Las Aventuras del Rapero Sensiblero 2

« LA HISTORIA DEL CADÁVER MUERTO»


Recristo, menudo cadáver sin vida tengo a mis pies. A este fucker lo cosieron a balazos. El pestazo no es nada del otro mundo, huele como los filetes crudos que tuve siete meses sobre la encimera. ¿Sabrá a filete el hijoputa este? No sé, hostias, no suelo comer gente. Pero bien pensado, ¿por que no? ¿Por qué pollas no comemos carne humana? Está por todas partes, a huevo. Panaderas rollizas con unos muslos que alimentarían a cientos de personas. Canibalismo, ya te digo, lo último en medidas anticrisis. ¿Alguien ha pedido un muslo de franchute? ¿Y que tal unas jugosas lorzas de colombiana? El perineo de un pigmeo, why not?, a cien euros el kilo, cocinado con ajo y perejil usando una receta del puto fumeta de Arguiñano. Sería un mundo interesante donde vivir, indeed. Oh, claro, hay sentimientos de por medio, la familia del sujeto se ofendería a saco y lloraría por los despojos profanados. Es algo completamente comprensible: son unos maricones. Cualquier mamón puede hacerse donante de órganos, ¿por qué no ser donante de pechuga y mejillas? Que envíen mi cadáver muerto a Etiopía, brochetas del Rapero para todo el mundo, que hagan un xilófono con mis costillas y piercings clitorianos con mis metacarpos. Marchando una diadema hecha de mi coxis para el moñas de Elton John. Mi polla disecada para ser estudiada por las futuras generaciones de pichacortas, ¿que no? Bueno, basta de estas filosofadas tan profundas, que me voy a emocionar, hostias. El meollo aquí es que este menda ha salido a pasear por el bosque para enaltecer un poco el espíritu este tan sensible que tengo y me he encontrado con un señor cosido a tiros. Llevará días aquí, descomponiéndose a todo trapo, con bichejos chungos veraneando por sus sobacos y demás. Algo habrá hecho. Bueno, ya sabéis lo que dicen: from lost to the river, anda que no, no estará de más comprobar si esta momia sin embalar lleva algo de guita encima. Así es, queridos y obsesos lectores, la crisis no entiende de talento lírico y rimador. Pero my friends, las cosas no siempre salen como uno espera... ¡Que cabrona puede ser la vida! ¿Pues no han aparecido dos bofias cuando le estaba hurgando los bolsillos al cadáver? Nada mas verme sacan las pipas y empiezan a correr hacia mí como locazas cachondas.

-¡Quieto, policía! -Dice el bofia hembra, tiene un polvazo la puta esta - ¡Aléjese del cadaver!
-¡Aléjese del cadáver! ¿Está sordo? -Dice el otro.
-¡Aléjese del cadáver! ¡Las manos donde pueda verlas! -Dice ella.
-¡No se mueva o disparo, joder! ¡Aléjese del cadáver! ¡Quieto! ¡Las manos arriba!

-¡Me cago en la puta! -Les grito a los esquizoides - ¡Dejad de gritar como posesos, hostia! ¡Me va a dar un derrame con tantas contradicciones!

