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miércoles, 28 de marzo de 2012

Yami no matsuei (8)


Diamante de sangre.

Logró alcanzar al joven hasta un estadio vacio, debía asegurarse que no hubiera nadie en los alrededores para no lastimarlos. El hombre de cabellos dorados se volteó sonriendo mientras dirigía su palma derecha hacia ella.

-Hola princesa, vamos a jugar-

Le lanzó una lluvia de agujas, la joven las esquivó fácilmente y detuvo algunas con su mano para lanzárselas de regreso. El hombre comenzó a reírse y apareció tras la joven de ojos bicolores, acarició su cuello despacio y le hizo un corte en la mejilla derecha para luego lamer la sangre de sus dedos.

-Delicioso-

-Maldito-

-Es mejor que la dejes salir de una buena vez, en tu estado actual no eres rival para mi, princesa-

Le hizo un corte diagonal en la espalda, Alice se impulsó hacia adelante y quedó arrodillada a unos metros. El demonio de ojos ámbar aprovechó el descuido de la joven y materializó una espada plateada en su mano para darle fin a la vida de la mujer. Alice cerró los ojos cuando escuchó un ruido y luego una risa que le era muy familiar.

El demonio de ojos rojos la había protegido deteniendo la espada con sus manos, le dio un giro y la rompió en dos mientras sonreía.

-Que mal y pensar que te costó tanto materializar esa arma, Ismael-

-Y el perro vino a rescatar a su amo-

-¿Qué haces aquí? Pensé que estabas muerto en algún lugar- dijo Sebastián sonriendo.

-Para tu mala suerte, no lo estoy, hermanito- dijo la última palabra con gran odio en su voz- La próxima vez asegúrate de que este muerto-

-Ahora lo hare-

Se miraron fijamente sin el ocultar el odio mutuo que se tenían. Ismael esbozó una sonrisa y juntos sus manos para luego hacerse un corte en la palma y arrojar su sangre a un lado. Hizo aparecer una esfera de diamante en su mano derecha y la deposito sobre su sangre. A los pocos segundos comenzó a tomar forma e imitó la silueta de Ismael manteniendo su color cristalino.

-Así que ya puedes controlar el diamante a tu antojo- dijo Sebastián sonriendo.

-Correcto, esta vez no me derrotaras y mientras mi duplicado te asesina yo acabaré con tu preciada princesa-

Sebastián intentaba esquivar los ataques del duplicado de diamante mientras observaba como su hermano menor se acercaba a Alice con un látigo plateado. Se sorprendió al ver que el duplicado se movía por sí mismo, como si tuviera consciencia propia.

Ismael se acercó para acabar de una vez por todas con la temida princesa oscura, la golpeó en el brazo derecho con fuerza.

-Vamos princesita, ¿esto es todo lo que tienes? Déjala que salga de una vez, quiero ver a Lacie-

-Bastardo-

-Que lindos ojos tienes, me aseguraré de quitártelos y llevármelos como trofeo-

Le dio otro latigazo en la mejilla derecha dejándola en el suelo. La joven se levantó para huir pero un dolor punzante atravesó su pierna derecha, se volteó observando que una filosa aguja de diamante lo atravesaba.

Ismael sonrió satisfecho al ver toda la sangre en el suelo, al igual que su hermano mayor tenía una preferencia poco sana por la sangre. Se arrodilló frente a la joven y le quitó el cascabel que llevaba en el cuello.

-¿Por qué usas esto? Te verías mejor sin él-

-Devuélvemelo- dijo enojada.

-Oblígame, princesita, parece que tengo algo valioso para ti-

Alice se quitó la aguja de la pierna derecha y se levanto enojada, aquel cascabel era el único recuerdo que le quedaba de Gabriel, era lo único por lo que aun guardaba algo de aprecio. Se quedo quieta unos segundos.

“-Déjame salir de una vez, tienes que recuperar ese cascabel, yo puedo hacerlo-

-No… volverás a matar…-

-¿Entonces no te importa perderlo? Gabriel estaría muy decepcionado, déjame hacerlo, me encargare de destrozarlo lentamente-“

La joven alzó la vista sonriendo mientras caminaba hacia Ismael, este retrocedió unos pasos guardando su distancia, por la expresión de su cara debía ser Lacie, khael le había advertido que tuviera cuidado con ella o acabaría muerto, más aun cuando Lacie dominaba a la perfección el sonido. Observó como la joven comenzaba a cantar al mismo tiempo que se acercaba, el demonio se mantuvo en su lugar sorprendido.

