Yami no matsuei (6)

Las flores del cerezo…se tiñeron de hipocresía.

Jack bajo la vista ante la pregunta de ese demonio. Había permanecido con Alice hace dos décadas pero la conocía de hace más de un siglo y como no, si todos hablaban de la princesa oscura que asesinaba a todo aquel que se interpusiera en su camino. Cerró los ojos perdiéndose en los recuerdos de aquel fatídico día, cuando perdió a esa mujer que amaba, cuando perdió a su querida hermana.

“”””””””””””””””””””””Flashback””””””””””””””””””””””

-Otra vez estás soñando despierto Jack, baja de ese árbol y ven aquí-

El joven de ojos rojos esbozó una sonrisa gentil y bajo a tierra para quedar frente a la joven de cabellos negros y los mismos ojos rojos que él. Acarició la mejilla de ese hermoso ser que era su hermana.

-¿Qué te ocurre, hermano?-

-No es nada-

-No me mientas- lo tomó suavemente por las mejillas y afirmó su frente en la de su hermano- Tenemos un lazo especial y sabes que te amo más que a nada en este mundo-

-Lo sé y yo también te amo-

-¿Entonces?-

-Es que escuché… lo que dijo nuestro padre. No quiero que te cases con ese hombre, he oído que es un sádico y ya ha asesinado a sus cuatro esposas-

-Jack…yo tampoco lo deseo pero es la única manera de que nuestra familia no desaparezca, nuestro padre desea que… le de descendencia para que nuestro clan no desaparezca-

-Entonces cásate conmigo-

-No Jack, los matrimonios entre familia directa no están permitidos-

-Pero-

-Tranquilo, nada ocurrirá- besó la frente del hombre- Nos vemos-

-¿A dónde vas?-

-De regreso a casa, mi prometido espera-

-Más le vale a ese maldito que te cuide o lo mataré-

-Jack, ven conmigo-

-No… me quedaré a pensar un momento, te alcanzo pronto-

La joven de ojos rojos se adelantó en regresar a su hogar. Jack se quedó observando el cielo y disfrutando de la calma, le encantaba tomar una siesta sobre ese árbol, ya que era el primero que había hecho florecer con su poder y era la prueba de este. Se arrodilló acariciando el pasto y se tendió boca abajo para aspirar ese aroma. Siempre le calmaba estar junto a su elemento, era muy bueno controlando la tierra. Su padre había intentado emparejarlo con una mujer descendiente de las artes oscuras pero la rechazó de inmediato, solo tenía ojos para ella, su querida hermana mayor. Hizo florecer una hermosa rosa azul y la alzó hacia el cielo mientras sonreía.

-Te amo tanto, mi hermoso ángel- vio como el tallo se rompía y la rosa caía sobre su pecho- ¿Qué…?-

-Que chico tan ingenuo, ¿Acaso no sabes que el amor es solo una ilusión?-

Jack se levantó y alzó la vista para distinguir de donde venia aquella voz femenina, se percató que sobre la rama del árbol donde había estado durmiendo, había una chica de cabello negro y ojos bicolores.

-¿Quién eres?-

-Me llamo Alice- apareció frente al joven mientras sonreía y acariciaba su mejilla derecha- Me gustan tus ojos rojos, son pocos los miembros de tu clan que los tienen, no pensé que me encontraría algo tan lindo por aquí-

-¿Qué quieres?-

-No te preocupes, si permaneces aquí no te ocurrirá nada, nos vemos Jack- desapareció dejándolo solo.

-¿Cómo… sabes mi nombre?-

Comenzó a hacer memoria y recordó que su padre le había hablado de la princesa oscura, un demonio sediento de sangre que se dedicaba a matar solo por placer, hace una década había acabado con un clan de cazadores ella sola, robándoles la joya que protegían.

Una macabra idea rondó su cabeza, hoy venia el prometido de su hermana y para la ceremonia de compromiso, su padre había traído la joya de la familia, quizás ese demonio la quería robar.

Se apresuró en llegar a su casa pero se detuvo antes de entrar, había una pila de cadáveres que colgaban de hilos transparentes, entró temiendo por la vida de su hermana y en la habitación principal, encontró los cadáveres de sus padres y el prometido de su hermana. Comenzó a desesperarse con cada segundo que no la encontraba. Un grito proveniente del jardín principal llamó su atención. Su sorpresa fue mayúscula cuando vio a su hermana de pie inmóvil y tras ella a la princesa oscura.

