Hace dos noches, el maestro encofrador decidió salir de juerga a la ciudad. Tras varias horas de desenfrenada orgía en la que hubo violencia, alcohol y sexo, acabó dejándose la cabeza sobre la barra de un bar, el corazón en el alfeizar de una ventana de una lujosa mansión, las manos, atadas con esposas a los barrotes de una comisaría, los pies desangrándose sobre una pista de baile y los cojones en la taza del váter de una sórdida casa de lenocinio.
Una vez de vuelta en su mísero cuchitril, no le quedaba nada con lo que poder ir al día siguiente a recoger los trozos para ensamblarlos de nuevo.
No se si reírme de esto (porque una sonrisa me sacó leerlo) o darle las condolencias al pobre maestro. Muy bueno!
ResponderEliminarcosas del alcohol...ya se sabe. Gracias
EliminarHe's falling to pieces XDDDD (A mí me hace gracia...)
ResponderEliminarPd.: me recuerda a uno que se echó a dormir por trozos hace un tiempo...
XD creo que era el mismo!!! jeje; es que a algunos, el trabajo los deja hechos polvo (como a mí!) Ksss
Eliminarwow que parranda jajaja... a ver cuando invitan...Genial como siempre besotes.
ResponderEliminarGracias Try!
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