Levanto las manos y me acerco a ellos, en plan tranqui que te cagas, pero esos basterds siguen más nerviosos que un ciego corriendo los Sanfermines y me ponen las pipas a dos palmos del careto. «¡Tírese al suelo, joder!» Les digo claramente que yo no he matado al subnormal este, pero ni caso. Bien, parece que ya tenemos a los ganadores de la rifa anual de hostias, es hora de proceder al reparto de premios. Mecagüentodo, en estas situaciones me alegra haber estado once años entrenando en el templo Shaolin con el shifu Noho Das, que era algo así como el fumanchú ese de «Kill Bill» pero con más mala uva y más adicto al opio. Al final tuve que darle de piños al hombre porque se estaba poniendo demasiado gallito, pero me enseñó muchas cosas del palo «el Tigre y la Grulla y el Panda Sodomita». Descanse en paz, shifu de los cojones. Tras un flashback muy guapo, revivendo esos años de entrenamiento («Eye of the tiger» de fondo, fuck yeah) y todos esos polvos salvajes con campesinas chinas, paso a la acción. Float like a butterfly, sting like a bee, ¿que no? Suelto un par de crochéts y tres o cuatro patadas giratorias, los bofias gritan como putillas. A la tía, por si acaso, le dejo la cara como un poema de Allen Ginsberg, no sea que me tachen de discriminador machista y facineroso. Ah, viva la egalité. En un plis plas tengo las dos pipas en mi poder y a mis enemigos más magullados que el buga del Farruquito, ¡another one bites the dust! Di que sí, Freddy. Para darle la puntilla al asunto doy un innecesario doble mortal hacia atrás, con algunos tirabuzones y paridas de esas, el público se vuelve loco. Ahora tengo a los dos maderos arrodillados ante mí, yo les apunto con una pipa en cada mano. Ladeadas, ni que decir tiene, gangsta indahouse. El bofia varón se pone a lloriquear.

-¡Por favor, por favor...! -Dice, babeando - ¡No me mates, tengo hijos que me necesitan...! Piedad, por el amor de Dios...
-¡Calla, bujarra! ¡No es tiempo de lloriqueos! ¡Es hora de la poesía, mis suplicantes y babosos amigos! ¡Hagamos un alto en esta sangría tan sangrienta para purificar nuestras almas con unos versos divinos! ¡Oídme ahora y reflexionad sobre vuestra existencia, mariconazos, pues mi rima celestial y metafísica está a tope de sabiduría implícita! Al loro, que se me sale todo el flow:


«Policías, policías,
no hay pelotas
como las mías.

Maderos, maderos,
en el infierno
espero veros.

¡Morid, funcionarios de mierda!»

-¡¡¡Dios mío, no!!!

Y como el puto negrazo de Pulp Fiction, tras soltarles el sermón like a boss, les descuajeringo a balazos en la puta jeta. Ala, pordioseros de uniforme, muertos para siempre. Haber estudiado. La putada es que, aunque siempre disfruto de una buena sesión de retórica y matanzas, los tiracos estos se habrán oído hasta en el sacro cagadero del Vaticano y no es recomendable el quedarme a contemplar mi obra. A correr tocan. Me meto las pipas en los gayumbos y, tras agenciarme las carteras de los bofios, salgo por patas, más rápido y atractivo que el viento. Para cuando se monte el follón un servidor ya estará en su queli mirando reposiciones de «House», ¡la polla! En general este día ha sido mazo provechoso, pero tengo la sensación de que le falta algo... La puntilla, la guinda, el colofón divino. ¿Que será este vacío que siento? ¿Que intenta decirme el universo? Miro al cielo, donde las nubes se arremolinan que da gusto y forman una frase: «Sexo y farlopa» Joder, era evidente. Gracias otra vez, universo, eres el único que entiendes a este ser tan complejo y cojonudo. En la esquina de mi casa veo a un pivón de campeonato, mirando el reloj. Estará esperando a su maromo. Parece una buena chica, respetable y modosita, "Like a virgin", de esas que esconden la carne para que les mires el cerebro. Me hacerco a ella, mirada del tigre al canto. Saltan chispas por todos lados.

-¡Baby, quería decirte tus ojos son como un penalty a favor,  como una Fanta en agosto! -Le digo, cogiéndole la mano, Lord Byron style - ¿Vendes farlopa?
-¡Que galán tan anacrónico y adorable! -Dice ella, con el rubor asomando en su hermosa faz - Claro que vendo coca, pero sólo puedes pagarme con sexo, y tiene que ser ahora mismo, en tu casa.
-Me vale, especie de furcia farlopera. ¡En marcha!


Y una vez más la vida me sonríe, madafakas, pues el Karma te devuelve por duplicado lo que ofreces al universo, ya sea aniquilar la escoria de la tierra o inspirar al mundo con poesía angelical y altruista. Hasta mas ver, mis queridos yonkies literarios, suerte con el mono.