Cambio de roles

No sé cómo empezó ni cuando, para el momento en que me percate de ello ya era demasiado tarde como para detenerlo, ahora es cuando me pregunto, ¿Quién manejaba a quien?

Aquella noche no fue distinta, coloque el volumen suave de la música que me encanta, con una letra inspiradora y quizás un poco retorcida, eso depende de la canción que se reproduzca. Abrí la el notebook y me dispuse a crear una de estás historias, que gracias al estimulo auditivo cambian su trama, ya sea algo realista, suspenso, un poco de terror, la música imponía el género de la trama. Mis dedos saboreaban cada letra que tocaban y la historia que se desarrollaba en mi inquieta mente se pasaba a la pantalla del artefacto en mis piernas. Esa noche quise probar algo de suspenso, así que ajuste la música a mis gustos, algo motivante y fue sencillo. Ajuste mis lentes de lectura, que ya se volvieron una parte importante de este proceso creativo y comencé la historia en donde la había dejado.

“ambos intercambiaron una lúgubre mirada, Joshua lo sabía muy bien, el frio metal al contacto con su piel se lo reafirmaba, solo tenía una solución para acabar con ese fantasma del pasado, saboreo unos instantes lo que vendría, la sangre que caería a sus manos, aguardo que Eliot se acercara lo suficiente y entonces se abalanzo sobre él tirándolo al suelo, llevo el cuchillo al cuello de su adversario”

-¡detente!-

Observe mi alrededor asustado, derramando la taza de té que acomode en la mesita junto al sillón. Cuando confirme que mis sospechas eran infundadas, me volví a sumergir en mi escrito.

“llevo el cuchillo al cuello de su adversario, sintió como el instinto de sangre crecía en su interior y sin pensarlo más dejo que el impulso lo gobernara, movió sutilmente su muñeca derecha y el filo del cuchillo”

-¡he dicho que pares!-

Alce la vista asombrado, confuso, asustado, frente a mi estaba él… frente a mi estaba aquella escena que hace minutos traspase a la hoja de Word. Joshua se acerco hasta quedar frente a mí sosteniendo el cuchillo mientras me miraba muy enojado.

-déjate de esas basuras- pero… tu solo eres un personaje… no eres real- ¿real? Si rebano tu cuello con este cuchillo confirmaras lo real que soy- acerco el cuchillo a mi cuello y lo aparte temblando-¡te creo!- eso está mejor- ¿Qué quieres?- tengo algunas correcciones para ti- ¿Qué…?- mira, la historia no es mala, entiendo mi aversión hacia Eliot, después de todo fue quien asesino a mi esposa pero que lo asesine con un cuchillo, ese sujeto me hizo sufrir, se supone que asesino a mi esposa y antes de hacerlo la torturo, yo debería hacer lo mismo con él- ¿torturarlo?- si, es lo justo- entiendo pero… creo que la historia ya tiene demasiado gore, no quiero agregar más o saturaría el relato- claro que no, si quitas el gore ahora sería un desperdicio, mira, te lo mostrare, tienes dos opciones, gore o algo suave, dime cuál te parece mejor-

Fue hacia Eliot que estaba en el suelo y comenzó enseñándome la primera opción, que correspondía a cómo iba mi relato original, la historia quedaría así:

“movió sutilmente su muñeca derecha y el filo del cuchillo rebano la pálida carne de su odiado sacrificio humano, la sangre se desbordo hasta manchar la perfecta alfombra blanca”

Joshua se levanto y me observo fijamente, esperando a que dijera algo sobre la primera opción, si lo evaluaba bien él tenía toda la razón era algo demasiado suave y burdo, no funcionaria tomando en cuenta las escenas de asesinatos que incluí antes, todo con un gore grotescamente hermoso, esta escena tan suave no encajaría con lo que deseaba crear.

-tienes razón… muéstrame lo que propones- será un placer, mira y anótalo todo- me dispuse a saborear cada letra que escribía mientras observaba la sugerencia de Joshua.

“movió sutilmente su muñeca derecha y el filo del cuchillo dejo una pequeña marca en la pálida piel, entonces dirigió el arma afilada a la muñeca derecha de Eliot y la clavo con fuerza dejándola asegurada en el piso. El menor se retorció en el suelo con un gesto de dolor agonizante, fijo sus ojos en Joshua, con esa chispa de suplica que tanto disfrutaba el chico de ojos azules.

-detente por favor…- ahora vas a pagar- no Joshua- tú la asesinaste, destrozaste su cuerpo y será justamente lo que hare contigo mi querido Eliot-

Los gritos aumentaban a medida que Joshua martillaba esos afilados y largos clavos en sus piernas, cuando atravesó los huesos de la rodilla, el menor se deshizo en gritos desgarrados, pero nadie los escucharía en esa fábrica abandonada. Joshua saboreo la sangre y dispuso unos objetos a su lado, un spray desodorante en seco, una vela con una cajita de fósforos, una sierra de veinte centímetros, un alicate, una bolsa de sal, una botella de alcohol y el infaltable cuchillo. Eliot trago saliva con fuerza, esa noche sería la más larga de su vida y la última”

Observo lo que escribí a continuación y mis ojos se encendieron con una chispa que no indicaba nada bueno, la historia era perfecta, en forma, trama y el sadismo, últimamente la sangre vende mucho.

Desde esa noche me di cuenta que mis personajes podían ayudarme a escribir la historia, cuando me trababa en alguna parte, ellos aparecían y me proponían ideas para continuar. Aun ahora no entiendo cómo empezó pero me fue muy útil para mis libros.

Una noche de invierno llegue a cuestionarme quien era el escritor, yo solo me dedicaba a anotar lo que ellos me enseñaban, no creaba solo observaba… se supone que soy un escritor, algo hice mal en el camino.

Con mis veinticinco años y luego de una visita al médico me entere del problema, sufría de insomnio y por si fuera relevante… tengo esquizofrenia.