Hoy, treinta y uno de diciembre de dos mil once, me he dado
cuenta de lo efímera que es la vida. Hasta hace tan sólo unos días pendulaba
alegremente con mis compañeras de fatiga, dejando que los rayos cálidos del
astro rey nos calentaran hasta hacernos madurar… Ahora me encuentro apretujada
junto a otras once amigas en una caja transparente,
sin tapa, dentro de una bolsa de plástico también transparente, cerrada. A juzgar
por el escaso pero incesante movimiento que estamos sufriendo, creo que nos
están llevando a algún lugar, y una extraña corazonada me dice que no será
bonito. Recuerdo que mientras estaba en el racimo, había oído rumores sobre
este extraño viaje; muchas habían dicho que nos convertirán en vino, otras, que
nos disecarían y nos colocarían con otras frutas para formar parte de un centro
de mesa decorativo… En lo único que coincidían todas era en que las que se
iban, nunca jamás volvían.
Hace ya varias horas que hemos llegado a nuestro destino y
nos han encerrado dentro de un cubículo frío, lleno de otras hermanas frutas,
algún pescado y mucha carne, iluminado solo por una luz intermitente bastante
intensa, que alumbra toda la estancia. No sé qué es lo que pasa, pero esto cada
vez huele peor…
Debo de haberme quedado dormida porque ahora estoy con las
demás sobre una especie de cuenco, encima de una mesa. A través de las
translúcidas muescas del recipiente adivino que hay otras amigas más en las
mismas circunstancias en las que nos encontramos nosotras doce. Estamos
rodeadas de personas que miran expectantes a un punto fijo mientras nos alzan
de la mesa con una sola mano y ríen nerviosas. Tengo mucho miedo, falta poco
más de un minuto para que den las doce y quien tiene nuestro cuenco ha pinzado
con dos dedos a una de nosotras y se la aproxima a la boca. No parece que vaya
a soltarla.
:O pobresita, nunca mas como uva para año nuevo... momento... yo no como uva, uf... que alivio... un besote simplemente genial y feliz año nuevo.
ResponderEliminarexcelente relato, pobre uvita, aunque igual hay gente que se atraganta con las pepas de la uva las que traen) punto a favor para ellas, si las comemos que cueste, aunque es desfavorable para nosotros. Excelente, felciidades.
ResponderEliminarMuy bueno ;), pobre uvas jejeje. Felicidades y gracias por compartirlo. :D
ResponderEliminarHay doce con una suerte especial, Las que cayeron en tu cuenco.
ResponderEliminarHay doce con una suerte especial, Las que cayeron en tu cuenco.
ResponderEliminarHuye!
ResponderEliminarTodos pedimos nuevos deseos para el nuevo año: adelgazar (lo que cuesta, por Dios!!!), dejar de fumar, subir la media académica... Pero nadie, NADIE, se preocupa de las uvas. ¿Es que nadie piensa en las uvas?
ResponderEliminarFelicidades Lady.
ResponderEliminarCool!! Menuda sorpresa verte de nuevo por aquí...
ResponderEliminarGracias por pasarte.
Sólo Gracias! en iu nou uai
ResponderEliminarPues... De nada, cielo!
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