- ¿Te puedes ir, por favor? Es que nos molestas.
- No creo que a tu amigo le moleste que mire cómo jugáis. - respondió el padre.
El hijo se giró mirando a su amigo, y volvió la vista hacia el padre.
- No te hemos dicho que nos importe lo que creas. Déjanos en paz y vete inútil.- replicó el hijo, e hizo ademán de seguir jugando.- Es un amargado que está solo y jodiéndome siempre - explicó el hijo a su amigo.
Mientras tanto, el padre se alejaba con las manos en los bolsillos y cabizbajo... Solo. Se giró y volvió hacia la verja. El hijo se anticipó:
-¡Mierda! ¿es que no nos has oído? ¡Nadie te quiere, vete de aquí!
Y así, sin más, se marchó.
Qué triste, tu historia me dejo un sabor amargo y una lagrima a medio salir, también castigue a mi hijo por las dudas.
ResponderEliminarLogras conmover de muchas maneras, Mis felicitaciones, un besote.
"cria cuervos y tendras muchos... a no... y te sacaran los ojos"
Triste realidad, que dolor para un padre.
ResponderEliminar?¿
ResponderEliminarNo lo habia leido, que bueno que vi relatos antiguos. Que horrible situacion, no es por apoyar al hijo pero hay padres que tiran a sus hijos al viento y cuando ya los quieren recuperar ¡es tarde!
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