-¡Cómo pude ser tan necio! A mi edad y con toda mi contrastada
experiencia, dejarme caer en semejante añagaza sin siquiera sospecharlo, como
un infante, como un vulgar aprendiz. ¡Ay, si al menos hubiese sido capaz de
detenerme a reflexionar por un instante, entonces tal vez…! Pero no; seamos
prácticos y encaremos la cruel realidad: ya no cabe vuelta atrás, mis queridos
hermanos. Volved presto a vuestros refugios toda vez que la bestia maligna, la
despiadada cazadora, el centinela del mismísimo diablo encarnado en la maldad que dio forma al formidable cepo que hoy me roba bocanadas de vida por
momentos, se aproxima ya para sellar mi fatal destino de una vez por todas.
Id, pues y dejadme morir con honor, sin implorar clemencia, en silencio
y sin una queja, como han de morir los de mi especie, con los ojos bien
abiertos ante las abiertas fauces de la muerte que se acerca.-
(Y pensar que todo
esto me ocurre por culpa de mi irreprimible afición al queso…)
Mickey Mouse y sus pesadillas nocturnas xDDDD
ResponderEliminarMIauuuuuuuuu, prrrrrrr prrrrrrrr prrrrrrr miauuuu
ResponderEliminarmaestro simplemente genial y me dio hambre...
un besote.
Hay que tener cuidado con los lácteos, pueden dar mala digestión.
ResponderEliminarya somos dos! Y en mi isla que todo es queso aquí queso allà, madre mía...Salut!
ResponderEliminarQueso sirva de lección... :D XD!
ResponderEliminarExcelente escrito, la tentación es un enemigo formidable.
ResponderEliminar