La leyenda de la desaparición de Walloc (parte1)
El reino de Uribandi ha estado siempre habitado por la más extensa variedad de seres y rezas que uno pueda imaginar. Desgraciadamente, muchas, como los ancianos y poderosos dragones, han sido ya arrastradas a la extinción debido, en muchos casos, a la desmedida codicia de los hombres. Mas aún hay unas pocas, como los candentes piróntropos, que todavía viven en harmonía con los humanos e incluso las especies civilizadas se relacionan y comercian con ellos para poder
convivir.
Pero no todas las razas son civilizadas, y mucho menos pacíficas, y las más antiguas y aterradoras criaturas que han poblado éstas arcanas tierras son, sin lugar a dudas, los elementales.
No son inteligentes, ni siquiera se puede considerar que sean seres vivos pues nadie ha podido jamás comunicarse o relacionarse con uno y nunca se les ha visto comer.
Un elemental, también llamado espectro, nace allí donde haya sido descargada o concentrada una gran cantidad de magia de un mismo elemento. No duermen, no hablan, no piensan, simplemente existen. Oh, y destruyen, claro. Carecen de un cuerpo o una forma definida, aunque se vuelven mayores y más sólidos al absorber más magia de aquél elemento que los creó, el cual forma su estructura (por lo
que los hay de diversos tipos según el elemento). Son estúpidos, no comprenden el peligro que suponen, solo se acercan aquello que está vivo porqué sienten su energía, pero ni ellos mismos entienden por qué lo hacen, normalmente no serian una gran amenaza, de no ser por el pequeño detalle de que transmiten su elemento a todo aquello que tocan. Así que si en alguna llanura te encuentras con un cuerpo carbonizado, una estatua insólita, o un charco que forma una silueta humana, no lo
dudes ni un instante, hay espectros cerca. ¡Corre!
El pueblo de Walloc se edificó junto al campo dónde antaño se libró la famosa batalla de las cenizas, en la que los demonios hakkards demostraron sus terribles poderes al arrasar en tres horas a toda una tropa se soldados reales con sus llamas en su guerra por hacerse con el reino (Reino al que, por cierto, sometieron y que aún ahora siguen gobernando con puño se hierro). En ésa batalla se liberaron cantidades ingentes de magia del fuego, la cual quedó dispersa, latente durante un tiempo, esperando a que llegase algún ser vivo para “jugar”. Hasta que llegó un grupo de refugiados que huían de Windaloth, la capital que ya había sido tomada por los hakkard. Los refugiados decidieron asentarse en la llanura, pues no muy lejos se encontraba el bosque Tokoto, que les proporcionaría madera. Por fin los elementales tenían algo a lo que acercarse, algo a lo que tocar, sin saber nunca, que su toque los podía matar a todos.
Ésta es su historia, la historia de Walloc, el pueblo que se construyó, y acto seguido se perdió en las llamas en tan sólo un mes. ¿Quieres escucharla?
El reino de Uribandi ha estado siempre habitado por la más extensa variedad de seres y rezas que uno pueda imaginar. Desgraciadamente, muchas, como los ancianos y poderosos dragones, han sido ya arrastradas a la extinción debido, en muchos casos, a la desmedida codicia de los hombres. Mas aún hay unas pocas, como los candentes piróntropos, que todavía viven en harmonía con los humanos e incluso las especies civilizadas se relacionan y comercian con ellos para poder
convivir.
Pero no todas las razas son civilizadas, y mucho menos pacíficas, y las más antiguas y aterradoras criaturas que han poblado éstas arcanas tierras son, sin lugar a dudas, los elementales.
No son inteligentes, ni siquiera se puede considerar que sean seres vivos pues nadie ha podido jamás comunicarse o relacionarse con uno y nunca se les ha visto comer.
Un elemental, también llamado espectro, nace allí donde haya sido descargada o concentrada una gran cantidad de magia de un mismo elemento. No duermen, no hablan, no piensan, simplemente existen. Oh, y destruyen, claro. Carecen de un cuerpo o una forma definida, aunque se vuelven mayores y más sólidos al absorber más magia de aquél elemento que los creó, el cual forma su estructura (por lo
que los hay de diversos tipos según el elemento). Son estúpidos, no comprenden el peligro que suponen, solo se acercan aquello que está vivo porqué sienten su energía, pero ni ellos mismos entienden por qué lo hacen, normalmente no serian una gran amenaza, de no ser por el pequeño detalle de que transmiten su elemento a todo aquello que tocan. Así que si en alguna llanura te encuentras con un cuerpo carbonizado, una estatua insólita, o un charco que forma una silueta humana, no lo
dudes ni un instante, hay espectros cerca. ¡Corre!
El pueblo de Walloc se edificó junto al campo dónde antaño se libró la famosa batalla de las cenizas, en la que los demonios hakkards demostraron sus terribles poderes al arrasar en tres horas a toda una tropa se soldados reales con sus llamas en su guerra por hacerse con el reino (Reino al que, por cierto, sometieron y que aún ahora siguen gobernando con puño se hierro). En ésa batalla se liberaron cantidades ingentes de magia del fuego, la cual quedó dispersa, latente durante un tiempo, esperando a que llegase algún ser vivo para “jugar”. Hasta que llegó un grupo de refugiados que huían de Windaloth, la capital que ya había sido tomada por los hakkard. Los refugiados decidieron asentarse en la llanura, pues no muy lejos se encontraba el bosque Tokoto, que les proporcionaría madera. Por fin los elementales tenían algo a lo que acercarse, algo a lo que tocar, sin saber nunca, que su toque los podía matar a todos.
Ésta es su historia, la historia de Walloc, el pueblo que se construyó, y acto seguido se perdió en las llamas en tan sólo un mes. ¿Quieres escucharla?
Mis felicitaciones, me encanta la forma en que redactas, espero que nunca pierdas eso, y claro que escucharla.
ResponderEliminarUn besote.
Ya iré mandando las otras dos. No se si lo recordaréis pero esto ya es antiguo de topfanfics. Creo que voy a dedicarme a re-subir los que tenía allí y se perdieron.
ResponderEliminarRecuerdo esta historia de topfanfics, aun sigo esperando qeu el final sea diferente XD quizas la republicacion tenga una pequeña variacion... Me gusto mucho, igual que antes!
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