Una leve brisa otoñal mueve las cortinas, mustias, aburridas, oscuras elegidas únicamente para evitar que el sol matinal la despierte, su mirada se detiene un segundo en ese movimiento suave y sutil, su mente que hasta entonces divagara entre argumentos legales y frivolidades, deteniéndose mas de alguna vez en esa pregunta que toda mujer se hace alguna vez en su vida, ¿Esos zapatos estarán de oferta?, se sonríe por la irrupción del pensamiento, será déficit atencional? Se concentra en ese movimiento casi hipnótico, se cuestiona pero no mucho, esta aburrida tendida en la cama, mientras se convence que su vida no es tan aburrida como parece, la ve... permanece estática mirando, apreciando, hasta que una vez mas algo llama su atención, en un lento y glamoroso andar, aparece radiante, llena, exuberante, ante ella la luna.
Su corazón se acelera, su sangre burbujea en sus venas, e irremediablemente piensa en él, el dueño de sus lunas, de sus deseos, aquel que respondiera a un llamado ancestral, químico y poderoso.
Siente la transformación venir, su cuerpo arder, su lívido frenética subir.
Sabias que tú y yo miramos la misma luna esta noche, ahora sé porque lo hacen, a pesar de la distancia y aunque nadie pareciera oírles... una lagrima rueda por la mejilla y así sin mas, como la hiciera la primera vez, se pone a aullar.
QUe relato!!! Me encanta la luna y me encanta tu relato :) Recuerdo qeu un par de veces pense eso de los zapatos, es que hay algunas ofertar muy buenas XD, solo queda la pregunta, ¿la lobita a quien espera?... ojala lo encuentre, aunque tengo la leve intuicion de quien puede ser... un lobito ingrato XD besos, que estes bien!!
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