La triste melodía del corazón.
La joven descendió por las escaleras descalza, Caín corrió al verla y le ayudó a descender con sumo cuidado. Su princesa era lo más preciado que tenía, hace mucho tiempo se había dado cuenta, hace mucho tiempo que sabía la verdad. Sin Alice no era nada, sin ese demonio que todo odiaban, él no podría vivir.
Sebastián esbozó una pequeña sonrisa y acaricio el vientre de Alice.
-Te queda muy bien ese color, princesa- terminó diciendo con una sonrisa de satisfacción. Caín apartó su mano enojado.
-No la toques- tomó las manos de su objeto de adoración- ¿Estás bien Alice? ¿Te hizo algo esa mujer?-
-No es mujer, es hombre y se llama Joshua- se liberó del agarre de Caín y fue a la puerta- saldré a dar una vuelta, no quiero que toquen a nuestro invitado, si llegó a ver un rasguño en su cuerpo los hare responsables-
Se marchó fuera de la mansión perdiéndose entre la lluvia y los arboles que rodeaban el lugar. Caín apretó los puños muy enojado, ese chico había intentado matar a Alice y aun así ella lo protegía. Eliot lo abrazó sonriendo mientras sostenía una pastilla.
-Los celos son algo muy feo, Caín-
-Tú no sabes nada-
-Claro que sí porque todos los que estamos aquí sentimos lo mismo que tú, ¿verdad Sebastián?-
-Así es, aunque si lo piensan bien es bastante extraño, los cuatro llegamos a este lugar para matarla pero ahora somos sus obedientes perros, que ironía ¿verdad?-
-Ese sujeto es un extraño, no lo aceptaré- dijo muy enojado Caín, Eliot sonrió dándole una pastilla.
-Es mejor que lo dejes o Alice se enfadara contigo-
Caín se marchó muy enojado a una de las habitaciones del lado este. Comenzó a romper todas las figuras de porcelana, luego golpeo los cristales dejándose varios cortes en las manos. Cayó de rodillas pegándole a la pared con fuerza hasta que se cansó.
-No lo dejaré… ese extraño no se quedara con mi Alice, ¿Por qué demonios tuvo que aceptar la sangre de ese maldito? No es justo… eres muy cruel Alice-
Saltó por la ventana perdiéndose en el bosque. Caín conocía mejor que nadie a la joven de cabellos negros y ojos bicolores, estaba más que claro que la amaba, la idolatraba y la adoraba a un nivel extremo, siempre le estaba ofreciendo su sangre pero Alice se negaba a hacerlo.
Divisó a su objetivo junto al lago y se abalanzó sobre ella dejándola en el suelo.
-Caín-
-No te comprendo, he estado a tu lado durante un siglo, he protegido y velado por tus intereses… y ahora llega ese extraño y tan fácilmente lo vuelves una parte de ti-
-No me acosté con él-
-¡Y qué mierda me importa!... la sangre de ese sujeto está en ti… debí matarte, debí matarte cuando tuve mi oportunidad-
-Puedes hacerlo Caín… si tanto me odias mátame y ya, eres un maestro del aire y él más poderoso en tu clan… puedes matarme-
-Idiota…. Si pudiera asesinarte lo hubiera hecho hace mucho tiempo…-
-¿Por qué permaneces a mi lado?... si es doloroso para ti solo debes irte-
-No te dejare sola-
-¿Por qué?-
-Eres una idiota, descúbrelo por ti misma-
Se perdió entre los arboles muy enojado, amaba a ese demonio, la amaba hasta el punto en que podría asesinar y destrozar a todo aquel que se interpusiera en su camino. Juntó sus manos con fuerza y lanzó varias ondas hacia el bosque, destrozando arboles y toda forma de vida que se encontrara en ese lugar. Comenzó a reírse descontroladamente hasta que las lágrimas brotaron por sus mejillas.
-No es justo Alice… no es justo que me cambies por ese desconocido, no después de todo lo que he hecho para que estemos juntos-
Sebastián permanecía afirmado en el umbral de la puerta frente a la entrada principal. Eliot comía un chocolate sentado en el segundo escalón. Le dirigió una mirada al demonio de ojos ámbar para volver a sonreír.
-Parece que Caín está muy enojado-
-Es mejor que lo dejemos solo, ya se le enfriará la cabeza, está es otra muestra del poder de nuestra princesa, estamos condenados a la oscuridad-
-No es cierto, para mi Alice brilla mucho-
-Te equivocas Eliot, déjame citar una frase que me gusta: “Que ironía que para ustedes, el común de los mortales, la luz sea aquello brillante y resplandeciente que reside sobre sus cabezas pero para seres como nosotros es aquella intangible y negra oscuridad que reside en lo más profundo del abismo. Cuando vives tanto tiempo en el abismo, la luz más brillante que encontraras es el resplandor negro de sus abismales profundidades”-
-¿Y qué significa eso?-
-Aplica en nuestro caso porque estamos en la oscuridad, Alice es nuestra luz pero ella se encuentra en el abismo igual que nosotros, así que nuestra luz es solo una ilusión-
-No entiendo- dijo Eliot saboreando un chocolate.
