Relájate, chaval. Si supieras lo que un día sabrás, no actuarías de ese modo. Te asombraría descubrir cuánto vas a cambiar. Apenas un crío y te proclamas abanderado de la verdad, pregonero de todas las causas. Aún crees que el amor es un torbellino abrumador e irracional, aún juzgas aquello que no comprendes. Créeme cuando te digo que la pausa y la sencillez llegarán, y por sorpresa descubrirás otro modo de vivir. Otra felicidad, plácida y serena como nunca habrías imaginado. Cerebral, conciliador, empezarás a buscar belleza en todas las cosas. Conocerás la verdadera silueta del amor: sólida, sosegada, racional. Y entonces, con una sonrisa sincera, querrás construir puentes entre las personas. Por ello, amigo, te pido que te calmes. No existen atajos para las cosas que de verdad importan. Olvida esa soberbia, esos melodramas. Cierra el pico, escucha y respeta a los demás, y espera tu turno. Llegará.
Atentamente,
Un escéptico de las paradojas temporales
Bien Judah, eso es lo que pensamos todos nosotros de los más insensatos del momento, aunque, en su día, también lo fuimos.
ResponderEliminarlo fueron?? gracias a Dios ese tiempo paso...
ResponderEliminarMis felicitaciones Judah me encantó... (yo aun no puedo decir fui, si no me atajo yo misma suelo llevarme por delante lo que se atraviese :-P)
bonita imagen la del "pontífice" (literal: el que crea puentes). ¡Puentes, más puentes!
ResponderEliminarHay edades que son muy malas...
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