Dijiste que si seguía tus ordenes todo estaría bien, que si obedecía no tenía nada que temer, pero mentiste, usaste tu poder para cometer actos horribles usando como excusa a aquel que estaba sobre ti.
Sin piedad, sin remordimientos, decidiste hacer justicia por tu mano, te aborrecía oír a esos pecadores confesarse en tu iglesia y luego continuar con sus porquerías pensando que ya tenían la salvación.
Yo fui tu fiel seguidora, obedecía porque creía ciegamente en ti, tus palabras eran mi ley y mi razón de ser pero mentiste. Ahora que veo el rojo sobre tu rostro, el filoso cuchillo que sostienes con firmeza horripilante, me llamas a tu lado sonriendo, acaricias mi cabeza esbozando esa horrible sonrisa.
-todo estará bien mi ovejita-
Dos semanas y ya van siete pecadores caídos, cada día llegas igual, manchado de rojo, con el cuchillo en tu mano y esa sádica sonrisa. Crees que dios te ha enviado para ejercer su poder entre los mortales pero solo eres otro demente que anda suelto por el mundo. Te me acercas y rodeas con tus manos rojas mi cintura.
-ver tanta sangre me excita- pensé que los curas no podían hacer estas cosas- somos personas querida, también tenemos nuestros impulsos- no eres diferente a mi- claro que no querida-
Lo besé sin ningún pudor, la cosa frente a mi soltó un pequeño gemido, está porquería no era mejor que todos esos asesinos que andan sueltos. No digo que haga la voluntad de dios, porque no la conozco pero algo me ha enseñado esto, no soy digna del cielo por mis pecados entonces… simplemente me dejare caer al profundo y temible infierno, si le veo el lado bueno, no pasare frio.
Te quito el cuchillo mientras bajas tu boca por mi cuello, solo puedo pensar en ti como una asquerosa babosa que ensucia mi piel, déjame hacerte un favor, no llegaras al cielo pero nos veremos en el infierno.
El cuerpo cae sin vida a mis pies, la sangre fluye por tu cuerpo manchando las tablas del suelo.
Luego de lanzarte al infierno debo limpiar la porquería que has dejado en la casa de dios. Con el tiempo comprendí que no existen cosas como el representante de dios en la tierra, todos tienen sus defectos, como aquel que se atrevió a tocar a ese niño pero ya he hecho una parte del trabajo. La ciudad se quedo en silencio… las luces brillaban pero nadie salía a bailar o simplemente a pasear.
Me interne en el bosque y me arrodille sobre esa madera dispuesta como una escalera terrestre, sentí el metal enterrándose en mi piel. Cerré los ojos pero nadie me respondió, una intensa luz comenzó a brillar, fueron fracciones de segundos pero lo comprendí, ya perdí el cielo y ahora solo me queda descender, descender hasta el oscuro abismo.
Y sobre aquella luz que vi ese día, no tiene caso pensarlo, aunque debo admitir que no recordaba que el tren aun pasara por ahí.
Inteligente final. Me ha gustado, ahí, sumida en el pecado no le queda nada que esperar, aunque la existencia de un mínimo sentimiento, pensamiento de culpa, arrepentimiento... un solo sentimiento bueno, en mi opinión, hace que la condena sea larga, pero no en el infierno.
ResponderEliminarPrimero que todo... te extrañaba mucho, solo por ti quiero que llegue marzo, mmmm mejor no prefiero seguir extrañándote :-P, Excelente Cap. extrañaba a Kuro también, y siempre esos toques polémicos.
ResponderEliminarMis felicitaciones niña, me alegra tanto leerte que me dan ganas de unir mi cuchillo y hacer una noche roja. Un besote.
Un autentico descenso Alice, rojo oscuro lo definiría.
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