-¡Jack!- gritó la joven.

-No…por favor no, ella no…- la joven de ojos bicolores sonrió.

-ÉL amor te hace débil y la atracción que sientes por tu hermana no es nada sano-

-¡Déjala en paz!-

Corrió a ayudarla pero una extraña melodía llegó a sus oídos, el demonio estaba cantando y todo movimiento que deseó hacer era inútil. La joven de ojos bicolores se acercó sin dejar de cantar, dio un par de vueltas alrededor del demonio y observó a la otra mujer.

Jack vio como su hermana sacaba una pistola de entre sus ropas y la dirigía a su cabeza.

-No… por favor no… ¡No lo hagas!... ¡No lo hagas hermana!-

Las lágrimas caían despiadadamente por sus mejillas, comenzó a arrastrarse por el suelo pero fue en vano, la joven jalo del gatillo mientras lloraba y su cuerpo se desmoronó sobre el suelo. La observó llorando y el demonio tras él dejó de cantar, corrió hacia el cuerpo inerte de su hermana y se aferró a él entre lágrimas.

-No…por favor despierta… no me dejes solo… te lo suplico…- decía entre lagrimas.

-Ya está muerta, no puedes hacer nada- dijo el demonio tras él.

-¡Maldita!- corrió hacia ella para matarla pero la joven fue más rápida y lo golpeó en el estomago.

- Eso está muy bien Jack, ódiame, detéstame tanto que mi sola presencia te produzca asco. Cuando sientas que ese odio es incontrolable ven a buscarme y en el momento es que nos volvamos a ver… mátame- dijo la última palabra con algo extraño en su voz y luego desapareció.

-¿Por… que? No te hemos hecho nada… porque me la quitaste…-

Se quedó abrazando el cadáver aun después de que la muerte apareciera para llevarse su alma. Cuando cayó la noche se levantó mirando por última vez el cadáver de la persona que amaba, hizo aparecer un hermoso árbol de flores blancas y enterró el cadáver bajó él, vio como las flores se tornaban rosas y sonrió.

-Las flores del cerezo son rosadas porque bajo ellos hay cadáveres… su sangre tiñe las flores… te juro por mi vida que mataré a esa mujer, la destrozaré y la hare sufrir tanto que me suplicará morir. Es una promesa-

“”””””””””Fin del flashback””””””””””””””””

Jack apretó los puños enojado y se fue a su habitación, no deseaba hablar de algo tan privado con un desconocido. Sebastián captó de inmediato el mensaje y se sirvió otra copa de vino esbozando una sonrisa de satisfacción.

El joven de ojos rojos se tendió sobre la cama pensativo, Alice le había quitado a la mujer que amaba, mejor dicho fue Lacie o ambas, ya no tenía idea de que estaba ocurriendo. No comprendía porque cada vez que miraba a Alice solo distinguía dolor en aquellos orbes bicolores. No se explicaba porque cada vez que la miraba sentía la necesidad de estar cerca de ella, quizás era porque cuando volvieron a verse Alice había cambiado, ya no era odio lo que había en sus ojos, por algún extraño motivo lucia completamente diferente.

-No es justo… cuando nos encontramos… tu ya tenias a alguien a quien amabas, tu relación era igual a la que yo tenía con mi hermana… ambos nos enamoramos de personas que no debíamos y mira como terminamos, yo odiándote y tu perdiendo toda voluntad de vivir- se llevó las manos a la cara mientras lloraba- Como voy a matarte si sientes el mismo dolor que yo… no es justo Alice… no es justo que sea la única persona que comprenda tu dolor a la perfección… eres un moustro-

Se abrazó a la almohada con fuerza y cerró los ojos para dejar su mente en blanco, ya no quería recordar, no deseaba saber nada de lo que había ocurrido en el pasado. Matar a Alice no haría que su amada hermana regresara, torturarla y destrozarla no haría que ella volviera.

-Entonces porque… ¿Por qué aun permanezco a tu lado?-

Comenzó a reírse mientras lloraba. La vocecita en su cabeza le daba la respuesta de todo su dilema y lo hacía parecer un simple juego de niños.

“No la asesinas porque no deseas perder nuevamente a la persona que amas”