La gota que no colmo el vaso pero acabo en mi boca

(Y continuando la historia grupal, espero que se una sangre nueva a la historia o en su defecto que comience de nuevo el ciclo y continué el autor de está iniciativa. Que por lo demás la historia está tomando rumbos inesperados

>.<)

Mientras camina, afila los cuchillos uno contra el otro, relamiéndose. Es curioso, tantas gotas, tanta sangre, y nunca llegué a llenar el vaso, ¿Quién me iba a decir que la gota que lo colmaría sería una de mi propia sangre?

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Daba todo por perdido, no tenía armas solo unas gastadas e inútiles garras, unos miserables colmillos que no servirían contra él pero entonces él hizo su jugada, aquella que ninguna criatura puede resistir: jactarse de sus grandes habilidades y descubrir su rostro.

Aquellos ojos azules, cabellos negros y sedosos, la cicatriz diagonal en el cuello sin duda eras tú, ahora entiendo porque me parecías tan familiar. Una vez me dijeron:

“No se necesita de armas para asesinar a alguien ¿será verdad?”

Y vaya por dios que ahora me sería muy útil, claro que recuerdo aquel rostro y esa cicatriz que yo mismo dibuje con mis garras para saciarme, sin duda eres tú.

-Sorprendido bastardo, al fin nos vemos de nuevo-

-¿Qué quieres de mí?-

-Veo que no eres tan inteligente o quizás tanta sangre acabo con lo poco de inteligencia que tienes-

-Realmente ha pasado tiempo, me sorprende que te hayas vuelto tan fuerte, mi pequeño pajarito-

-¡No me llames así!- dijo al mismo tiempo que colocaba la daga en mi cuello- ¡Voy a matarte aquí y ahora!-

-Siempre supe que llegarías muy alto pajarito peor pensar que ya eres todo un hombre. Felicidades-

-¡Cállate bastardo! Luego de tanto tiempo… regresó a esta ciudad, regresó para estar con mi familia y tú… ¡la mataste! ¡¿Cómo fuiste capaz de matar a mi hermana!-

-No olvides que también asesine a mi propio hermano, eso me dará un punto a favor ¿verdad?- respondí irónicamente.

-¡Estás loco!-

Finalmente había caído en mi trampa, debo admitir que eres fuerte pero jamás podrás superarme porque yo ya he perdido todo lo que me ayudaba a mantener algo de cordura, asesine a mi hermano, ella desapareció de este mundo, lo perdí todo y un niñato como tú no puede quitarme nada, porque simplemente no tengo nada, en cambio tú…

-Fue tu culpa… ella murió por tu culpa-

-Creo habértelo dicho mi pajarito, tienes sus ojos- acaricie su mejilla despacio y soltó la daga que mantenía contra mi cuello- supongo que era de esperar cuando nacen mellizos, ¿sabes algo? Su sangre corre por mis venas, tú y ella, dos seres nacidos de una misma alma, he tenido noticias de que pronto habrá una gran matanza, vampiros contra vampiros, una excelente lluvia roja ocurrirá en esta ciudad-

-¿Por qué me lo dices?-

-Sé que deseas vengar la muerte de tu hermana y lo que yo deseo es erradicar a cada miserable vampiro que existe en está podrida ciudad, nuestra vida es larga casi como una eternidad, eso es una aberración sin importar por donde lo veas, odiamos a los humanos pero los necesitamos para vivir por eso mi pajarito, no, por eso Joshua, únete a mí, tu cumplirás mi deseo y yo realizare el tuyo, porque cuando el último vampiro muera solo quedaremos nosotros y tendremos que luchar por la supremacía-

-No…-

-¿Quieres vengar a tu hermana? Está es tu oportunidad, yo fui el hombre que ella amo, no puedes matarme-

-Yo…-

Dios, tanto vampiros como humanos son predecibles, ambos son manipulables, emocionales pero yo soy distinto, ya no tengo nada y es esa misma nada la que me impide sentir algo, por eso tomare lo que tengo a mi alrededor y lo usare para mis propósitos. Eso es la vida, esto es mi vida cazar o morir. Si puedo tomarlo lo tendré hasta llegar al causante de mis desgracias, hasta llegar al causante de mis dolencias, él mismo que me engendro como la abominación que soy, el mismo que engendro al bastardo que me quito a la mujer que amaba, tomare todo y usare todo para acabar con mi padre. Eres tan ingenuo Joshua.

-Escúchame bien- le dije fingiendo preocupación- yo la amaba, ella era… era todo para mi, por eso necesito tu ayuda, todo esto fue planeado, por favor entiéndelo, su muerte, que yo asesinara a mi hermano, que Alice nos descubriera como las bestias que somos, todo es solo una parte de esta gran conspiración-

-¿De qué hablas?-

-La persona que desea que nos volvamos los unos contra los otros, la persona que desea que nos volvamos bestias sedientas de sangre y matemos humanos sin piedad, me refiero a mi padre, el líder de la orden y quien controla todo desde las sombras-

-¿Estás seguro?-

-Te doy mi palabra Joshua, únete a mí y comencemos una revolución, cobra tú anhelada venganza y cuando yo tenga la cabeza de mi padre tú tendrás la mía-

-Jamás podríamos contra él-

-Hay un modo pajarito, tus poderes son mayores que los míos si los combinas con los de tu hermana entonces adquirirás una fuerza descomunal-

-Ella murió…-

-No, su sangre está en mi, adelante Joshua, bebe mi sangre y conviértete en la fuerza para cumplir mis deseos y yo cumpliré el tuyo ¿Aceptas?-

Me miro con la duda reflejándose en sus orbes, sabía que él me deseaba la muerte y yo deseo la muerte de ese bastardo, de mi padre, si ambos nos uníamos todo saldría bien, cumpliré mi deseo pero…

-Acepto- se abalanzo sobre mí mordiendo mi cuello fuertemente, esboce una sonrisa de victoria.

-Tenemos un trato-

Tenía a Joshua de mi lado, a uno de los más poderosos vampiros, si juego bien mis cartas mi deseo se cumplirá y entonces hare el jaque mate definitivo. Hay algo que no sabes mi pequeño pajarito, hay una manera de traer de regreso a los muertos, debo dar algo equivalente a la vida que quiero traer y para que ella regrese solo debo exterminar a mi raza y finalmente darle el intercambio definitivo, tú vida por la de ella, no puede ser de otra forma ya que ambos son hermanos.

Espera un poco más mi hermosa amada, cuando la lluvia roja caiga y sea el último de los vampiros con vida tú regresaras a mí y está vez te quedaras conmigo.

Finalmente él tenía razón.

“No se necesitan armas para matar a alguien”