formalesZac el nigromante
París
El ambiente en el aeropuerto estaba, como de costumbre, terriblemente cargado. Mares de gente ajetreada caminaban de aquí para allá, y el estrés se respiraba en el aire.
Mas había un hombre en la terminal de llegadas que no mostraba prisa alguna, a pesar de que su situación era más crítica que la de todas esas personas que lo rodeaban. Vestía un traje de chándal negro con gravados púrpura y unas botas militares, todo ello cubierto por una larga gabardina idéntica pero con el color dorado tiñendo sus gravados. Escudriñaba la puerta de llegadas con su vista, cubierta cos gafas de sol para disimular su ojo en falta (Normalmente, para pelear prefería un cómodo parche, mucho más práctico que unas gafas que pueden caer, pero ahora no tenía que pelear, de momento). Sus manos enfundadas en guantes sostenían un cartel en el que ponía “Sr. Zacarías Prat”.
El hombre alzó la mirada para observar la hora con su único ojo y se sumió en sus pensamientos: << ¡Qué descaro! Mandar a un solo hombre para una misión tan delicada. Y encima con retraso. Como esto se alargue mucho más, poco podremos hacer para impedir que esa cosa haga lo que se le antoje. Yo ya estoy cansado de herirlo todas las noches para contenerlo. >>
Los últimos dos días Germain había librado una serie de salvajes batallas contra el demi-makai por las calles de París, de ese modo lo dejaba demasiado herido o cansado como para causar más daño de la cuenta a la ciudad. Pero eso le había pasado factura; tenía todo el cuerpo entumecido.
Al poco rato, las puertas se abrieron y una avalancha de gente proveniente de Barcelona entró. Algunos buscaban caras conocidas, otros su nombre impreso, e incluso algunos simplemente pasaban de largo. Pero nadie acudía a de Robespierre, que comenzó a impacientarse. En cuanto bajó el cartel y se volteó, una voz juvenil habló a su espalda.
-Perdone mi falta de modales, pero siempre he odiado mi nombre completo. Podría haber escrito solo mi apellido, ¿no?
Germain de giró. Primero pensó que era una broma, pero luego comprendió que ese chico sabía a qué había venido. Y que, efectivamente, aquél muchacho endeble ere, sin lugar a dudas, Zacarías Prat.
-¿Monsieur Prat?- Dijo sin cambiar su expresión serena.
-Yo mismo. El señor Germain de Robespierre, si no me equivoco.- Le tendió la mano-Un placer.
Pero el hombre, lejos de estrechársela, miró la mano con desprecio, para luego mirarlo a él.
-¿Cómo se atreve el gremio español a insultarme, no sólo a mí, sino a mi patria de esta forma? ¿Un petit garçon es todo lo que tienen para abatir a un demi-makai?
-Le aviso de que, si precisamente mandan a alguien tan joven para esto debe de ser porque mi talento para la caza de sombras es excepcional.
-Un demi-makai no es una sombra, garçon. Un demi-makai es el mal hecho criatura. Ni siquiera el maestro François pudo con él.
-Entonces ¿qué esperabas conseguir con nuestra ayuda?
-François era solo un hombre, en esos casos el poder físico es lo que decide las batallas. Pero estos días he desarrollado una estrategia para la cual necesitamos ser más de uno y que, si tiene éxito, acabará con esa cosa de una vez por todas.
-Ya, pero solo somos dos.
-Eso dificultará mi táctica. ¿Cómo demonios puede ser que solo te hayan mandado a ti, garçon?- Zac se encogió de hombros.
-Los demás se acobardaron.
-¿Y un petit garçon como tú se atrevió? ¿Y le dejaron ir solo?
-Ya te he dicho que soy poderoso. ¡Y deja de llamarme así! ¡No soy un crío!
Germain lo miró de arriba abajo y suspiró, resignado.
-D’acord. Sígueme, garçon. Tu reserva ya está hecha.
De Robespierre lo llevó hasta un viejo Seat Panda negro, con el que fueron a un lujoso hotel con vistas a los campos Elíseos. Subieron al ascensor y llegaron a una ostentosa habitación don dos camas. Zac se sentó al sofá, entusiasmado.
-¿Y bien? ¿Cuál es el plan?
-Aún no, te necesito al cent per cent descansado, garçon. Esta noche la pasarás aquí, pero no te pongas muy cómodo. Mañana comienza el trabajo duro de verdad. Si hay suerte, mañana a estas horas de la tarde habremos vencido… o estaremos muertos. Yo iré a contener al monstruo esta noche. Ni se te ocurra seguirme.
Entonces Germain se transformó en un negro halcón nuboso y voló por la ventana.
Y allí quedó Zack, de nuevo a solas con sus pensamientos. Tomó un baño y se fue a la cama. Tuvo un sueño inquieto. Pensando en todo lo que había dejado atrás: sus padres , Marc, Carles… y Luci… Aún no tenía del todo claro que pensar sobre ella, pero tenía una única cosa clarísima: Si mañana morí en la batalla, lamentaría por toda la eternidad el no poder volver a verla. Y era muy posible que muriera, al fin y al cabo, un demi-makai no es algo que deva tomarse a la ligera.
