Cayó agotada de rodillas frente a aquel coloso que desde su soberana enormidad la observaba triunfante, enardecido ante la victoria con la que acaba de alzarse, aún a sabiendas de haberla conseguido de un modo vil y rastrero: se sabía más fuerte que ella y lo había sabido aprovechar. Y viendo inútiles sus esfuerzos por levantarse decidió rendirse para siempre y resignada se arrastró en pos de un rincón en el que dejarse caer, resuelta a esconderse tras el negro velo de la soledad mientras se estremecía al escuchar a lo lejos la macabra carcajada del malvado titán.
Ya lo recordaba, y me encanta volver a leerte... Bienvenida, Un besote... :-)
ResponderEliminarVeo que has decidido animarte. Bienvenida. Respecto a tu escrito, da gusto releer tan magistral pieza.
ResponderEliminarEXcelente, lo recuerdo y me sigue gustando, triste pero bellamente redactado. felicidades.
ResponderEliminarMmmmm gracias por comentar y por leerme, aunque sea un refrito jejee. Beso
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