-Mierda… se supone que tú...- dijo sin moverse. La joven llegó a su lugar y le quitó el cascabel guardándolo entre sus ropas, le dirigió una mirada a Ismael sonriendo.

-Eres un iluso-

-¿Qué…? Alice…-

-Supongo que muchos se intimidan con solo verme no pensé que la reputación de Lacie me fuera útil-

-Así que me engañaste ¿Y esa canción?-

-Es algo que aprendí de Lacie-

-Has quedado indefensa ante mí, princesa-

Le enseño su palma para lanzarle más agujas de diamantes, Alice saltó hacia atrás para repeler el ataque, cuando las agujas estaban por alcanzarla una sombra negra la cubrió y la apartó hacia un lado, Alice observó como una sombra los cubría a ambos.

-¿Estás bien?- preguntó Joshua.

-Eres un domador de sombras…-

-No es la respuesta que esperaba oír- sonrió- Lo siento pero no podía quedarme tranquilo hasta saber que estuvieras bien-

-Joshua-

-Yo me encargaré de él-

Joshua se levantó para mirar a su enemigo, tenia suerte de que pocas personas supieran que era hijo de khael. No tenia duda en que su padre había enviado a ese hombre, se arrodilló en el suelo y colocó su palma sobre su sombra. Dos tigres negros aparecieron para atacar a Ismael, este los esquivo sonriendo pero una mano negra inmovilizó su tobillo derecho al suelo, el demonio bajo la vista para intentar liberarse pero uno de los tigres negros mordió su brazo derecho con fuerza.

Sebastián sonrió al ver la escena y acabó con el duplicado destrozándolo de un certero golpe, Joshua se acercó con una espada negra para acabar con Ismael pero varias flechas celestes se lo impidieron, las esquivó rápidamente observando cómo Sebastián acababa con sus invocaciones con solo chasquear sus dedos, intercambio miradas con Ismael y este desapareció del lugar.

-¡¿Por qué demonios lo dejaste ir?! Intento matar a Alice-

-No dejare que lo toques, ¿Por qué iba a permitir que mataras a mi hermano?-

-¿Hermano?-

-Sí alguien debe matarlo soy yo, no tú- se acercó a Alice ayudándole a levantarse- ¿Estás bien, princesa?-

-Sí…-

-Es mejor que regresemos, los demás nos deben estar esperando y Caín se volverá loco si no te ve-

-Sebastián- la joven se acercó a Joshua- Eres bastante fuerte, pudiste acabarlo fácilmente-

-Debemos regresar, lo siento mucho Alice, no pensé que ocurriría esto… solo quería que tuviéramos un día divertido-

-No estuvo mal- dijo con una pequeña sonrisa, Sebastián asintió.

-Creo que si conseguiste tu objetivo Joshua, lo que debe preocuparte ahora es inventar una excusa para la ropa rota de Alice, puedo curar sus heridas pero no lo demás, Caín armara un gran escándalo cuando la vea así-

-Entonces es mejor que no sepa nada-

Sebastián curó las heridas de su princesa gracias a sus poderes sobre el agua y se encaminaron de regresó al parque de diversiones. La última vez que vio a su hermano fue hace tres décadas, casi por el mismo tiempo cuando conoció a Alice y él mismo día cuando acabo con la vida de su madre, descubriendo su insana atracción hacia la sangre.

3 comentarios:

  1. Hey no me gustan las casualidades hay mucho mas ahi en ese parrafo, me obligas a releer malvada jajajaj
    Un besote. Me encanto.

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  2. Parece que la atracción por la sangre viene de familia XD. Buen capítulo y mejor combate. Me encanta el poder de Joshua.

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  3. No te preocupes, no hay nada más oculto para qeu se tenga que releer, hay una cosita pero esa se vera más adelante para entenderla. Gracias por leer a ambos! besos.

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