He derribado vallados y profanado cotos bajo la pisada de mis poderosos cascos.
He sorteado riscos y atravesado valles en tu busca.
Pude haber muerto mil veces tratando de salvar grietas y precipicios sobre insondables abismos.
Al suelo he arrancado terrones y raíces con el ímpetu de mi desbocada carrera sin tregua.
Me estremecí de ansia y gemí de impotencia no viendo llegar el momento de atender tu llamada para fundirme contigo.
Después de recorrer medio mundo me enfrenté, finalmente, a los más poderosos, jugándomelo todo al matar o morir …
y ahora que por fin he llegado... tú no estás.
En el centro de un calvero brama el macho desconsolado. Tras unos instantes de duda, ha alzado la bien armada testuz a la luna y, dedicándole un último lamento, se ha vuelto por donde ha venido, con un trote desolado. Por el camino se va preguntando si no le estará ya empezando a fallar el olfato.
Maestro impresionante, me has dejado sin palabras, al menos no era la única llamando a la luna anoche...
ResponderEliminarMe encanto, un besote,
Excelente relato, tan bien redactado y escrito y la ultima parte en cursiva, me encanto!
ResponderEliminarmuacs!
ResponderEliminarOh capitán, mi capitán...
ResponderEliminarBendita primavera!! ;)
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