-Pronto lo entenderás pequeño, al final, todos estamos en la misma situación, todos somos hijos de la oscuridad-
-Eres tan complicado Sebastián, ¿quieres que juguemos para hacer tiempo?-
-Claro, vamos, el videojuego está mi habitación-
-Conseguí un juego de peleas muy bueno, voy a patearte el trasero de nuevo-
-Ya veremos y el que pierda se vestirá de sirvienta y hará la once-
-Trato hecho- dijo Eliot con una gran sonrisa.
Por la tarde la joven regresó a la casa empapada por la lluvia, se quedó en el umbral de la puerta al ver que Eliot preparaba la once con un vestido de sirvienta. Sebastián se estaba riendo mientras lo molestaba y lo avergonzaba. Dirigió su mirada hacia la joven.
-Hola princesa, ¿estás mejor?-
-Sí… ¿Qué haces con ese vestido, Eliot?-
-Ni me preguntes- respondió el joven sonrojándose- Te serviré la once, siéntate-
-Eliot perdió nuestra apuesta- dijo Sebastián riéndose- ¿y Jack?-
-No lo sé, “Maid”- Eliot se volteo avergonzado- ve a abrir la puerta-
-Como ordenes, ama- respondió con sarcasmo y le sacó la lengua antes de ir a cumplir la orden.
Alice tomó del café que sostenía Sebastián, este esbozó una sonrisa mientras jugaba con uno de sus cuchillos en su mano libre. Eliot entró corriendo mientras sonreía y traía a alguien por el brazo.
-Mira Alice, Jack trajo a una linda jovencita-
A su lado había una mujer de unos veinte años, cabello castaño claro y largo, ojos oscuros y piel pálida, con un lunar bajó su labio inferior. Alice se levantó rodeándola varias veces.
-Me trajiste un humano-
-Técnicamente es un hibrido- dijo Jack sonriente, sabía muy bien que la única persona que Alice amó fue un hibrido, ya que no podía matarla, la haría sufrir.
-De verdad eres muy bonita- dijo Alice sonriendo, lo que provocó la molestia de Jack- ¿por qué aceptaste venir?- la joven no respondió, Jack la miró.
-La encontré sola en la ciudad, así que le propuse venir conmigo, dijo que no le importaba que le ocurriera, así que puedes matarla si no te gusta-
-No hare eso, ¿Cuál es tu nombre?-
-Nicole…-
-Desde hoy serás mi compañera, como puedes ver soy la única mujer en esta casa y me aburro mucho entre tantos hombres, ten claro que eres libre de irte cuando lo desees, solo procura avisarme antes-
Nicole la miro un poco extrañada, había oído rumores sobre la mansión que se ocultaba en el bosque, donde habitaba la princesa oscura y sus perros pero la joven frente a ella no tenía nada de terrorífico ni malvado.
-Me llamo Alice, no tienes que ser formal conmigo-
-Sí…-
Caín entró observando la escena, no solo debía preocuparse de Joshua, ahora esa mujer junto a su objeto de adoración era un potencial enemigo, sabía muy bien que cuando alguien fijaba su mirada en los orbes bicolores de Alice no tenía manera posible de huir. No es que usara algún poder mental, aquellos ojos tenían algo que los hacía irresistibles. Sin importar la manera, se encargaría que nadie le quitara a su princesa, ni mucho menos una patética hibrida ni un desconocido que intentó matarla.
-¿No piensas saludar, Caín?- dijo Alice con voz neutra.
-Nunca te cansaras de humillarme… eres tan cruel-
-Es decisión tuya Caín, nadie en esta casa tiene la obligación de quedarse… pueden irse cuando lo deseen-
Alice se dio la media vuelta y se marchó hacia su habitación. Nunca forzaba a nadie a quedarse, no se sentía con el derecho de hacerlo, solo causaba dolor a todos a su alrededor, se culpaba por la muerte de su amado y de su sanguinario pasado. Entró a una de las habitaciones al subir la escalera y se dejó caer de rodillas frente al gran espejo.
-No… no quiero…no quiero…- cerró los ojos con fuerza y los volvió a abrir mientras sonreía y acariciaba la mejilla de su reflejo- Ya es tarde Alice, es hora de que yo me divierta-
Ahora Alice tiene dos personalidades? Esto mejora, esto mejora.
ResponderEliminarMe encanta sobretodo el carácter de Eliot y Sebastián, el loco de los cuchillos y el de los dulces (¿Por que los que más me gustan siempre son los mas raros?)
Holaaa que impresionante historia, a mi me gusto cain... pero lo que me impresiono en realidad y me hizo sentido fue el resplandor negro... de las avismales profundidades, cuanta verdad.
ResponderEliminarMis felicitaciones como siempre. Y Black nada de que te anden gustando que despues me los hace gay y me traumo.
Un besote.
Bueno, viendo las "tendencias de vestimenta" de Eliot no me extrañaría XDXD
EliminarYa se, ya se k era solo una apuesta... o no...XD
Nif nif nif... asi me traume la otra vez... :-( con lo que me gustaba ese chico... que estaba enamorado de ese otro chico, aunque alice dijo que era chica... no me lo creí, nif nif nif
EliminarGracias a los dos por leer, y Eliot no sera ni es ni a sido raro, lo unico sorprendente de él es que con todo el azucar que come no tenga diabetes XD
ResponderEliminarEn esta historia no habran traumas, asi qeu todo ok, hay sorpresas pero no de ese tipo :)