O que no cunda el pánico. Eso me digo a mí mismo cada vez que tienen que vacunarme o hacerme un análisis de sangre: nada Iván, es una maldita aguja, y tú precisamente, que tanto apoyas a la ciencia, deberías saber que es por el propio bien. Pero es que nadamás pensar en que me van a clavar la aguja... y precisamente en esa parte del brazo, que me provoca tanta angustia. ¡Joder, y mira que serán unos segundos! Pero me van a sacar sangre, y tiemblo de terror por ello.
Se trata de una fobia que adquirí ya desde bien pequeño. Qué ladilla, estar preocupado y nervioso porque me van a clavar una aguja. Cuando lo comentaba, la estúpida de turno ya decía: ¡PUES A MI ME SACARON TRES BOTES Y NO SENTÍ NADA! Bueno, también podría sacarte yo tres botes, pero te aseguro que sí sentirías algo. Mira, qué rabia, con la mínima cosa me mareo. Y nada, que yo la última vez fui paseado en silla de ruedas por una diminuta aguja. ¿Cómo es esto?
Ojalá encuentre la manera de hacerla desaparecer. Amar la ciencia y la biología, tener pánico ante las agujas. Viva la ironía.
Que problema esa fobia, no es en mal tono pero algunos se escondian bajo las mesas cuando iban a vacunarnos en la basica. Al menos tu lo afrontas, aceptando el miedo. Y en cuanto a la ciencia... antes tambien confiaba en ella pero ahora hay mucho para dudar, la ciencia genera conocimiento pero que sean reales, veridicos y confiables, eso ya es otra cosa. Me gusto el relato felicidades.
ResponderEliminarPues nada, ya pasó. Ojalá hubieras visto cómo me agarraban cinco enfermeras de brazos y piernas. Qué mareo... qué cosa, argh...
ResponderEliminarA mi no se me ha pasado, no me desmayo pero siempre salgo con paleta del examen de sangre y la ultima vez con globo de guante... no sé que cara podré, cabe destacar que el ultimo examen de sangre fue hace como un mes
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