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lunes, 26 de marzo de 2012

Triple Bogey



(...) Oigo ese molesto zumbido, y entro en la casa. Un hombre sólo abre su casa sin preguntar cuando está deseando que le interrumpan. Los actos de papá siempre tienen ese aire tan sincero y entrañable, como cuando mirábamos la televisión y se ponía a toser hasta que me acurrucaba a su lado. Sólo deseo que se encuentre bien. Desde que mi hermano voló del nido papá no parece el mismo. Más histriónico, más huraño, más aislado de todos. Sus rarezas se han acentuado, como si quisiera demostrar al mundo que pese a los años sigue siendo el mismo de siempre. Sólo deseo que se encuentre bien. Arrastro mi maleta por el pasillo, amén de otras cosas menos tangibles. Al menos la casa parece limpia.

-¡¿Quien va?! -Grita una voz, furiosa, desde el salón.
-Testigos de Jehová -Le digo, entrando en el salón -Pero... ¡¿que ha pasado aquí?!

Le veo, derrumbado sobre el sofá, con la respiración agitada, el pelo alborotado y la cara enrojecida. Me mira, boquiabierto, dudando si sentirse sorprendido o confuso. A su alrededor, el salón es un monumento al caos. Hay un palo de golf clavado en el respaldo del sofá, cuyos cojines parecen haberse derramado por el suelo. El resto de muebles están o bien tumbados o apartados en un rincón, aparentemente para dejar sitio para el conocido agujero de minigolf portátil, con su pertinente banderita, colgando flácidamente del mástil. Voy a matar a mi hermano, menudo regalito de Navidad para un hombre que no puede jugar ni al parchís sin perder los nervios. No mucho tiempo atrás me habría reído ante semejante escena. El bueno de papá, con sus típicas locuras. Pero hoy no me apetece reírme, hay algo distinto en esta situación en particular, algo que no acabo de discernir. Algo más triste, menos entrañable. Sólo sé que me parte el alma. Mis propias circunstancias tampoco es que estimulen mi sentido del humor. Después de todo, esta no es una visita de cortesía.

-Laura... -Dice, levantándose tan rápido que estoy casi segura de que se ha mareado - ¡Que gloriosa sorpresa! ¿Esto, dices? Bueno, creo... digamos que me he peleado con unas ardillas o algo.
-Ven aquí anda...

Nos abrazamos con fuerza. Él me besa en la sien, y siento su gratitud. Su cuerpo tiembla levemente, no se si por los nervios o por otras cosas en las que no quiero pensar. Siento un escalofrío de pena eterna por la suerte del hombre que me lo dio todo. Su tiempo y su cariño. Contemplé impotente como su relación con mamá se desmoronaba lentamente, sin una razón aparente. «Amo a tu padre con toda mi alma, cariño, pero no puedo estar con alguien que se odia a sí mismo... es un insulto a ese amor», eso me dijo, no hace mucho. Fue demasiado injusto y brutal para todos los implicados. Mamá y yo nos marchamos, mi hermano quiso quedarse con él, para suavizar el golpe. La verdad es que eso le ayudó mucho, pero hace dos años Ángel terminó la universidad y emprendió su propio camino. Y papá renegó de la creación. Le aprieto con fuerza, disculpándome de parte del universo y, por qué negarlo, arañando un poco de consuelo para mí misma. Siento como sonríe. Me relajo, dejando que su olor me transporte a una partida de ajedrez, a un desayuno, a un palacio de sábanas construido justo donde nos encontramos en este momento. A pesar de la fría crueldad del tiempo, del indiferente y autrodestructivo universo que habitamos... la esencia de la vida prevalece, inimitable, inalterable. Nada de lo que suceda en el infinito que vendrá podrá borrar lo que hemos sido cuando nos ha tocado vivir, y un corazón turbio siempre hallará consuelo si sabe donde buscarlo. En brazos de mi padre, siento mi pasado como una extensión de mí misma, y de él, y no consigo encontrar nada que contradiga ese sentimiento. Todo irá bien, pase lo que pase. Nos separamos, y él me mira con orgullo, casi con fascinación.

-Estás preciosa -Me dice, y parece más entero que nunca.
-¿Cuánto hace que no te cortas el pelo? -Le digo, levantando un mechón de su grisácea cabellera -Pareces un científico chiflado. Esta noche te lo arreglaré.
-Como quieras -Dice, y entonces mira de reojo mi gran maleta -¿Que haces aquí, Laura? Nunca vienes sin avisar.
-Bueno -Se me hace un nudo en la garganta, y para disimular empiezo a caminar por el salón, arreglando el desorden -Estoy preocupada por tí, ya lo sabes. Viviendo solo, con tu historial... Pensé que te iría bien tener a tu hija en casa unos días.
Pese a todos mis esfuerzos, finalmente se manifiesta ese llanto tan postergado. No puedo derrumbarme, ahora no. Cojo el palo de golf, y de un violento tirón lo saco del sofá, sólo para volver a clavarlo salvajemente, gritando de puro hastío.
-Laura, tranquilízate...-Dice papá, acercándose. Nos miramos, y parece comprenderlo -¿Ha pasado algo con David?

Y ahí está, ese dichoso nombre. Pongo derecha una mesita de café que estaba tirada en un rincón, cabeza abajo, y en ella me siento. Los recuerdos son tan recientes y punzantes que es como si aún estuviera sucediendo, como si aún le estuviera sujetando la mano mientras con la otra le arrancaba el corazón. Miro a papá, y con un gesto le doy a entender que ha dado en el clavo. Su expresión se torna triste, pero no sorprendida, incluso atisbo un «Ya te lo dije.» en sus cejas. Se sienta a mi lado, rodeándome con el brazo. Me besa en la cabeza.

-Puedes instalarte en tu habitación -Dice, susurrando - La he realquilado a unas prostitutas japonesas, pero supongo que lo comprenderán...
(...)

13 comentarios:

  1. Sabes tocar en el lugar exacto Glass.
    (Insertar reverencia aquí)

    Pd.: Como sigas por este camino yo cuelgo la pluma. Qué maestría, de verdad...

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    1. Espero que la posdata forme parte de vuesa hiperbólica alabanza, pues sería una pérdida irreparable. A sus pies, señora xD

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    2. Jajajajaja es que me encanta!! Y si hay algo que me guste más es Luffy imitándole. =D

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  2. Estupendo relato, el mal genio es algo que se hereda o imita y tambien la poca capicidad para superar la adversidad. Excelentemente escrito y plasmado, felicidades!

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  3. "un corazón turbio siempre hallará consuelo si sabe donde buscarlo" nif nif nif...
    Señor Glass me ha tocado. Un besote.

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  4. Sin palabras, que buen relato, que profundo. Tengo mucho que aprender. Eso es lo que me confirmo a mí mismo cada vez que te leo. Creo que aún puedo mejorar mucho (y más me vale si espero llegar a media altura de muchos de los maestros que aquí escriben)

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    1. Cuidado, que me lo voy a creer y no habra quien me aguante xD

      Trabajando en base a esa humildad llegarás a donde quieras, talento e imaginacion no te faltan. Un abrazo Black.

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  5. Arrastro mi maleta por el pasillo, amén de otras cosas menos tangibles...
    estas son ya micro composiciones que hablan del talento que tu pluma atesora, hermano. sigue por aquesta senda sin permitir jamás que la soberbia se te suba a la chepa y serás feliz escribiendo. Bravo!

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