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martes, 24 de abril de 2012

Yami no matsuei (18)


En la oscuridad.
 
De todas las personas que habitaban en la casa era de quien menos se esperaba semejante sacrificio. Le parecía increíble que hubiera predicho con tanta precisión los eventos que ocurrirían en los siguientes años. Jamás se esperó que Sebastián hiciera tamaño sacrificio para defender los intereses de Alice, ¿tanto le importaba la vida de ese demonio? ¿Tanto le importaba que ese demonio fuera feliz? Jack sacudió su cabeza despacio y sacó de entre sus ropas una rama con pequeñas flores de cerezo en ella, le dio un pequeño beso a cada flor para luego comenzar a recitar un conjuro, se dibujo un gran círculo que lo rodeaba y de la tierra salió un gran cerezo, acaricio su corteza despacio y comenzó a atravesarlo con su mano derecha, sacó una espada roja y besó el cerezo para hacerlo desaparecer. Caminó unos pasos para quedar junto a Sebastián que lo observaba un poco confundido.

-¿Qué haces?-
-¿No es obvio? Podrás ser fuerte pero no eres rival para ese bastardo y sus tres duplicados de sombras, además- empuñó su espada listo para atacar- Aun me debes una explicación, así que asegúrate de no morir todavía-

Antes de que Sebastián pudiera decir algo más Jack atacó a dos de los duplicados de khael, logró alejarlos internándose en el bosque. Caín materializó su espada para dirigirse hacia Jack, se detuvo observando a Sebastián fijamente.

-No mueras, aun no te he agradecido por lo que hiciste-
-Qué raro, sería un milagro verte dando las gracias-
-Idiota-

En un gesto que Sebastián no se esperaba Caín le dedicó una sonrisa y luego desapareció entre los árboles para ir a ayudar a Jack. Eliot sonrió comiendo un chocolate y apareció junto a Sebastián sin dejar de sonreír.

-¿Tu también, Eliot?-
-Sí, ya se los dije, me gusta estar con todos ustedes, no es lo mismo si no estamos todos juntos, así que Sebastián- le dio una pastilla sonriendo- Asegurémonos de regresar todos juntos, conseguí unos juegos muy buenos y está vez no perderé-

Le guiñó un ojo y atacó al duplicado restante para llevárselo en la dirección opuesta por habían ido Caín y Jack. Joshua lo observó preocupado, quería ayudarlo pero su deseo por matar a khael era más grande. Creó rápidamente un escudo de sombras para proteger a Alice y Gabriel de un ataque de Camelia, la mujer no le daba descanso lanzando  afiladas agujas con veneno, una de ella dio contra su brazo derecho y no fue capaz de moverlo, esperaba lo peor cuando vio varias rosas negras dirigirse a ellos, cubrió al demonio y al hibrido con su cuerpo pero el ataque jamás lo alcanzó. Vio que cada rosa se deshacía en el suelo al ser traspasada por afiladas agujas de diamantes, Sebastián se volteó observando a su hermano que venía en compañía de Nicole.

-¡Te dije que te quedaras en la mansión!-
-No me des ordenes- dijo Ismael molesto- Aun no… te he perdonado… así que más te vale que no mueras o te juro que jamás te perdonaré-

Nicole sonrió y le lanzó una aguja a Camelia atravesando su hombro derecho, el demonio la miró furiosa al sentir como la sangre corría por su piel. Alice les dirigió una mirada preocupada.

-Les dejamos a ese sujeto a ustedes, sean cuidadosos-

La joven hibrida corrió hacia la entrada seguida de una furiosa Camelia y luego Ismael, los tres se alejaron hasta perderse de la vista de los demás.
Sebastián sonrió materializando una espada en su mano derecha y observando s khael fijamente.

-Cuida de Alice, Gabriel. Yo me encargaré personalmente de este bastardo-
-Claro que no- dijo Joshua acercándose- Yo seré quien lo maté- observó a su progenitor- Te asesinaré del mismo modo que lo hiciste con mi madre-
-Vaya, vaya- comenzó a reírse- No eres nada Joshua, solo eres una patética copia mía, ya no tengo razones para conservarte así que te asesinaré, al igual que a la maldita de tu madre-

Alice observó como los tres demonios intercambiaban miradas sin moverse de su lugar. La batalla estaba a punto de comenzar y se sentía como una idiota por no poder hacer nada para ayudarlos.

Eliot esquivó el ataque del duplicado de sombra y retrocedió unos pasos hasta chocar contra un árbol, su enemigo lo apuntó con uno de sus dedos que se estiró rápidamente dándole solo segundos a Eliot para esquivar el ataque, cayó al suelo e invocó a tres lobos azules, espíritus del aire, para que lo ayudaran. Vio como el duplicado de sombra comenzaba a tomar forma hasta que reconoció la silueta frente a él.

