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martes, 13 de marzo de 2012

La gota que no colmo el vaso pero acabo en mi boca



Bueno voy a aportar otro grano de arena a este relato que va formando una montaña cada vez más grande .
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Espera un poco más mi hermosa amada, cuando la lluvia roja caiga y sea el último de los vampiros con vida tú regresaras a mí y está vez te quedaras conmigo.
Finalmente él tenía razón.
“No se necesitan armas para matar a alguien”

Mis ojos yacen cerrados, no sé cuánto tiempo he permanecido en este callejón, mi piel está débil, el mero tacto del asfalto viejo lacera mi piel causándome dolor. Tras unos segundos reúno algo de fuerza y abro mis cansados párpados, y allí está él, apoyado en la pared opuesta mirándome con esos ojos azules que esconden una fuerza espectral, una sonrisa se dibuja en su rostro al ver cómo me levanto.

-          Parece que se digna a despertar después de todo- suelta Joshua mientras relame sus labios rojos de mi sangre- por un momento pensé que tendría que llevarte a cuestas hasta algún local vacío para que pasaras el día.
-          ¿Cuanto queda para el amanecer?
-          Tranquilo, un par de horas por lo menos. Pareces algo pálido, ¿ qué estás enfermo?- me soltó irónicamente mientras me señalaba con desgana-.
Al oír ese comentario me miro las manos, han perdido toda la vida robada que tenían, el color rojizo que anteriormente decoraba mis brazos, ahora deja paso a una transparencia mortecina, dejando entrever los vasos que hasta hace poco llevaban la sangre de mi amada y mi hermano. El desgraciado me ha chupado hasta la última gota.
-          Tranquilo, que tengo una medicina que te curará- tras decir estas simples palabras tira de la cuerda que sostiene en su mano izquierda, que hasta entonces no había visto. Al estirar se oyen pasos lentos y torpes de un cuerpo que sale de la oscuridad de un pequeño callejón más pequeño adyacente al que estamos- espero que te guste- tras esto soltó la cuerda que sostenía en su mano.
Mis ojos se iluminaron al ver ese cuerpo que aunque sucio,( probablemente del forcejeo para atarlo), se mostraba su cuerpo musculado y atlético que ya había visto pocas horas antes y que era mi presa, y encima servida en bandeja de plata. Hablando de plata…
-          ¿dónde está mi daga?
-          La tengo yo- mientras afilaba la suya con esta-.
-          ¡Dámela!
-          No –dice entre risas-.
-          ¡Hemos hecho un trato!
-          El trato no incluye la daga- tras decir esto se la guarda- además, con ella mataste a mi hermana, me pertenece.
Me encontraba demasiado débil para discutir, me giro hasta mi “ medicina”, penetro con mis colmillos su cuello terso y llena del sudor frío del miedo, absorbo sorbo a sorbo cada gota de su sangre, noto como a cada sorbo su sangre va regando este río seco que son mis venas, el éxtasi me envuelve, sé que no podré rellenar este baso con su sangre, pues ahora el vaso está vacío, pero lo estará poco tiempo, la sangre correrá por estas calles hasta que la última gota colme la sed de que vuelvas a mi lado, otra vez y para siempre.
-          Tenemos que irnos, el Sol no se detendrá por nosotros.
-          Ya lo sé pajarito, además necesitaremos descansar, que las próximas noches tendremos que preparar algo que se me ha ocurrido.
-          ¿De qué se trata?
-          Paciencia, solo tengo que decirte, que para poder matar a  todos los vampiros tenemos que atraerlos hasta esta ciudad. ¿Y qué atrae más a los vampiros, y sobre todo a mi padre?
-          La sangre – dice Joshua mientras se relame los colmillos.
-          Exacto, sangre, sangre que va a pintar cada calle de esta ciudad, este coto de caza privado mío va ha ser exprimido hasta su último aliento, se va a derramar en más sangre en esta ciudad que en todas las guerras que han asolado la Tierra.
-          Suena bien – suelta Joshua tras desaparecer por la puerta trasera de un turbulento bar abandonado.
-          Sabrá mejor, te lo aseguro – susurro mientras mi mente ata los últimos cabos que confeccionarán esa cena en la que beberé de mi copa y brindaré por tu regreso- ten paciencia, pronto estaremos juntos querida.



El relato es algo flojo, pero el objetivo era poner a huevo al siguiente valiente para que describa la gran escena que se acontecerá a continuación. Suerte y que la sed de sangre no cese.

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