Apareció como de la nada y de una forma brusca. Aterrada y casi paralizada, lo vi abalanzarse sobre mí con la furia y la decisión de quien actúa de un modo premeditado y estudiado.
Viendo cómo se me acababa el tiempo de reacción y cómo el enemigo no cesaba en su intento por agredirme gratuitamente, hice acopio del escaso valor que en ese momento disponía y, sacando fuerzas de Dios sabe dónde, así enérgicamente y con gran habilidad el objeto sólido que más a mano tenía.
Segundos después, el despiadado enemigo se decantó por culminar con su ataque y yo, temiendo sobremanera por mi vida, empuñé con firmeza el elemento aniquilador y blandiéndolo por encima de mi cabeza, dispuesta a defender mi vida, lo dejé caer con todas mis fuerzas sobre mi némesis acabando así, con su efímera existencia.
Y yo que pensaba que jamás sería capaz de hacer daño ni a una mosca...
Impresionante, nunca sabemos de lo que somos capaces hasta que somos llevados al limite...
ResponderEliminarte felicito.
Un besote.
excelente, redaccion y el tema, que le puede pasar a cualquiera, situaciones limites nos muestran nuestra verdadera fuerza, estupendo. felicidades.
ResponderEliminarBuen relato de acción Bella, a una mosca, a un mosquito o a una pulga, si es en defensa propia...
ResponderEliminarGracias por aceptar mis locuras chicos, no todos saben encajarlas jajajajaja
ResponderEliminarjajajaja que miedo... :P te felicito, escribes muy bien un saludo
ResponderEliminar