-Iván…-
-No me mates Eliot…- el niño comenzó a llorar- Por favor ayúdame…-

El domador de bestias detuvo el ataque de sus invocaciones y se acercó despacio a ver a su amigo, varios recuerdos invadieron su mente. El duplicado sonrió y estiró su mano derecha para atravesarlo pero una de las invocaciones empujó a Eliot para hacerlo a un lado y fue atravesado por el cuello, la sangre salpicó el rostro de Eliot y escuchó la risa de su enemigo.

-Que patético, una sucia bestia que muestra lealtad por un débil demonio, lo mejor es que mueras, así dejaras de crear problemas-

Jack y Caín se voltearon observando hacia el este cuando escucharon un desgarrador grito que rápidamente reconocieron como de Eliot. Los duplicados intercambiaron miradas y comenzaron a tomar forma. Jack apretó su espada con fuerza al ver a su amada hermana frente a él. Caín distinguió la figura de Yuri y apretó los puños.

-Nuevamente piensas traicionarme, Jack- dijo la mujer de ojos azules- Te amo…- comenzó a llorar- Ven conmigo por favor… No quiero estar sola de nuevo-
-Hermana…-
-Vuelve a mi lado Caín, me prometiste que sin importar lo que ocurriera regresarías a mi lado… yo… nunca he dejado de amarte, Caín…- pronuncio con una suave voz.

Ambos demonios pudieron percibir el aroma dulce que inundó el ambiente y dejaron caer sus armas para abrazar a la hermosa aparición que tenían en frente de ellos y de apoco sumergirse en un profundo sueño.
Khael observó a ambos demonios y chasqueó sus dedos sin dejar de sonreír. Joshua miró a su alrededor asustado, todo se había vuelto negro, distinguió una figura blanca que se acercaba y dejó caer su arma para correr a abrazarla.

-Madre…-
-Mi querido Joshua- dijo la mujer sonriendo mientras acariciaba su cabello- No vuelvas a dejarme, quédate conmigo-
-Sí mamá-
-Ya no tienes que luchar cariño, yo te cuidare ahora, solo debes dormir-

Sebastián se sorprendió al ver que Joshua caía de rodillas sin moverse, su mirada lucia vaga y perdida. Se volteó a Gabriel y vio que estaba en un estado similar mientras Alice intentaba en vano despertarlo. Iba a atacar a khael pero en cuanto lo atravesó con su espada este se desvaneció y todo a su alrededor se tornó negro.

-¿Qué demonios…?-
-Hijo- dijo una voz tras él, Sebastián se volteó sorprendido.
-Madre…- vio que sostenía a un pequeño niño en sus brazos.
-Él será tu hermano menor Sebastián, ¿Quieres cargarlo?-
-Esto no es real… no es real…- intentaba moverse pero su cuerpo no reaccionaba- Esto no… no es… no es… real…-

Su cuerpo comenzó a moverse por sí solo y corrió hacia su madre, se percató que sus manos eran pequeñas, similares a las de un niño. La mujer acaricio su cabeza despacio y se arrodilló sonriendo.

-Él es Ismael, será tu hermanito menor-
-¿Mi hermano?-
-Sí, es muy lindo ¿verdad? ahora tenemos a dos tesoritos en nuestra familia, tú y él-
-Mamá- dijo Sebastián sonriendo- ¿Puedo cargarlo?-
-Claro cariño, sé cuidadoso al tomarlo-

Sebastián tomó al niño entre sus brazos y el bebé tomó su dedo índice para luego mirarlo mientras sonreía.
Alice observó que ambos demonios se encontraban en el suelo en condiciones similares. Khael caminó hacia ella para levantarla por el cuello y lanzarla hacia el lago. La joven de ojos bicolores no podía moverse, el collar de castigo se apretaba contra su cuello e impedía cualquier movimiento. Cerró los ojos despacio cuando sintió una caricia en su mejilla.

-Lacie-
-¿Vas a dejar que acabe así? Todos ellos morirán, Eliot, Jack, Caín, Sebastián, Joshua, Gabriel, Nicole y el hermano de Sebastián, ¿Dejaras que mueran? Ellos no deben morir por nosotras-
-Lacie-
- Sé que esos demonios son importantes para ti por eso, ya es hora de que tengamos una pequeña tregua porque al igual que tú, yo amo a cada uno de esos demonios, dame tu mano, es hora de enseñarle a ese demonio que no solo somos oscuridad-

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