Debían ser las dos de la madrugada cuando el sonido de la puerta al abrirse lentamente despertó a Zac. Medio dormido y sin levantarse, el chico vio irrumpir a un Germain destrozado (y mucho tenía que estarlo si no había podido entrar por la ventana antes que permitir que el personal del hotel lo viera así). Anduvo hasta el baño arrastrando los pies. Su pelo, normalmente engominado y repeinado hacia atrás, ahora caía despeinado por su cara. Ahora que Zac lo veía así, se dio cuenta de que no era negro del todo, sino que presentaba franjas grises y blancas, canosas, en ciertas zonas, sobretodo la nuca y las raíces del pelo. Los cristales de sus gafas de sol estaban rotos y Zac pudo comprobar, disimulando su horror y fingiéndose dormido, que allí donde debía de estar su ojo derecho no había nada más que una cuenca vacía, atravesada verticalmente por una nívea cicatriz de, por lo menos, dos centímetros de anchura. Sus ropas estaban hechas jirones ensangrentados y su pequeña perilla siempre recta había sido casi completamente arrancada o… quemada.
Se dirigió al cuarto de baño, donde se limpió la sangre antes de mirarse al espejo y suspirar. Con un susurro casi inaudible, de no ser por ese eco que normalmente tienen los cuartos de baño dijo:
-Cada vez es más fuerte, en nuestro primer encuentro todo lo que recibí fue un ligero corte en el abdomen… Pero esto… Estoy cansado… no sé cuanto más podré aguantar.
Fue cojeando hasta el balcón, en donde siguió hablando para sí mismo mientras el manto de Morfeo cubría suavemente a Zac.
-¡Arriba garçon! Hay mucho que hacer.
-¿Qu-qué? ¿Qué hora es?- Dijo el joven entre bostezos.
-¡La hora de levantarse! Vístete y ve al restaurante. Anoche tuve una idea genial sobre cómo aventajar al demi-makai. ¡¿Cómo no pude pensarlo antes?! Te espero en el restaurante. Si no vienes vendré yo con una botella de agua fría.
Zac se incorporó poco después de que el francés de marchase. Se puso una camiseta gris y unos tejanos azul oscuro, luego se puso su chaqueta negra y bajó a la planta baja, el restaurante del hotel, donde Germain lo esperaba en una mesa rebosante de comida mientras jugueteaba con un tenedor. Llevaba la misma ropa que el día anterior (obviamente otra ropa con el mismo diseño, pues a lo que llevaba el día anterior ya no podía ni siquiera llamársele ropa. Pero ese día no llevaba gabardina, así tenía más movilidad, decía él. Y en lugar de sus gafas de sol llevaba un parche negro que le cubría el ojo derecho. Hubiera parecido algún pirata anacrónico de no ser por la runa dorada que tenía el parche inscrita en el centro. Esta representaba a un dragón alargado mordiéndose su propia cola, formando un círculo, en el centro del cual resplandecía una majestuosa llama dorada con alas angelicales emergiendo de ella.
Zac se sentó y preguntó a Germain por su brillante idea.
-Escucha, somos dos pero podemos ganar. Aunque es muy arriesgado y complicado, existe un método que nos libraría de esa cosa para siempre. Pero para llevarlo a cabo necesitamos algo muy, muy peligroso. Puede que uno de los dos no salga con vida de esta.
-¿Ah, sí? ¿Y cual es este requisito tan espantoso?
Germain formó una sonrisa macabra mientras observaba fijamente el tenedor con el que seguía jugueteando.
-Es muy simple… Une leurre, un señuelo.
wow mis felicitaciones y mi agradecimiento me entretuve mucho leyendola y ya estoy anciosa por ver que pasa y si detienen a la criatura, lo del comodo parche, mas que genial jajaja aunque mas de un tuerto se sentiria poco alagado, me encanta Black, te superas cada vez mas.
ResponderEliminarAu contraire, querida trysha. Yo veo como un halago el hecho de que un personaje tan poderoso e imponente como Germain tenga la visión reducida XD (lo siento si ofendo a alguien, no es mi intención). Me alegra que guste, sobre el próximo episodio solo diré que es el más largo de la serie hasta el momento por el simple hecho de que no quería cortar la historia antes de tiempo jeje.
EliminarGrande Black xD No te había leído demasiado, y la verdad me has sorprendido, me encanta tu estilo, muy alegre y nada forzado, se nota que conoces muy bien a tus personajes, no se si me explico XD Dale caña!
ResponderEliminarPD: Dos guerreros recorriendo Barcelona en un Seat panda negro, me lol XDD
Como aclaración: Están en parís. Pero sí, la imagen es curiosa... por eso lo hice XDD
EliminarParís, coño, París, me han derrapado los dedos y el cerebro XD
EliminarJeje, tranquilo, a todos nos pasa (sobretodo a mí XD)
Eliminarvaya, tarde pero al fin pude conectarme para leer, que continuacion,aunque en contra de lo qeu algunos piensan el personaje con un solo ojos me recordo a Break (de una serie) y ese toque les da algo de misterio y más si tienen una personalidad media retorcida, aunque no se si sera este el caso. Me encanto, ya quiero saber como acabara esto y si podran con la criatura, felicidades.
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