a llorar.
De pronto escucho un sonido, pestaño un poco sintió que una mano cepillaba su cabello con delicadeza y suspiro pensando que era Juliett
-       Tranquila mi pequeña
Hasta que empezó a sentir el aromo da enrique se levanto rápidamente de la cama
- ¿qué hace aquí su majestad? - dijo con fuerza
No voy a dejarte sufrir y llorar, dijo el rey con un tono que consideró apropiado y consolador.
- lo siento su majestad...pero no es el hecho de que me dejes... ya lo hago
Sophie se levanto de la cama y se sentó frente al espejo y empezó a cepillarse su larga melena
Linda... se sensata, lo de anoche ya paso, cálmate, ven aquí y dame un abrazo, mientras mostraba una magistral sonrisa.
- no voy a darte nada - susurro con fuerza mientras cepillaba su cabello con algo de fuerza
- como puedes ser tan cínico, te parece que no pasó nada... acostándote con una cualquiera y después dormiré contigo-
- Debes entender que yo soy el rey y esas prácticas son propias del rey, explicó esto como si fuera la obviedad más grande del mundo y quien no lo comprendiera careciera de lógica.
- ohm déjame decirte que en ningún lado dice que el rey debe ser infiel, porque me prometiste fidelidad si no lo haces... no quiero que me toques nunca más y parte no quiero a tu querida en el catillo nunca más, o me encargare de buscar la forma decapiten
Sophie se razonable, estas prácticas son propias de mi y no las dejare por un capricho eres la reina y tu función es clara
-¿cuál es mi función, ser un adorno a tu lado?, dijo la reina casi  gritando
- ¡ESA y procrear!, dijo el rey. Así que corta las lagrimas... y preséntate adecuadamente
Eres la reina  y hay protocolos que cumplir
Sophie se levanto con furia - eres la peor persona que conozco, codiciosa, hipócrita, cínica
Y soy el Rey- Grito Furioso Enrique VIII-
- te odio le grito, en respuesta la joven.
Tu rey, tu marido y tu dueño y me debes respeto, obediencia y lealtad. Dando por zanjado todo asunto, miro con suficiencia su mujer y sonrió.
 Maldigo el día en que me case contigo.
El caso es mi querida niña, que ya está hecho y no nos vamos a divorciar eso te lo aseguro
Asique asúmelo dejas de llorar ahora mismo y vienes a cumplir tus obligaciones
- que obligaciones....
Primero las de la corte... debes estar presente en tres audiencias y luego tus obligaciones de esposa
- vas a obligarme acaso - pregunto retándolo
La obligación la asumiste tu misma cuando nos casamos
- porque adivina.... yo no pienso moverme de aquí
Ahora deja de ser una niña caprichosa y prepárate
- me obligaron a casarme contigo, no es porque yo quería
A NO¡¡¡¡¡¡¡¡¡ con quién crees que habla - grito a más no poder-
SOY EL REYYYY
- yo se que eres el rey... pero yo soy la reina dijo mientras se sentaba en su cama, escondiendo todo los nervios que tenia encima
Si pero reinas mi querida sofí han habido varias rey solo uno
- bueno búscate otra reina y mátame como a las anteriores, busca una reina, bruta, sumisa y que haga lo que le digas
- dijo reteniendo sus lagrimas
el rey palideció ante la mirada furiosa de la mujer, por un segundo pensó si ella sería capaz de atacarlo, de contradecirlo en público, meditándolo un segundo, se dio media vuelta y salió de la habitación diciéndole a los guardias que la reina estaba
Indispuesta


Sophie rompió en llanto inmediatamente, tirando el cepillo contra el espejo
Los guardias escuchaban el llanto de su reina y con gran dolor en su pecho agacharon la cabeza
Nadie podría imaginar, que ese día, fue la reina quien gano. Y fue su primera victoria.

2 comentarios:

  1. Bueno ya saco las garras el rey... hay que ver como reaccionan las Hermanitas St Clair, aunque por lo visto.... dios los guarde a todos estas niñas no respetan ni un protocolo...
    Bueno espero seguir leyendo, un besote gigante.

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  2. Me encantooo!!!, te felicito, excelente historia me tienes muy expectante con lo que va a ocurrir y como se desarrollara la relacion de juliett y anthony, me encanto, felicidades, besos.

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