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martes, 25 de octubre de 2011

Primero tu y luego el resto

Tengo una adicción que nadie puede curar, no importa cuánto trate simplemente no puedo controlarme, un deseo me invade y un impulso me gobierna y todo lo que amo… lo pierdo en fracciones de segundos… mis manos se vuelven rojas y mis ojos se llenan de lagrimas.

Nunca he logrado encontrar la razón a tal terrible maldición (porque no veo otra manera de llamarle), primero comencé destrozando mis peluches, luego mis muñecas, seguidamente fue mi adorado perrito Kim y ahora… todos ellos, aquellos que ame y llegue a considerar mi familia. No tengo palabras para explicarlo pero cuando el impulso nace y se convierte en una necesidad (a tal extremo como respirar) no puedo detenerme y termino destrozando de la manera más cruel lo que amo.

Busque en muchos sitios, libros, artículos, páginas de internet pero nada dio resultado, un día sin planearlo me enamore, juro por dios que intente evitarlo pero como dicen, en cosas del corazón no manda razón y esa vez… todo acabó en rojo y lagrimas.

Un día mientras meditaba en mi fría cárcel (cuatro paredes rojas, color que escogí para mi habitación para calmarme) me di cuenta de algo muy importante, si destrozaba todo lo que amaba ¿Por qué no me había destrozado a mi misma? Si eso no ha ocurrido significa… que ni siquiera me quiero yo… que patético.

Me levante temblorosa y me observe al espejo, ver esa imagen no me provocaba nada, entonces comencé a mirar cada parte, los brazos, las piernas, el cuello, los ojos, la boca, el cabello, los hombros, la espalda y entonces algo en mi interior se movió, ese reflejo tenía un brillo único y bastante peculiar, que resultaba hermoso para los demás y comencé a interesarme en descubrir más.  Examine cada parte y cuando me di cuenta ya me encontraba destrozada en el suelo, cubierta de rojo y lagrimas.

Los días siguientes fueron mejores porque me di cuenta de algo muy importante, no puedo querer a los demás si ni siquiera me quiero yo… ahora que me amo, ya no termino con las manos rojas y lagrimas en los ojos, ahora es una sonrisa en los labios y una caricia en la mejilla.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Alice... un potente escrito, te felicito y el final... me encanto... Magistralllllll , un besote gigante.

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